Una tormenta de verano
Comenz¨® la semana burs¨¢til con unas sesiones aparentemente marcadas por el signo de la desesperaci¨®n, en la que la oferta de t¨ªtulos el¨¦ctricos abrumaba a los madrugadores del parqu¨¦, y termin¨® forzando unas bajas gen¨¦ricas entre los valores de este sector que no pudieron ser recompuestas a ¨²ltima hora.Del mal ambiente inicial terminaron contagi¨¢ndose pr¨¢cticamente todos los sectores, e incluso una nutrida representaci¨®n de los valores que hab¨ªan venido siendo objeto de mayor preferencia por parte de los inversores en las ¨²ltimas semanas. Las p¨¦rdidas de Asland o Duro-Felguera resultaron claros exponentes de este claro abandonismo que aparentemente prentend¨ªan poner la mayor cantidad de terreno posible entre los capital en riesgo y sus objetivos burs¨¢tiles de inversi¨®n. El en sector bancario se pudo observar una importante disminuci¨®n en el volumen que presentaba en el mercado madrile?o la cenicienta del grupo en las ¨²ltimas jornadas, Banesto. Los 43.760 t¨ªtulos de diferencia sin contrapartida compradora representaban. una importante disminuci¨®n en, relaci¨®n a las cantidades de las ¨²ltimas sesiones. Pero como toda moneda tiene su cruz, el resto de los integrantes del grupo de los siete grandes ofrec¨ªa paralelamente el espect¨¢culo de unos discretos incrementos en las cantidades de t¨ªtulos pendientes de encontrar partida compradora.
Las p¨¦rdidas, aunque con tibieza, se generalizaron en el grupo. Banesto, Hispano y Santander dejaron un punto en el mercado madrile?o, dos cedi¨® Popular y cuatro termin¨® perdiendo el Vizcaya, aparentemente el m¨¢s coherente en funci¨®n a las recomendaciones de la ?aja.
La sensaci¨®n que cund¨ªa en el mercado era la d¨¦ que una violenta tormenta de verano se hab¨ªa abatido sobre los corros. Objetivamente nada nuevo hab¨ªa ocurrido durante el fin de semana para. que se produjese una acentuaci¨®n de tal calibre en la orientaci¨®n negativa de los valores m¨¢s destacados. Parec¨ªa como, si las impresiones sobre posibles limitaciones futuras a los repartos de dividendos en el sector el¨¦ctrico, las, dificultades que encontrar¨¢n las sociedades para realizar ampliaciones de capital liberadas, el fantasma de la regulaci¨®n de las autocarteras en el sector bancario y la estricta pol¨ªtica de contenci¨®n del crecimiento monetario decidida por Banco de Espa?a hace unas semanas se hubiesen condensado y como si provocados por una gota de aire fr¨ªo hubieran llovido a c¨¢ntaros los t¨ªtulos sobre los parqu¨¦s.
La disposici¨®n que reflejaba el mercado al t¨¦rmino de las reuniones se puso de manifiesto en dos momentos claramente diferenciados. En el primero de ellos, algunas ¨®rdenes compradoras, con cierta timidez, buscaron colocarse en algunos de los valores de mayor fuste actual, ante los recortes dr¨¢sticos de los que hab¨ªan sido objeto sus precios. A continuaci¨®n, se pas¨® a una actitud por parte de los compradores nuevamente m¨¢s retra¨ªda, en la que la creciente presencia de nuevo de t¨ªtulos a la venta acababa por tirar por tierra algunas de las esperanzas de recuperaci¨®n para las reuniones de hoy. No obstante, esta posibilidad no resulta descartable y previsiblemente ir¨¢ ligada a las impresiones que extraigan los especialistas de la intervenci¨®n del presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados.
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