El despliegue de los euromisiles una decisi¨®n poco popular

Salvo en el Reino Unido, las encuestas muestran generalmente que una abrumadora mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica de los otros cuatro pa¨ªses -Italia, RFA, B¨¦lgica y los Pa¨ªses Bajos- directamente implicados en ¨¦l despliegue de los euromisiles de la OTAN rechaza dar este paso. No es sorprendente, pues, que algunos de estos Gobiernos tengan dificultades internas con esta cuesti¨®n, que promete, sin embargo, en opini¨®n de un diplom¨¢tico pr¨®ximo a la OTAN, un oto?o menos caliente de lo que se tem¨ªa.La verdadera preocupaci¨®n estriba en que, seg¨²n otro diplom¨¢tico, ya se han trillado en Ginebra casi todas las cuestiones t¨¦cnicas. Este no es el problema. Lo que falta es una decisi¨®n pol¨ªtica por parte de Mosc¨² y Washington. En estos momentos, sin embargo, una soluci¨®n en Ginebra no es una alternativa a un despliegue: inicial en diciembre de los 572 misiles Pershing II y de crucero norteamericanos. Es m¨¢s, los sovi¨¦ticos han conseguido acotar un problema bien visible: ?se han de contabilizar o no los sistemas nucleares franceses y brit¨¢nicos? Este es un tema que bien podr¨ªa dividir a la Alianza Atl¨¢ntica.
La tesis sovi¨¦tica es compartida en este punto, en EE UU, por un estudio de la Library of Congress y por el ex director de la Agencia para el Control de Armanentos y el Desarme, Paul Warnke. Fue el Parlamento holand¨¦s el que el mes pasado se pronunci¨® en id¨¦ntico sentido.
EE UU se ha visto presionado por negociar con m¨¢s talante pol¨ªtico, ante todo para satisfacer a las opiniones p¨²blicas en Europa. Y algunas cifras pueden cantar. Seg¨²n diversas encuestas recientes, en la RFA un 75,5 % pide que el despliegue sea cancelado o demorado si fracasan las negociaciones de Ginebra. Un 59 % del los italianos est¨¢ contra el despliegue, mientras en B¨¦lgica la cifra correspondiente alcanza un 79 % (m¨¢s elevada aun entre los flamencos y entre las mujeres).
La incertidumbre de Holanda
Es Holanda el pa¨ªs que m¨¢s incertidumbres provoca. Aunque en junio el Gobierno democristianoliberal de Rudd Lubbers revel¨® el eventual emplazamiento de despliegue de los 48 misiles. que le corresponde -Wonsdrecht-, por el momento ha decidido r¨ªo pronunciarse sobre el tema. Lubbers incluso ha compartido en cierta manera la tesis de que hay que decir a los brit¨¢nicos y a los franceses que "hay que tener un proceso de negociaci¨®n que a la larga no excluya ning¨²n tipo de armas nucleares".
Con un fuerte movimiento pacificista apoyado por el Consejo Interiglesias para la Paz, el Gobierno holand¨¦s no est¨¢ convencido de contar con suficiente mayor¨ªa en su Parlamento para apoyar la decisi¨®n de admitir los misiles en su territorio. No habr¨¢ decisi¨®n holandesa hasta el verano de 1984 y los misiles, en cualquier caso, no ser¨ªan instalados hasta 1986.
Aunque el Gobierno belga apoya en principio el despliegue, tampoco tomar¨¢ hasta diciembre de 1983 o enero de 1984 una decisi¨®n en firme sobre el tema. Ya ha designado oficiosamente a Florennes como posible base.
El nuevo Gobierno italiano de Benito Craxi ha reafirmado su compromiso para el despliegue, que comenzar¨ªa en Comiso (Sicilia), con cierto "retraso t¨¦cnico", a partir de marzo de 1984. Pero el propio Craxi ha presionado a favor de nuevas alternativas de negociaci¨®n, mostrando especial inter¨¦s por la modalidad a que llegaron los negociadores en sus "paseos por los bosques". El Partido Comunista Italiano, si bien conden¨® la doble decisi¨®n de la OTAN de 1979, se ha mostrado relativamente cauto en sus declaraciones y sobre todo en sus acciones contra el despliegue.
Es la RFA la que plantea una situaci¨®n m¨¢s compleja. La victoria electoral del canciller democristiano Helmut Kohl no ha resuelto los problemas que tiene ante su opini¨®n p¨²blica. Por algo este verano urgi¨® de nuevo un desbloqueo de la negociaci¨®n por medio de la f¨®rmula flexible de los "paseos por los bosques". Por su parte, la oposici¨®n socialdem¨®crata, con importantes elementos en su seno a favor de demorar la fecha de diciembre para el comienzo del despliegue, est¨¢ a¨²n por definir claramente su posici¨®n.
En la RFA, el movimiento por la paz ha aumentado su credibilidad, con algunas manifestaciones, bien organizadas y controladas, que resultaron realmente pac¨ªficas. En opini¨®n de algunos militares de la OTAN, este resultado ha conseguido dar al movimiento una aut¨¦ntica credibilidad. El problema, seg¨²n manifestaron fuentes atl¨¢nticas, es que en Europa occidental el movimiento por la paz de esta d¨¦cada no est¨¢ promovido por la URSS, sino que responde a una general desilusi¨®n con las ideolog¨ªas de Este y de Oeste, que hace m¨¢s dif¨ªcil afrontarlo.
El Reino Unido podr¨ªa ser una, excepci¨®n a la regla del malestar' general. Seg¨²n dos encuestas realizadas por MORI, en enero de 1983, un 54 % de la poblaci¨®n se manifestaba en contra de los misiles. En mayo, la situaci¨®n hab¨ªa cambiado y un 52 % se pronunci¨® a favor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.