La Soberana Orden de Malta: un estado sin fronteras

Podr¨ªa ser el Estado m¨¢s peque?o del mundo ya que no tiene fronteras territoriales, si acaso el cuidado jard¨ªn con palmeras, parterres escalonados y bancos de madera que rodea el bello palacio del numero 68 de V¨ªa Condotti, en la colina romana del Aventino. El Gran Maestre o soberano es, desde 1962, Fra Angelo di Mojana di Cologna, Su Alteza Eminent¨ªsima, quien dirige desde all¨ª las numerosas actividades de los ¨²ltimos cruzados. La figura bondadosa e internacionalmente conocida de Fra Angelo tiene, en consonancia con su rango equiparable al cardenalicio, un gran carisma entre sus siete mil caballeros y casi trescientas damas. Herederos de aquellos cruzados que daban hospedaje y defend¨ªan con la armas a los peregrinos que a principios del milenio viajaban a Tierra Santa, los actuales caballeros de la Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusal¨¦n de Rodas y de Malta ostentan t¨ªtulos extra?os y misteriosos en sus respectivas categor¨ªas, a mitad de camino entre la logia mas¨®nica y la congregaci¨®n religiosa.Los Caballeros de Justicia, profesos de votos religios¨®s, los de Obediencia y los de Honor o de Gracia han sustituido la armadura y sus sangrientas batallas ante el infiel por la chaqueta y la corbata y su presencia internacional en los pa¨ªses tercermundistas, donde mantienen leproser¨ªas, organizan la asistencia sanitaria y coordinan el env¨ªo de medicamentos o ayudas para los damnificados con motivos de cat¨¢strofes naturales o conflictos b¨¦licos.

La rama alemana de la Orden, heredera de la inmensa fortuna patrimonial de los desaparecidos caballeros teutones, es sin duda la m¨¢s poderosa y organizada. Cerca de cuarenta mil personas colaboran con la orden en la prestaci¨®n de primeros auxilios en las carreteras de la Rep¨²blica Federal Alemana, hospitales y organizaci¨®n de env¨ªos a los pa¨ªses menos desarrollados. Aviones y helic¨®pteros fletados por la organizaci¨®n de la cruz de ocho puntas han estado presentes en Biafra, Bangladesh, Paraguay, Alto Volta o L¨ªbano.

La infiltraci¨®n de la P-2

Aunque actualmente se pueden contar con los dedos de una mano los caballeros que a¨²n guardan los tres votos milenarios de obediencia, castidad y pobreza, la orden exige una integridad moral a sus miembros que han de dar ejemplo y "tender a la perfecci¨®n cristiana". Quiz¨¢s por eso, el venerable Fra Angelo di Mojana no pod¨ªa dar cr¨¦dito a las acusaciones que recientemente se hicieron contra su embajador plenipotenciario en Uruguay, Umberto Ortoli, rico banquero italiano y uno de los principales encartados en el esc¨¢ndalo de la logia P-2. En enero de este a?o el contraespionaje italiano, en colaboracion con la polic¨ªa uruguaya, logr¨® en una rocambolesca operaci¨®n rescatar del lujoso chal¨¦ que Ortoli pose¨ªa en Montevideo un impresionante fichero con miles de nombres de personalidades de todos los campos de la vida italiana y que previamente hab¨ªa desaparecido de las oficinas del Ministerio del Interior en Roma.

La embajada fue sellada y el nombre de la Orden qued¨® eventualmente en entredicho al descubrirse que el embajador Ortoli hab¨ªa utilizado la valija diplom¨¢tica para sus turbios negocios. Un almirante italiano y cuatro generales, tambi¨¦n caballeros de la Or den, fueron forzados a dimitir de sus cargos p¨²blicos al estar rela cionados con las actividades de la P-2.

El escritor y ex-diplom¨¢tico franc¨¦s Roger Peyrefitte, cultivador de las novelas de esc¨¢ndalo, ya aport¨® una nueva mancha al sobrio e inmaculado historial de la orden cuando, a traves de su obra Chevalier de Malta, esribi¨® con ingenioso sensacionalismo las andanzas y violaci¨®n de los votos de castidad y pobreza de algunos caballeros profesos de avanzada edad.

La Orden de los antiguos y fieros caballeros Hospitalarios, que llen¨® p¨¢ginas gloriosas en la historia de la defensa de la isla de Rodas ante los fan¨¢ticos embates de la soldadesca del sult¨¢n Solim¨¢n II en el a?o 1522, cuenta entre sus filas, en 1983, con la ¨¦lite de la nobleza europea y han estado y est¨¢n relacionados con ella iniportantes personajes de la vida pol¨ªtica y financiera. Son nombrescomo el de Valery Giscard D'Estaing; el que fuera tambi¨¦n presidente socialista Auriol, el ex primer ministro Chaban Delm¨¢s; tres ex presidentes del gobierno italiano, Andreotti, Fanfani y Forlani; un ex presidente de la Rep¨²blica, Giovanni Leone; el anterior jefe del estado espa?ol, Francisco Franco, que ostent¨® el t¨ªtulo de Baylio Gran cruz de Honor y devoci¨®n y, entre otros muchos, el rey don Juan Carlos, baylio desde su etapa como Pr¨ªncipe de Asturias.

Ingresar como Caballero en cualquiera de sus tres modalidades es algo francamente poco asequible para el mortal de a pie. En el caso m¨¢s sencillo de que se pretenda aspirar a la pen¨²ltima categor¨ªa de la Tercera y ¨²ltima clase, los llamados caballeros y Damas de Gracia Magistral, se han de aportar "m¨¦ritos sobresalientes de servicio a la Iglesia, a la Orden y al pr¨®jimo". El resto de las categor¨ªas se exige certificado de hidalgu¨ªa. Si se dan las condiciones requeridas, el aspirante debe tramitar un papeleo en el que se incluye la partida de bautismo, de mayor¨ªa de edad y de situaci¨®n familiar, los t¨ªtulos especiales de los servicios prestados y un testimonio del responsable de la demarcaci¨®n de la orden sobre la vida y costumbres del candidato.

Falsos caballeros

La dificultad que todo este proceso entra?a y la imposibilidad de demostrar una cuna noble son las causas principales de ese importante y curioso n¨²mero de falsos caballeros que han deambulado y deambulan por todo el planeta. En Estados Unidos la proliferaci¨®n de knights of Malta (caballeros de Malta), origin¨® en la d¨¦cada de los setenta una curiosa epidemia entre personajes de origen europeo y p¨ªcaros con sue?os de grandeza. A Terence Todman, anterior embajador norteamericano en Espa?a, se le lleg¨® a ofrecer la representacion m¨²ltiple de una de estas ¨®rdenes de pl¨¢stico. Todman, viejo amigo y conocedor de los aut¨¦nticos caballeros de Malta, declin¨® entre risas la invitaci¨®n.

El car¨¢acter primitivamente asistencial de esta envidiada Orden es, hoy en d¨ªa, su principal motivo de existencia. Entre los altos cargos del Consejo Soberano todav¨ªa figura, el cargo de Hospitalario. Su misi¨®n es la de coordinar las actividades de ayuda internacional que la Orden lleva a cabo en todo el mundo.

Seg¨²n un informe del ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores, un total de catorce trenes sanitarios y sesenta y cinco aviones de alas con la cruz blanca est¨¢n siempre dispuestos a llevar socorro a las zonas mas necesitadas en la llamada nueva Cruzada de Solidaridad, como ocurri¨® drante la segunda guerra mundial, el levantamiento popular h¨²ngaro o la guerra del Yom Kipur.