Historia del comienzo de la rebeld¨ªa

Manteniendo vivo su eterno amor por Valentina, el ni?o Jos¨¦ Garc¨¦s atraviesa ahora la adolescencia, observando estupefacto su propio crecimiento y, con ¨¦l, el de aquella rebeld¨ªa primera que ahora tiene oportunidad de definirse en opciones pol¨ªticas concretas. Alrededor de 1919, algunos movimientos anarquistas despertaron con valor sus siempre reprimidas esperanzas en un panorama pol¨ªtico en crisis. Jos¨¦ Garc¨¦s, tal como la pel¨ªcula cuenta, intuy¨® con simpat¨ªa aquella lucha: sus contactos con ella, sin embargo, fueron breves, superficiales.Ah¨ª reside la principal laguna de 1919, prolongaci¨®n de Valentina, que ha elegido del libro de Sender Cr¨®nica del alba sus aspectos m¨¢s lineales, sin ahondar en el fresco hist¨®rico que la novela propone. Ya fue ¨¦sta la peor tentaci¨®n de la primera parte de la pel¨ªcula, compensada en parte por el divismo con que Betancor ilustr¨® las vivencias del ni?o protagonista. Ahora, en su adolescencia, no ha encontrado c¨®mo sustituir aquel encanto de la ingenuidad infantil aunque, espor¨¢dicamente, en 1919 se perfilen sus insinuaciones: la violenta sinceridad del personaje que interpreta con dulzura Cristina Marsillach o el misterio de la mujer cocain¨®mana a la que Aurora Pastor aporta una magia que la narraci¨®n interrumpe inexplicablemente son materia ideal para un director tan sensible como Betancor, que sabe enriquecer a sus autores con matices sugestivos. En la muy correcta interpretaci¨®n de Miguel Molina, protagonista en todas las secuencias, luce su capacidad de director, desarrollando en el actor y su personaje un mundo rico en posibles lecturas.

Pero el gui¨®n no ayuda, porque su punto de partida era ya epid¨¦rmico. No existe una relaci¨®n seria entre el argumento amoroso y la situaci¨®n social, que se desdibuja en un tel¨®n de fondo de colores vagos. No hay dial¨¦ctica, se reh¨²ye la complejidad y el filme corre el riesgo de pasar ante el espectador involucr¨¢ndole s¨®lo emocionalmente, sin ofrecerle una informaci¨®n hist¨®rica suficiente.

Ocurre en el cine de Betancor, incluida aquella primera pel¨ªcula, Sentados al borde de la ma?ana con los pies colgando, que malgast¨® a un buen director para no contar nada, que la calidad de su trabajo ilustrativo es superior a la de las intenciones que le mueven. Juan A. Ruiz Anch¨ªa vuelve a mostrar aqu¨ª su talento fotogr¨¢fico para dar vida inteligente al conjunto y Javier Arti?ano recrea de nuevo su excelente ambientaci¨®n de ¨¦poca: son elecciones del director que transmite su exigencia.

1919 se presentar¨¢ en el pr¨®ximo Festival de Venecia, donde, sin duda, se apreciar¨¢ su gran calidad t¨¦cnica, su exquisito mimo, como ya ha ocurrido en los festivales internacionales, donde Valentina ha obtenido generalmente el aplauso un¨¢nime.