La exportaci¨®n ilegal de un cuadro de Goya se considera un delito que se repite en el patrimonio espa?ol

El Ministerio de Cultura ha calificado la exportaci¨®n ilegal del cuadro de Goya La marquesa de Santa Cruz, valorado en m¨¢s de 500 millones de pesetas, como uno de los delitos m¨¢s graves contra el patrimonio hist¨®ritico-art¨ªstico espa?ol. El cuadro sali¨® ilegalmente de Espa?a a finales de Julio y ahora podr¨ªa estar en Suiza o en Londres, centros de atenci¨®n de las autoridades espa?olas quienes est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica medidas legales y judiciales para recuperarlo. En este art¨ªculo se analiza el significado que para las bellas artes espa?olas tienen ¨¦ste y otros casos parecidos.

Con consternaci¨®n, no exenta de rabia, hemos visto confirmarse un nuevo delito contra el patrimonio art¨ªstico espa?ol. Me refiero, naturalmente, a la fraudulenta evasi¨®n del cuadro de Goya que representa a la Marquesa de Santa Cruz caracterizada como Euterpe, perteneciente al legado Vald¨¦s.Por lo que se sabe, los hechos han ocurrido as¨ª: uno de los beneficiarios testamentarios del citado coleccionista bilba¨ªno -Mercedes Fern¨¢ndez Vald¨¦s-, sin notificarlo al Estado, como es preceptivo, vende esta soberbia pieza goyesca a Antonio Saor¨ªn, seg¨²n parece, que no s¨®lo la saca de contrabando del pa¨ªs, sino que muestra un documento falsificado autorizando la exportaci¨®n al Museo Getty, de Los Angeles, cuando esta instituci¨®n se interes¨® en su compra.

Operaci¨®n frustrada

Frustrada a tiempo esta ¨²ltima operaci¨®n, mediante una oportuna gesti¨®n diplom¨¢tica, la situaci¨®n actual es la de encontrarse a¨²n el cuadro en paradero desconocido, aunque se presume que pueda estar en Londres o Suiza, mientras que el presunto delincuente ha sido localizado por la Interpol en Argentina, donde ahora estar¨¢ siendo interrogado por la polic¨ªa de aquel pa¨ªs.Ante un caso tan siniestro, s¨®lo es posible decir que, en efecto, la realidad supera a la ficci¨®n, pues he de confesarme sorprendido por la peculiar urdimbre criminal con que parece revestirse este delito de leso patrimonio. En primer lugar, el documento de compraventa que firman Mercedes Fern¨¢ndez Vald¨¦s y Antonio Saor¨ªn indica que la cifra del traspaso del cuadro, valorado en m¨¢s de 500 millones, es de s¨®lo 25 millones de pesetas, lo que no ha podido evitar la clamorosa sospecha de que, tras est¨¢ cantidad rebajada hasta lo inveros¨ªmil, se esconda, cuanto menos, una simple gesti¨®n fraudulenta de intermediaci¨®n.

Escr¨²pulos

Las diversas circunstancias que concurren en el presente delito, como la imposibilidad de aplicarse la extradici¨®n por contrabando, dificultan moment¨¢neamente la recuperaci¨®n de la obra maestra de Goya y el inmediato castigo de este tr¨¢fico. Consta, en todo caso, que el Ministerio de Cultura, los jueces y los servicios policiales est¨¢n aplicando todos sus esfuerzos para conseguir la reintegraci¨®n de la obra a Espa?a y el castigo ejemplar de todos los implicados. De todas formas,Un atentado de esta naturaleza al ya muy esquilmado patrimonio nacional obliga a la reflexi¨®n. El cuadro evadido estaba inventariado, lo que ha permitido, por lo menos, que en Espa?a las autoridades se enterasen de la sustracci¨®n, pero que una buena parte de nuestro patrimonio, al no estar catalogado, puede salir del pa¨ªs -y, de hecho, est¨¢ saliendo- sin m¨¢s riesgo que burlar el correspondiente control aduanero.

Una sangr¨ªa

?C¨®mo evitar esta sangr¨ªa, que se considera vergonzosa? En un tema tan indudablemente complejo como este es, desde luego, Absurdo simplificar, pero creemos que el ordenamiento legal vigente se ha quedado obsoleto y debe -acelerarse la tramitaci¨®n, -de una nueva ley del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol, cuyo borrador est¨¢ siendo actualmente redactado por el Ministerio de Cultura. Se piensa que una l¨ªnea maestra de la futura ley debe ser modificar el maximalismo de la anterior, aquejada de ese mal latino del extremo ordenancismo inoperante, y sustituirlo por una actitud m¨¢s flexible y pragm¨¢tica, que premie la espont¨¢nea declaraci¨®n de bienes art¨ªsticamente inventariables y persiga a quienes, habi¨¦ndoseles ofrecido unas condiciones razonables, persistan en la ocultaci¨®n fraudulenta. Existe una variedad de recursos en el Estado para desarrollar una pol¨ªtica semejante, sin olvidarnos tampoco de la necesaria agilizaci¨®n administrativa, cuyo pernicioso estancamiento actual estimula tantas veces el delito, incluso por parte de aquellos a los que no se aprecia una previa voluntad de delinquir.