Desperdicios oficiales y un filme transparente de Sacrist¨¢n
Lo que debiera ser el centro m¨¢ximo de atracci¨®n del Festival de San Sebasti¨¢n, es decir la Secci¨®n Oficial, sigue despertando aut¨¦nticas desbandadas. Ayer, esta secci¨®n de lujo nos trajo otros dos desperdicios, uno franc¨¦s titulado La guerra de las se?oritas, cuyo director es Jacques Nichet, y otro checoslovaco basado en la novela de. Alain Fournier El gran Meaulnes, cuyo t¨ªtulo cinematogr¨¢fico es Historia rom¨¢ntica, dirigido por Antonin Calchlic.Como en d¨ªas anteriores, s¨®lo unas docenas de pacientes espectadores aguantaron hasta el final estas aburridas y mediocres pel¨ªculas de ¨¦poca, que son un inmejorable ejemplo de c¨®mo en cine incluso los asuntos m¨¢s atractivos sobre el papel pueden derivar sobre el celuloide hacia la total insignificancia, provocando la huida de los espectadores. La guerra de las se?oritas quiere contar, sin lograrlo, la interesante historia de un juez enfrentado a una singular guerrilla campesina en los Alpes franceses, all¨¢ por el a?o 1830. Se basa en un hecho ver¨ªdico, pero convertido en pel¨ªcula resulta incre¨ªble de puro artificioso y teatralero en el peor sentido de la palabra. Por su parte, Historia rom¨¢ntica es un inexpresivo y artificioso juego de misterio y amor, que no alcanza los m¨ªnimos de inventiva y sugesti¨®n en la imagen para contagiar ese misterio al espectador, que bosteza, se duerme y finalmente se va.
Son ya seis jornadas de festival y la Secci¨®n Oficial sigue por los suelos, hasta el punto de, que nadie en San Sebasti¨¢n recuerda nada parecido desde hace muchos a?os. Pero si inexplicable es que se haya seleccionado esta impresentable colecci¨®n de pel¨ªculas, m¨¢s inexplicable aun es que no est¨¦n en la secci¨®n oficial filmes como El arreglo, de Jos¨¦ Antonio Zorrilla, y, sobre todo, Soldados de plomo, de Jos¨¦ Sacrist¨¢n, que son con el franc¨¦s Coup de foudre, y con mucho, lo mejor que se ha visto hasta ahora.
Un filme limpio
Soldados de plomo es el primer trabajo de director del veterano actor Jos¨¦ Sacrist¨¢n. Es un filme limpio, transparente, con secuencias medidas y_un discurrir luminoso, en el que salta a primer plano un aut¨¦ntico dominio en el dif¨ªcil arte de la direcci¨®n de actores. Viendo este filme, uno se explica algunas cosas como ¨¦sta: Sacrist¨¢n. con frecuencia, sal¨ªa airoso como actor en pel¨ªculas que adolec¨ªan de mala direcci¨®n de actores. Tras ver Soldados de plomo, el Secreto de esta paradoja lo es a voces. Jos¨¦ Sacrist¨¢n sabe dirigirse a s¨ª mismo. Y tambi¨¦n a los otros actores, porque todos cuantos act¨²an en su pel¨ªcula lo hacen bien, y el propio Sacrist¨¢n, junto a Amparo Rivelles y Fernando Fern¨¢n G¨®mez, logran actuar con aut¨¦ntica maestr¨ªa.
Insisto en que si un disparate es traer a la Secci¨®n Oficial lo que hasta ahora, casi sin excepci¨®n, ha venido, disparate may¨²sculo es que no est¨¦ en ella, sobre todo para competir en el prestigioso premio de la Cr¨ªtica Internacional, este primer filme de un veterano de este oficio, que est¨¢ m¨¢s y mejor cuidado, que evidencia mayor talento cinematogr¨¢fico que la inmensa mayor¨ªa de las pel¨ªculas de otros directores espa?oles que tienen detr¨¢s una larga filmograf¨ªa. El personal festivalero, que anda perdido y desperdigado por las tascas y restaurantes doriostiarras, ya que ofrecen cosas mucho m¨¢s serias que la pantalla del Victoria Eugenia, volvi¨® a concentrarse alrededor de Soldados de plomo. Sedientos de cine, de cine de verdad y no de simulaciones m¨¢s o menos vergonzantes, los espectadores abarrotaron las salas donde se proyecta este filme espa?ol y revientan a aplaudir agradecidos al final. La pel¨ªcula lo merece, pero a sus m¨¦ritos, propios se a?ade el hambre de ver cine engendrado por estas seis jornadas de ayuno cinematogr¨¢fico y atrac¨®n de suced¨¢neos.
Mientras tanto, y para colmar el vaso, la parte del festival dedicada a iluminamos con la presencia de estrellas nos amenaza, despu¨¦s de que se eclips¨® el planeta de Helmut Berger, con traernos a hombo y platillo al que s¨®lo fue una, estrella fugaz, hoy reducida al tama?o de un asteroide: John Travolta, que viene a presentar Staying Alive, un filme de Sylvester Stallone del que todav¨ªa no hay datos fidedignos.
Nos tememos que la fiebre del pr¨®ximo viernes noche no pasar¨¢, por obra de Travolta, de unas simples d¨¦cimas. Veremos.
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