El primer s¨ªnodo de sacerdotes casados pide la abolici¨®n del celibato

Cincuenta sacerdotes casados, reunidos por primera vez en un S¨ªnodo Universal de Sacerdotes Casados, en el que participaron tambi¨¦n sus esposas, han pedido al Papa que les permita de nuevo celebrar misa y ejercer su ministerio en el seno de la Iglesia. Para ello solicitaron una revisi¨®n de la ley sobre el celibato eclesi¨¢stico.

Tras discutir sobre numerosos problemas, los 50 representantes de los sacerdotes casados, llegados de Austria, Brasil, Espa?a, Estados Unidos, Francia, Italia y Holanda, dirigieron un mensaje al jefe de la Iglesia en nombre de los sacerdotes casados de todo el mundo, cuyo n¨²mero oscila entre los 40.000 y los 80.000 seg¨²n las fuentes.Antes de presentar el documento a un prelado del Vaticano, una delegaci¨®n de sacerdotes, acompa?ados de sus esposas e hijos, se dirigi¨® a la bas¨ªlica de San Pedro para rezar ante la tumba de San Pedro, "primer sacerdote casado de la historia de la Iglesia".

El documento aprobado afirmaba que el s¨ªnodo, que concluy¨® este fin de semana en Chaianiano, Toscana, no quer¨ªa ser un acto de protesta, y ped¨ªa "la concesi¨®n inmediata de la dispensa del celibato para todos aquellos sacerdotes que la han solicitado". "Desde hace dos o tres a?os, es muy dif¨ªcil para un sacerdote obtener la dispensa para poder casarse", coment¨® el delegado espa?ol, residente en Francia, Jaime Mu?oz Anatol.

Si en Francia o en Espa?a los sacerdotes no tienen problemas de aceptaci¨®n social, no ocurre lo mismo en Italia o en otro pa¨ªses, en opini¨®n del secretario del s¨ªnodo, Paolo Cammellini, ex profesor de teolog¨ªa. Por esta raz¨®n, agreg¨®, el s¨ªnodo decidi¨® por unanimidad crear un fondo de solidaridad con aquellas familias de sacerdotes que se encuentran en una situaci¨®n econ¨®mica dif¨ªcil. Y por esta misma raz¨®n han invitado a todos los sacerdotes que "han perdido su esperanza en el seno de la Iglesia" a que tomen contacto con los grupos organizados.

"Entre nosotros existen muchos que est¨¢n en paro. Algunos han conseguido reorganizar sus vidas en profesiones liberales, pero muchos otros se ven obligados a aceptar cualquier clase de trabajo.

Algunos alcanzan el ¨¦xito en sus nuevas profesiones, como es el caso del industrial siciliano Antonio Trovato, el rey de las naranjas, o el conocido m¨¦dico italiano Antonio Monti. Seg¨²n el sacerdote Pierre Lautrey, los 7.000 u 8.000 sacerdotes casados franceses lamentan sobre todo que la jerarqu¨ªa, desde hace dos o tres a?os, se niegue a dialogar con ellos.