Manuel Veintimilla

afirma desde la cama de un hospi tal de la ciudad de Guayaquil (Ecuador) que, efectivamente, hay d¨ªas en los que es preferible no salir de casa. Una ma?ana, seg¨²n relata Efe, Manuel se dirigia a su trabajo cuando su veh¨ªculo choc¨® contra un autob¨²s de viajeros. Como se olvid¨® el carne de conducir en casa, la polic¨ªa lo detuvo durante varias horas en la comisar¨ªa. Una vez en libertad, despu¨¦s de sus denodados esfuerzos por convencer a la polic¨ªa de que era "hombre de bien", y cuando cogi¨® de nuevo su autom¨®vil para ir a la oficina, atropell¨® a una joven que se le cruz¨® en el camino. El novio de la muchacha, indignado, le sac¨® del coche y le insult¨¦ y golpe¨® con furia. Manuel, al tratar de huir de su agresor, no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que no estuvo bajo las ruedas de un cami¨®n de cervezas que rodaba en ese momento por la calzada. Ahora, desde el hospital, reponi¨¦ndose de sus m¨²ltiples contusiones y fracturas, Manuel Veintimilla asegura que no saldr¨¢ jam¨¢s de casa sin antes consultar con la almohada, leer su hor¨®scopo y conocer su biorritmo.