Los hombres de Pinochet 'cargan' contra los periodistas
La expulsi¨®n del territorio chileno, el mi¨¦rcoles 7 de septiembre, del corresponsal de EL PA?S en el Cono Sur, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Prieto, no es un caso aislado de las dificultades que encuentra la Prensa, tanto internacional como local, para informar sobre lo que ocurre en Chile. A lo largo de estos ¨²ltimos d¨ªas de protesta contra el r¨¦gimen militar chileno son incontables los casos de periodistas golpeados cuando asist¨ªan a manifestaciones. Acaso resulte dif¨ªcil a los carabineros distinguir a veces, en medio del tumulto, entre integrantes del cortejo de protesta y corresponsales extranjeros. Pero cuando llevan en el hombro una c¨¢mara de televisi¨®n o exhiben su credencial de Prensa color amarillo, es menos cre¨ªble que los golpes propiciados sean fruto de un error de identificaci¨®n.
ENVIADO ESPECIAL Uno de los casos m¨¢s obvio de equivocaci¨®n policial ante los periodistas que cubren informaci¨®n en Chile fue, sin duda, el apaleamiento el s¨¢bado 10, durante el multitudinario entierro de un manifestante en el cementerio metropolitano, de la enviada especial del diario franc¨¦s Lib¨¦ration, Marie Christine Raitberger, a la que dos carabineros dieron siete golpes en la cabeza, a pesar de gritar incesantemente: "Prensa extranjera".
La v¨ªspera de la paliza de Marie Christine Raitberger, que fue dada de alta el martes, el Colegio Nacional de Periodistas de Chile hab¨ªa hecho p¨²blico un comunicado en el que denunciaba "las agresiones flagrantes contra las personas e instrumentos de trabajo de los periodistas y reporteros gr¨¢ficos" cuyos nombres recog¨ªa en una lista. En ella figuraban, por ejemplo, los integrantes de dos equipos de televisi¨®n, uno canadiense y otro norteamericano, as¨ª como los corresponsales de la revista Der Spiegel y de los diarios La Suisse y Uni¨®n de San Diego; todos ellos detenidos cuando fotografiaron o se acercaron a un peque?o autob¨²s sin matr¨ªcula, desde el que, seg¨²n testigos presenciales, un hombre de paisano dispar¨® contra Miguel Angel Zavala, que fue, justamente, enterrado en el cementerio metropolitano.
En otra ocasi¨®n, el domingo 11, en el cementerio cat¨®lico, los agentes de paisano, miembros presumiblemente de la Central Nacional de Informaci¨®n (CNI, servicio secreto), prefirieron circular en un veh¨ªculo identificado y no dudaron en colocarle un distintivo de Prensa, pero los asistentes al acto de homenaje a los desaparecidos y al ex presidente Salvador Allende que all¨ª se celebraba rehusaron responder a sus preguntas cuando qued¨® claro que no pod¨ªan exhibir credenciales.
A veces, aunque no en este mes de septiembre han sido los hombres de paisano, que la Prensa lo cal no tard¨® en apodar los gurkas los que han atacado f¨ªsicamente a los periodistas chilenos ante unos carabineros que permanec¨ªan con los brazos cruzados. Cuando redactoras del diario santiaguino ¨²ltimas Noticias preguntaron sobre estos hechos al ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, el hombre fuerte del r¨¦gimen se limit¨® a contestar: "Me extra?a lo que ustedes dicen, porque generalmente los carabineros act¨²an cuando se producen incidentes".
'Las ni?as periodistas'
En otra entrevista, publicada el martes en ese mismo diario, el ministro del Interior imparti¨® algunos consejos a la Prensa sobre c¨®mo cubrir las manifestaciones de protesta corriendo menos riesgos: "Las ni?as periodistas tienen que tomar fotograf¨ªas desde lejos y no meterse en el medio. Los hombres, si quieren calentar el cuerpo, que se metan sin m¨¢s".
Pero aquellas mujeres y hombres que toman fotograf¨ªas desde cerca o desde lejos se enfrentan, adem¨¢s, con otro tipo de problemas cuando se intenta obstaculizar su labor poni¨¦ndoles trabas de ¨ªndole burocr¨¢tica. Vicente Bot¨ªn, que encabeza en Santiago el equipo de Televisi¨®n Espa?ola, recuerda, por ejemplo, c¨®mo los responsables del canal de televisi¨®n estatal se negaron a arreglarle la c¨¢mara que un veh¨ªculo-cisterna de los carabineros moj¨® y estrope¨® el 8 de septiembre, d¨ªa de la protesta nacional. "Todos los d¨ªas", afirma, "cuando vamos a los estudios a mandar a Espa?a, v¨ªa sat¨¦lite, las im¨¢genes que rodamos, escuchamos comentarios despectivos de t¨¦cnicos que se preguntan por qu¨¦ nos tienen que ayudar a transmitir esa porquer¨ªa".
"A pesar del convenio de asistencia t¨¦cnica firmado entre las dos televisiones, la espa?ola y la chilena", a?ade Bot¨ªn, "nos ponen tambi¨¦n todo tipo de pegas administrativas, e incluso, el d¨ªa de la protesta no enviaron las im¨¢genes a Madrid, pretextando que Televisi¨®n Espa?ola hab¨ªa anulado el enlace v¨ªa sat¨¦lite. Comprobamos, y era mentira".
El jefe del Estado de Chile, general Augusto Pinochet, parece creer que los se?ores rusos patrocinan desde hace tres a?os una campa?a para "crear una falsa imagen del presidente de la Rep¨²blica", seg¨²n declar¨® el pasado 20 de mayo en un discurso retransmitido por radio y televisi¨®n. "?Acaso no comprobamos" se pregunt¨® ante las c¨¢maras, "que la Prensa alemana, la Prensa francesa, la Prensa espa?ola, la Prensa italiana, la Prensa norteamericana, las protestas de chilenos exiliados y de organismos de fachada atacan a este pa¨ªs y al presidente de la Rep¨²blica?. Millones de d¨®lares se gastan para actuar contra el Gobierno de Chile, buscando con ello la forma de provocar el caos".
Cuando el 9 de septiembre, en v¨ªsperas del d¨¦cimo aniversario del golpe de Estado militar que derroc¨® al Gobierno de Unidad Popular, el r¨¦gimen organiz¨® un desfile de apoyo al presidente Pinochet, algunos grupos de manifestantes gritaban ante los corresponsales extranjeros que asist¨ªan al acto la siguiente consigna: "Periodista, por piedad, diga pronto la verdad".
La Prensa local
Lo malo es que los se?ores rusos hab¨ªan, aparentemente, logrado tambi¨¦n infiltrarse en la Prensa local, que en estos ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa conseguido ampliar su margen de maniobra hasta que la semana pasada recibi¨® nuevas instrucciones, m¨¢s restrictivas, seg¨²n revelaron fuentes solventes.
El martes, por ejemplo, fueron suspendidos, por sugerencia del Gobierno, dos programas de televisi¨®n: Encuentro, que iba a emitir el canal de la universidad de Chile, y La quinta pata del gato, que pon¨ªa en onda la emisora de la universidad Cat¨®lica de Valpara¨ªso. En el primero estaba prevista una entrevista a Andr¨¦s Zald¨ªvar, presidente de la Uni¨®n Mundial Democristiana, y contaba con la correspondiente autorizaci¨®n del rector de la Universidad estatal, general Roberto Soto; y en el segundo programa, cinco invitados, entre los que figuraba el responsable socialdem¨®crata Mario Pappi, iban a debatir el Poder de los alcaldes.
El jueves le toc¨® el turno a la revista An¨¢lisis, contra la que se querell¨® el Ministerio del Interior por publicar declaraciones de un responsable de la izquierda cristiana, Pedro Felipe Ram¨ªrez, que "constituyen un delito contra la seguridad del Estado". Ram¨ªrez preconizaba en An¨¢lisis la "desobediencia civil para hacer gobernable el pa¨ªs".
Consignas a los directores
Cuatro d¨ªas antes, los directores de diarios de Santiago hab¨ªan recibido instrucciones para que no se pudiese deducir de la lectura de los relatos publicados que la muerte de los manifestantes antigubernamentales pod¨ªa haber sido causada por los disparos de las fuerzas de orden p¨²blico o de agentes vestidos de paisano. Se les rog¨® tambi¨¦n que insistiesen en el car¨¢cter vand¨¢lico de la protesta de los habitantes de las poblaciones de la periferia de la capital.
El consejo gubernamental surti¨® r¨¢pidamente efecto. Al lado de fotograf¨ªas de comercios destruidos y de manifestantes con piedras en la mano, publicadas el martes en primera p¨¢gina, el diario ?ltimas Noticias titulaba a toda plana: "Gobierno en guerra contra los v¨¢ndalos", mientras que en la portada de otro rotativo, La Tercera, se pod¨ªa leer: "Gobierno: mano dura a vandalismo callejero".
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