Andropov y el poder militar
Desde la llegada de Andropov al poder, unos cuantos altos dirigentes sovi¨¦ticos, acusados de ineficacia y corrupci¨®n, han sido despose¨ªdos de sus cargos ( ... ).Andropov parec¨ªa querer imprimir una cierta transparencia al sistema, dentro de la opacidad que es propia de los totalitarismos. Andropov parec¨ªa querer aparecer como un dirigente no comprometido con nadie y perfectamente al corriente de lo que ocurr¨ªa en su pa¨ªs ( ... ).
Andropov ten¨ªa ahora una ocasi¨®n ¨²nica para demostrar a Occidente y a sus propios compatriotas que la URSS ha emprendido bajo su direcci¨®n un nuevo rumbo y que los intereses de nadie no empe?ar¨ªan la reci¨¦n estrenada transparencia. Si, tal como parece comprobado, alg¨²n alto mando de la direcci¨®n militar sovi¨¦tica en el Pac¨ªfico dio la orden de disparar los misiles aire-aire contra un avi¨®n comercial surcoreano, causando la p¨¦rdida de 269 vidas humanas, Andropov ten¨ªa la ocasi¨®n ¨²nica para reconocer que unos funcionarios se hab¨ªan excedido en sus atribuciones. Pero quiz¨¢ a Andropov le sea m¨¢s c¨®modo y menos comprometido enfrentarse con altos funcionarios civiles que acusar a un solo jefe militar, responsable de la orden de abatir el jumbo surcoreano. Si sucediera as¨ª, Andropov no dispondr¨ªa de tanto poder como aparenta para frenar los errores y abusos de los servidores del Estado, y habr¨ªa que preguntarse qui¨¦n ostenta verdaderamente el poder en la URSS.
Las autoridades sovi¨¦ticas niegan toda responsabilidad, aunque reconocen que un avi¨®n no identificado penetr¨® en su espacio a¨¦reo, mientras arrecian las acusaciones occidentales, basadas, sobre todo, en las grabaciones de los servicios de escucha japoneses. Si los hechos hubiesen ocurrido seg¨²n la versi¨®n occidental, la URSS no habr¨ªa contribuido a resucitar el esp¨ªritu de la distensi¨®n que oficialmente tanto parece ansiar. La URSS habr¨ªa actuado tal como anuncian y desean los halcones de Occidente.
Acciones como ¨¦sta son las que pueden inspirar y justificar todas las pruebas de desconfianza. En tales condiciones, las esperanzas del mundo en el di¨¢logo Gromiko-Shultz, el encuentro en la Asamblea General de la ONU y las conversaciones de Ginebra se caen por su base ( ... ).
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