Marcelino Camacho reafirma sus deseos de concertaci¨®n, pero no en los t¨¦rminos planteados por el Gobierno
En un tono de fuerte cr¨ªtica hacia el Gobierno" -o "determinada parte del gobierno"- Marcelino Camacho, secretario general de CC OO, present¨® ayer, a puerta abierta, su informe ante el consejo confederal del sindicato. Las posibilidades de concertaci¨®n se dibujan cada vez m¨¢s lejanas. Para Camacho, el Gobierno no quiere una verdadera negociaci¨®n y coarta con sus imposiciones las que pudiera haber entre sindicatos y patronal. Por otra parte, CC OO no acepta la concertaci¨®n en los t¨¦rminos planteados por el Gobierno y entiende que sus propuestas se reducen a "escuchar tarde y mal".
El informe realizado ayer por Marcelino Camacho sit¨²a al sindicato muy lejos de los postulados que en materia de pol¨ªtica econ¨®mica viene preconizando el Gobierno. Las cr¨ªticas del secretario general de Comisiones Obreras se centraron, como era de esperar, en el programa macroecon¨®mico a medio plazo y el sobreesfuerzo que se exige a los trabajadores.El sacrificio salarial contenido en el texto entregado por el ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Miguel Boyer, en su pasada reuni¨®n con los sindicatos es, a juicio de Marcelino Camacho, excesivo, y las contrapartidas recogidas en los Presupuestos del Estado no compensan el mismo.
Camacho insisti¨® en que no se puede aceptar una subida salarial del 6,5% porque supondr¨ªa una p¨¦rdida del poder adquisitivo de 3 o 4 puntos. Seg¨²n sus t¨¦sis, para lograr el objetivo de mantener ese poder adquisitivo habr¨ªa que ir a un 10%, o a una banda que recogiera en su punto medio este porcentaje.
La lista de agravios realizada por el secretario general de CC OO contra el Gobierno va desde la flexibilidad del mercado de trabajo a su renuncia a la creaci¨®n de los 800.000 puestos de trabajo, pasando por los criterios de aplicaci¨®n de las cuarenta horas.
Para Camacho, el Gobierno como tal -"y sobre todo el subgabinete"- est¨¢ incumpliendo sistem¨¢ticamente su programa electoral. "Se ha aliado", dijo, "con los empresarios en lugar de hacerlo con las fuerzas de izquierdas".
Pol¨ªtica antiobrera
Bajo su ¨®ptica, la pol¨ªtica econ¨®mica del actual Gabinete es antiobrera y los ajustes econ¨®micos son en definitiva un "ajuste brutal que perjudica a la clase trabajadora".A lo largo de una intervenci¨®n que se prolong¨® durante m¨¢s de una hora, Camacho insisti¨® en diferentes ocasiones en la necesidad de negociar, en los deseos de su sindicato de llevar adelante la negociaci¨®n del programa y el escaso inter¨¦s del Ejecutivo para hacerlo. "Nosotros queremos negociar", afirm¨®, "y si el Gobierno no quiere, le obligaremos".
La advertencia de Camacho fue m¨¢s expl¨ªcita cuando fij¨® la fecha de las movilizaciones para ¨²ltimos de septiembre, o primeros de octubre. Se tratar¨ªa de llevar a cabo manifestaciones multitudinarias en lugares como Madrid, Barcelona y Valencia, con el lema de las 40 horas de jornada.
En esta l¨ªnea de dejar claro el deseo de negociaci¨®n, contest¨® a las acusaciones efectuadas por Nicol¨¢s Redondo, secretario general de la Uni¨®n general de Trabajadores, afirmando que "CC OO no busca la confrontaci¨®n". Y abundando en ello, analiz¨® el cuadro macroecon¨®mico del Gobierno y las bases en las que se apoyaba -reactivaci¨®n de la econom¨ªa internacional, crecimiento del producto interior bruto, moderaci¨®n salarial-, se?alando que "no queremos concertaci¨®n de esa manera". Y aclar¨® adem¨¢s que esta postura de CC OO "no responde a criterios de ning¨²n secretario general de ninguna organizaci¨®n o partido", sino de un sindicato.
Las diferencias, en el fondo, parecen centrarse en la forma en que se lleve a cabo la negociaci¨®n del plan econ¨®mico. De la intervenci¨®n de Camacho parece desprenderse que s¨®lo es posible una concertaci¨®n si interviene directa y activamente el Gobierno, y siempre que no venga ya condicionada por los supuestos que se imponen en el programa a medio plazo. Tampoco, siguiendo la l¨ªnea argumental de Marcelino Camacho, parece posible un acuerdo con la patronal, donde la mayor contrapartida -los aumentos salariales- ya viene impuesta.
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