Preocupaci¨®n en Francia por una alianza electoral de conservadores y extrema derecha

Hoy concluir¨¢ la miniguerra civil que estall¨® en Francia el domingo pasado, al aliarse la oposici¨®n conservadora liberal con la extrema derecha en la batalla municipal de Dreux, localidad de la periferia parisiense. Esta uni¨®n contra natura dividi¨® a la derecha, mientras la izquierda ha pasado una semana alertando al pa¨ªs contra la amenaza del racismo hacia los emigrantes, propugnado por los extremistas de derechas.

A la postre, el actor Yves Montand y la ex ministra y ex presidenta del Parlamento Europeo Simone Veil pasar¨¢n a la historia como los garbanzos negros de la batalla electoral por la alcald¨ªa de Dreux. Este pueblecito fue reconquistado en marzo por su alcaldesa socialista, Fran?oise Gaspard, pero ha tenido que repetirse la elecci¨®n al ser declarado nulo el escrutinio de entonces.Montand, que fue largos a?os compa?ero de viaje de los comunistas, como su mujer, Simone Signoret, y que sigue consider¨¢ndose un hombre de izquierdas, pero sin acompa?ar a nadie, firm¨® una petici¨®n contra la alianza de la derecha y la extrema derecha. Pero acto seguido se ampara en una de las emisoras m¨¢s es cuchadas por los franceses para cantarle las cuarenta al conformismo de sus colegas de izquierdas: no al racismo y a la alianza con los fascistas, pero no igualmente a la alianza de los socialistas con los comunistas, que aprueban la ocupaci¨®n de Afganist¨¢n, lo que ocurre en Polonia y el derribo del jumbo surcoreano, vino a decir Montand.

Despu¨¦s del gesto del actor, la polvareda que envuelve a la izquierda igual¨® a la levantada en la oposici¨®n por Simone Veil que desde el inicio de la semana desconcert¨® a la derecha al recomendar a los votantes la abstenci¨®n, debido a la alianza de los suyos, de la derecha, con los fascistas del Frente Nacional (FN).

El vendaval se desat¨® el domingo pasado, cuando, a la hora de las cuentas de la primera vuelta, las urnas de Dreux sorprendieron con el 17% de votos a favor del FN, considerado como una fuerza fascista y superminoritaria en el pa¨ªs. Y esto gracias a su campa?a fundada en el racismo, es decir, en la denuncia de los trabajadores extranjeros y sus familias (cuatro millones), a los que hay que expulsar para evitar el paro, seg¨²n esa extrema derecha francesa.

Horas despu¨¦s, las fuerzas de la oposici¨®n conservadora liberal (neogaullistas y giscardianos) se entendieron con el FN, sumando entre ambos el 60% de los sufragios; de tal modo que, al t¨¦rmino de la segunda ronda, este domingo, por poco que funcione la aritm¨¦tica, la derecha birlir¨¢ la alcald¨ªa a los socialistas.

Crisis y racismo

La alianza replantea el problema de los inmigrados en tiempos de crisis, que ya fue explotado durante las elecciones municipales del pasado mes de marzo. El problema existe en Francia, como existe el racismo,y esto no s¨®lo en las filas y en los corazones de la extrema derecha. No pocos han considerado, como Ives Montand, que la izquierda ha exagerado lo suyo, amenazando con Dreux como el manantial del ruido de las botas de Hitler.Montand dice que el manejo pretende "esconder nuestras propias debilidades". Lo cierto es que desde el primer ministro, Pierre Mauroy, hasta el secretario general de los comunistas, Georges Marchais, todos los l¨ªderes pol¨ªticos de la mayor¨ªa gobernante, m¨¢s las 5.000 personas que el viernes asistieron a una manifestaci¨®n por la democracia, han visto en la alianza de Dreux la amenaza del espectro racista del fascista y del nazi.