Dos espa?oles en concurso
Aunque ahora presente su primera pel¨ªcula, Jos¨¦ Antonio Zorrilla ha sufrido ya todas las miserias de la industria del cine. Dispuesto desde hace a?os a dirigir pel¨ªculas -"la narraci¨®n", dice, "es lo m¨¢s importante"- ha escrito para Televisi¨®n textos de los que no quiere acordarse, guiones para cortometrajes, para el ya inexistente Nodo y, para cuanto, en definitiva, le acercara al sue?o dorado de la realizaci¨®n profesional. No es, sin embargo, un hombre que olvidara por ello la realidad de lo inmediato y, al tiempo, se fue preparando para ?,a carrera diplom¨¢tica que ya le ha llevado como secretario y consejero a consulados de Finlandia, Polonia y T¨²nez.Tuvo que ser extra?o para un diplom¨¢tico verse premiado a sus 36 a?os en festivales internacionales por cortometrajes tan ins¨®litos como El barranco de V¨ªznar y Argeles y buscar dinero en cualquier parte para financiar el rodaje de El arreglo, su primer largometraje, que ahora compite en la secci¨®n Nuevos Realizadores del Festival de San Sebasti¨¢n, en cuyo jurado intervengo, lo que elimina la posibilidad de poder emitir ahora un juicio cr¨ªtico. Se trata, no obstante, de un filme que sigue la tradici¨®n del cine negro cl¨¢sico, "que huye de las claves y ahonda m¨¢s en la po¨¦tica normal". Le disgustan a Zorrilla las pel¨ªculas con pocos actores o escasa acci¨®n, elementos que encuentra frecuentes en el cine espa?ol "con las excepciones, entre otras, de algunas pel¨ªculas de Saura, Josefina Molina, Guti¨¦rrez Arag¨®n, Erice o Ch¨¢varri", aunque carece de ideas preconcebidas: su novela Antiguo esplendor pertenece a otras propuestas est¨¦ticas.
Es una trayectoria distinta a la de Jos¨¦ Sacrist¨¢n, el otro nuevo director espa?ol que se presenta en la secci¨®n competitiva del festival. Con un historial de m¨¢s de 90 pel¨ªculas como int¨¦rprete, su vinculaci¨®n con la industria reposa antes en el conocimiento de sus limitaciones que en el alimento de sue?os imposibles. No est¨¢, por ello, desprovista su pel¨ªcula de riesgos: Soldados de plomo quiebra la costumbre de un cine de consumo inmediato ySeacerc.a a parcelas de la expresi¨®n cinematogr¨¢fica de menor impacto seguro. Su pel¨ªcula ha tenido, por ello, buena acogida en los comentarios festivaleros, por encima de los que obtuvo en la reciente Semana del Cine Espa?ol, de Buenos Aires, en la que los cr¨ªticos argentinos consideraron a Sacrist¨¢n como el portavoz de la situaci¨®n democr¨¢tica que ahora gozamos, bas¨¢ndose fundamentalmente en sus trabajos de Asignatura pendiente y Solos en la madrugada, y de ah¨ª que se sorprendieran de que Soldados de plomo no prolongara el mismo estilo.
Jos¨¦ Sacrist¨¢n, que cuando trabajaba habitualmente en los sainetes dom¨¦sticos buscaba tambi¨¦n aquel ejemplar perdido de Triunfo o el libro que admiraban los intelectuales famosos, quiere aunar su prestigio de actor, fundamentalmente c¨®mico, con el rigor de un ciudadano inquieto. Ahora, como director de cine, tiene que aliarse tambi¨¦n con los requisitos de la industria: su reto es, pues, tan espinoso como interesante.
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