Vigencia y vitalidad de la est¨¦tica
En una l¨²cida nota aparecida en Revista de Occidente, en la que comenta el excelente libro de Jos¨¦ Jim¨¦nez El ¨¢ngel ca¨ªdo y mi libro Lo bello y lo siniestro, Javier S¨¢daba afirma que, "si hasta el momento eran los ternas ¨¦ticos los que disfrutaban de mayor difusi¨®n, parece que la est¨¦tica se hace ahora presente. Para algunos se podr¨ªa tratar", a?ade S¨¢daba, "de un signo de impotencia. En ese caso, un signo que revelar¨ªa el estancam¨ªento de la filosof¨ªa pr¨¢ctica, el estancamiento de las satisfacciones intelectuales y pol¨ªticas de la sociedad espa?ola". Sale S¨¢daba al paso de esta interpretaci¨®n, hija de la inercia y del t¨®pico, constatando que esta presencia de la est¨¦tica refleja, en general, una orientaci¨®n que puede verse tambi¨¦n en otros dominios y en otros pa¨ªses: "Una vuelta a consideraciones m¨¢s generales y conexas, en vez de los an¨¢lisis reductivos o supera¨ªslados". De modo impl¨ªcito est¨¢ diciendo S¨¢daba (punto en el cual mi acuerdo con ¨¦l es total) que la filosofia est¨¢ rebasando un paradigina estrictamente anal¨ªtico, y desde distintos frentes, uno de ellos el frente est¨¦tico, se abre al horizonte de las s¨ªntesis provisionales. O, si quiere decirse de modo m¨¢s expl¨ªcito, a la metaf¨ªsica, cierto que a una metaf¨ªsica. de nuevo r¨¦gimen, cr¨ªticamente concebida. Lo cierto es que en nuestro pa¨ªs se est¨¢ produciendo un verdadero inter¨¦s por la est¨¦tica, atestiguado por la aparici¨®n de una generaci¨®n nueva de fil¨®sofos que, en una direcci¨®n paralela o pr¨®xima al horizonte de encuentro de filosofia y poes¨ªa trazado por Heidegger (y promovido en nuestro pa¨ªs por Mar¨ªa Zambrano), quieren llevar hasta el fondo esta b¨²squeda. Con ello, la est¨¦tica, eterna cenicienta de todos los departamentos de filosofia, puede cobrar un papel directivo dentro de los rumbos filos¨®ficos hispanos.En poco tiempo he podido leer, adem¨¢s del texto, ya publicado, de Jos¨¦ Jim¨¦nez, la extraordinaria ex¨¦gesis, todav¨ªa in¨¦dita, de Antoni Mar¨ª sobre el concepto de genio y el manuscrito, de pr¨®xima aparici¨®n, El h¨¦roe y el ¨²nico, de Rafael Argullol. Ha aparecido asimismo, en la colecci¨®n que hace ahora un a?o impuls¨¦ junto con el llorado amigo Pep Calsamiglio -quien este verano pasado nos dej¨®-, una investigaci¨®n extraordinariamente perspicaz y bien escrita de F¨¦lix Az¨²a, titulada La paradoja del primitivo (Colecci¨®n Nuevo Ensayo, Seix Barral). En menos de un a?o poseer¨¢ el lector hispano un espl¨¦ndido conjunto de obras de largo aliento en torno a la problem¨¢tica est¨¦tica que enriquecer¨¢n de modo bien decisivo el panorama filos¨®fico hispano.
EUGENIO TR?AS
L. P?REZ REGUEIRA,
Se ha hablado estos ¨²ltimos a?os del resurgir de la filosof¨ªa kantiana, de la que la filosofia de la ciencia integraba, preferentemente, la Cr¨ªtica de la raz¨®n pura, y de la que la nueva reflexi¨®n ¨¦tica incorpora, en parte para rebatirla, la Cr¨ªtica de la raz¨®n pr¨¢ctica. Ahora, en cambio, parece pasar a primer plano de la atenci¨®n de los estudiosos esa misteriosa Cr¨ªtica del juicio, gozne y eslab¨®n fundamental de todo el edificio cr¨ªtico, en donde se halla, acaso, la v¨ªa regia para fecundar una metafisica futura, la cual tendr¨ªa en la obra de arte su punto de arranque y de inspiraci¨®n.
Los problemas ¨¦tico-pol¨ªticos son decisivos en ¨¦pocas y en sociedades en las que se transita con dificultad y con riesgo hacia modelos convivenciales que sean, a la vez, escasamente ut¨®picos y m¨¢ximamente satisfactorios y justos. Pero, alcanzada cierta deseada y deseable normalizaci¨®n ciudadana y estatal, el hombre no puede menos que abrirse a problemas radicales, en torno a los cuales gravita siempre la filosof¨ªa primera, la metaf¨ªsica. Y en la obra art¨ªstica hay siempre insinuaci¨®n de ese horizonte, s¨®lo que imbricado en la presencia inequ¨ªvoca, singular, sensible, patente, de una palabra po¨¦tica desplegada, de una variaci¨®n musical moviliz ada, de un espacio configurado y susceptible de ser habitado o de una materia informada. Arte, filosof¨ªa y poes¨ªa pueden, pues, de un modo radical, aparecer en el horizonte de reflexi¨®n hispana como tarea futura de la que pueden beneficiarse tanto los fil¨®sofos como los poetas y los artistas. Hoy, m¨¢s que nunca, el encuentro y la confrontaci¨®n entre ¨¦stos son necesarios para permitir que nuestra cultura hispana salte por encima de sus propias limitaciones.
?Cu¨¢les son esos problemas radicales? Sin ninguna duda son aqu¨¦llos en torno a los cuales espont¨¢neamente se forman en nuestra raz¨®n, al decir kantiano, ideas con car¨¢cter problem¨¢tico, sobre las cuales podemos aventurar respuestas que, sin embargo, nunca jam¨¢s pueden configurarse como un cuerpo de doctrina dogm¨¢ticamente expuesto, ya que se hallan imantadas por ese enigma que nos hace siempre asombrarnos de nosotros mismos, del mundo en que vivimos y del destino o falta de destino de nosotros y de nuestro mundo: asombro estremecido ante nuestra fragilidad de seres ¨ªnteligentes y pasionales, despedidos de un origen desconocido y abocados a inminente fin sin remisi¨®n, a modo de espl¨¦ndida y fugaz luminaria que desbroza tierra y mundo, por un instante ralent¨ªzado entre dos eternidades de tiniebla. De ese asombro pueden forjarse ideas atestiguadoras de la naturaleza de la condici¨®n en la que nos reconocemos y reconocernos el universo. Y puede asimismo patentizarse ese horizonte de preguntas disparadas al enigma desde una presencia singular, poetizada, configurada, dibujada, puesta en solfa, en la que un juego de elementos formales que afectan nuestros sentidos disparan nuestra inteligencia hacia preguntas radicales y hacia sugerencias de aventura y de respuesta.
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