Gorostegui y Doreste
Los campeones del Mundo de vela asumen ser unos perfectos desconocidos
?Sab¨¦is ya qui¨¦nes somos cada uno?". Antonio Gorostegui y Jos¨¦ Luis Doreste tienen perfectamente asumido que en Espa?a son unos desconocidos. No es la primera vez que les confunden cuando la prensa les espera en Barajas despu¨¦s de un triunfo. "Pues, por si acaso, ¨¦ste es Gorostegui, el patr¨®n, y yo Doreste, el tripulante". "No, no", corrige Gorostegui; "somos un equipo en el que el tripulante es el de m¨¢s peso porque as¨ª tiene que ser. Si yo pesara 100 kilos, el patr¨®n tendr¨ªa que ser Josele". ?ste acaba puntualizando: "Lo dice para tenerme contento".
Fueron 26 horas sin descansar. La pareja espa?ola se proclam¨® el domingo campeona del mundo de vela, clase Star, en la costa estadounidense del Pac¨ªfico. Despu¨¦s vino el reparto de premios, la tradicional zambullida en el agua a los vencedores, la fiesta y el viaje desde Los ?ngeles a Madrid. Llegaron a las ocho de la ma?ana de ayer. Con la copa de campeones preparada para posar con ella dispuesta la chaqueta en la que figuran las firmas patrocinadoras del equipo ol¨ªmpico."La vela no es un deporte de p¨²blico y, por tanto, nos vemos obligados a mostrar la publicidad a a menor oportunidad. Nos dan 12 millones de pesetas al a?o, que re sultan imprescindibles para la preparaci¨®n de alto nivel. Las embar caciones son costosas y, bueno, nos apa?amos tambi¨¦n con un contrato ventajoso que mantenemos con un constructor italiano" Es la justificaci¨®n de los campeones en un deporte caro y minoritario. Doreste no mostr¨® la chaqueta: "Es que todav¨ªa la tengo empa pada de cuando nos tiraron al agua .
La pareja se pasa 400 horas al a?o en el agua. Aparte, lasque dedican a la navegaci¨®n de recreo. Las jovencitas son las que m¨¢s solicitan dar un paseo con los campeones. Aclaran que no pueden atender todos los compromisos. Entre otras cosas porque Goroste gui se casa el 10 de septiembre con Ana L¨®pez Alonso, hija del ex presidente del R¨¢cing de Santander, y Doreste tiene medio novia. Ambos han dado por terminada la temporada. Es hora de que Gorostegui comience a preparar su boda y de que Doreste se vaya a Alemania a realizar un cursillo de seis meses de medicina deportiva "Esto s¨ª que es lo m¨¢s importante de mi vida. En Espa?a no existe la medicina deportiva y yo quiero lle gar a practicarla. Lo ideal ser¨ªa en Canarias, mi tierra, pero supongo que tendr¨ªa que trasladarme a una gran ciudad, por lo menos que fuera Barcelona, para seguir practicando la vela como aficionado".Gorostegui tiene ya, en cambio, solucionado el compaginar su futuro y su ambici¨®n. Es monitor en la Escuela de Vela de Palam¨®s.
La pareja navegar¨¢ en la clase Star hasta despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos. En Los ?ngeles se ven ganadores, aunque la victoria en la vela est¨¢ sujeta a m¨²ltiples factores. Gorostegui y Doreste prefieren el viento fuerte. Para competir, en los juegos podr¨¢n elegir entre dos embarcaciones: la que han dejado all¨ª y la que van a estrenar ahora. Todo depender¨¢ de c¨®mo responda.la nueva. Necesita un per¨ªodo de adaptaci¨®n y de su comportamiento puede depender un triunfo decisivo.
En la regata preol¨ªmpica que precedi¨® al Mundial ocuparon una discreta clasificaci¨®n. D¨ªas despu¨¦s, con la misma embarcaci¨®n y pr¨¢cticamente frente a los mismos rivales, ganaron. El palo, que era nuevo, necesit¨¦ tiempo para adquirir la flexibilidad id¨®nea. Dicen que la cantidad de entrertamientos viene supeditada por el propio comportamiento de la embarcaci¨®n. Hay que domesticarla previamente.
Si sale brava, precisa de muchas horas de atenci¨®n. "Pero tampoco demasiadas", aclaran, "porque a las competiciones hay que llegar con unas ganas terribles de navegar. La saturaci¨®n te condena irremisiblemente al fracaso. En esta ocasi¨®n hemos navegado las horas justas para llegar y querer comernos el mar".
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