Aire de conspiraci¨®n en la preapertura del congreso justicialista en Buenos Aires
El Congreso Nacional Justicialista se reuni¨® anoche a las nueve, hora peninsular, tras su suspensi¨®n por 24 horas para resolver sobre los delegados de Buenos Aires (un tercio de los congresistas), hibernados pol¨ªticamente por la justicia electoral. Se esperaba la rehabilitac¨ª¨®n de estos congresistas por parte de un juez de La Plata para que el congreso peronista pueda proclamar las candidaturas de Italo L¨²der y Deolindo Bittel a presidente y vicepresidente de la naci¨®n. El fin de semana ha sido un tejer de alianzas y traiciones para terminar de asentar las futuras reparticiones de poder en el partido, pero la realidad es terca, y los nombres de L¨²der, Bittel y Lorenzo Miguel, como candidatos a la gobernaci¨®n del pa¨ªs y del partido, son pr¨¢cticamente inamovibles.
La batalla interna peronista es humanamente comprensible, pero ha empa?ado la imagen del justicialismo: nuevas moratorias en el congreso o componendas pol¨ªticas escandalosas en torno a los, candidatos dar¨ªan al traste con las posibilidades electorales del partido argentino m¨¢s poderoso.
Las suertes est¨¢n echadas, y lbs moderados L¨²der y Bittel aspirar¨¢n a la Casa Rosada, mientras los sindicalistas se reparten la primera vicepresidencia del p¨¢rtido y la gobernaci¨®n de Buenos Aires.
Lorenzo Miguel, jefe
Isabel Mart¨ªnez de Per¨®n ser¨¢ la presidenta del justicialismo, pero nadie duda que ser¨¢ Lorenzo Miguel el aut¨¦ntico jefe partidario.Isabelita acaso haya graduado mal la extensi¨®n de su mutismo y sus reservas, y no es la mejor su imagen de ba?ista silenciosa en Fuengirola mientras su partido y su pa¨ªs se debatenen distensiones y crisis hist¨®ricas.
Sus reclamaciones econ¨®micas al Gobierno militar, al margen de su justicia, no se corresponden, adem¨¢s, con las preocupaciones de la inmensa mayor¨ªa de argentinos, golpeados d¨ªa a d¨ªa por la hiperinflaci¨®n. Probablemente, una comisi¨®n del congreso peronista, una vez proclamadas las candidaturas, viajar¨¢ a Madrid para volver a invitar a la se?ora, por en¨¦sima vez, a regresar al pa¨ªs, o, en su defecto, rogarla que decida su pensamiento pol¨ªtico y sus inten.ciones.
Porque la actitud de la se?ora, que en un principio se reput¨® como discreta y digna, avanza a pasos agigantados hacia la posibilidad de convertirse en la postura del perro del hortelano, que ni com¨ªa ni dejaba comer.
Por lo dem¨¢s, su regreso mil veces anunciado y mil veces desmentido, las especulaciones sobre sus escalas previas en Panam¨¢, en Uruguay o en Paraguay, los rumores sobre sus hipot¨¦ticas transacciones con la Junta Militar, las fotos de Fuengirola, los coroneles croatas que surgen en su entorno, la total ausencia de informaci¨®n solvente y seria hasta en la c¨²pula de su propio partido, han convertido la supuesta operaci¨®n retorno en remedo de vodevil del que hacen chanza los mejores humoristas de Buenos Aires.
De lo tr¨¢gico a lo rid¨ªculo s¨®lo hay un paso, y no pocos peronistas estiman que ya se ha dado. Todo est¨¢ dispuesto para que Isabelita sea indultada el jueves.
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