Juan Pablo II habla del pecado como una lucha entre la luz y las tinieblas

El S¨ªnodo de los Obispos fue inaugurado ayer por la ma?ana con una liturgia llena de sugesti¨®n, en una jornada romana de fr¨ªo y lluvia, y con un discurso del Papa de tonos fuertes, en el que present¨® el tema de la reconciliaci¨®n y del pecado "como una lucha dram¨¢tica entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas". Juan Pablo II pronunci¨® su discurso en italiano, traducido del polaco, ante los 221 obispos y cardenales de todo el mundo que participan en el s¨ªnodo.A los moralistas modernos que en estas semanas hab¨ªan insistido en que es necesario que la Iglesia escuche los signos de los tiempos para comprender la evoluci¨®n del concepto de pecado, que se ha ido madurando en la sociedad secularizada y que se concentra sobre todo en la ofensa al hombre, el papa Wojtyla ha respondido al rev¨¦s, con un concepto de pecado centrado exclusivamente en Dios, como "una plenitud de odio contra ¨¦l".

A este enfrentamiento contra Dios que es el pecado, el Papa le ha dado un nombre, sacado de la escritura: "El diablo, el calumniador, Satan¨¢s". Seg¨²n el Papa, "el bien tiene su principio en Dios", mientras que el mal y el pecado son "la negaci¨®n de aquel bien supremo que es Dios; una negaci¨®n que supone la ruptura con la verdad y es la fuerza destructiva del odio. Y por eso se le llama al diablo el padre de la mentira".

Juan Pablo II les dijo a los obispos que era necesario "volver a las primeras palabras de Cristo y restituirles su eterna, evang¨¦lica y apost¨®lica potencia". Durante todo su discurso, el Papa ha jugado con los conceptos de "potencia", palabra que se repite continuamente en los cinco folios de su alocuci¨®n; de "victoria" contra el mal, identificado como el diablo; de "odio destructivo", de "lucha dram¨¢tica entre las potencias del bien y del mal".

Record¨¢ndoles que el s¨ªnodo se abr¨ªa en la fiesta del arc¨¢ngel san Miguel, que significa, dijo, "?qui¨¦n como Dios!". Refiri¨¦ndose al libro del Apocalipsis, que es el m¨¢s citado en este discurso, el papa Wojtyla record¨® a los 200 obispos y cardenales que el Apocalipsis "habla de lucha", y cit¨® estas palabras textuales: "Estall¨® una guerra en el cielo: Miguel y sus ¨¢ngeles combatieron contra el drag¨®n". Y coment¨® que esta contraposici¨®n entre el bien y el mal "ha entrado en la historia del hombre destruyendo la inocencia originaria del hombre y de la mujer".

Arrepentimiento

Pero en esta lucha, dijo el Papa, el hombre que no se opone a Dios puede obtener la victoria si "se acusa ante Dios y confiesa sus culpas con arrepentimiento, uni¨¦ndose a la reconciliaci¨®n de la sangre del Cordero". Refiri¨¦ndose a la situaci¨®n actual del mundo, el Papa dijo: "Todos nosotros tenemos plena conciencia de la escala de amenazas que se han acumulado sobre la vida de la humanidad contempor¨¢nea", pero la Iglesia, ha querido subrayar el Papa, "da continuamente testimonio de su inter¨¦s por la reconciliaci¨®n entre los hombres y las sociedades para superar las potencias destructivas de la hostilidad, del odio, de la voluntad de destrucci¨®n".Alguien ha notado que en este discurso del Papa no hay una sola alusi¨®n al concepto de pecado como injusticia social, como ofensa al hombre, y no s¨®lo como enfrentamiento contra Dios. El tono triste y dram¨¢tico de este discurso ante el s¨ªnodo, seg¨²n los primeros comentarios de algunos observadores, revela el tormento interior del papa Wojtyla, que durante su discurso sobre la reconciliaci¨®n y la penitencia no ha pronunciado una sola vez la palabra esperanza.