Jo Page, pacifista brit¨¢nica
Vive desde hace 10 meses en los campamentos que rodean la basenorteamericana de Greenham Common en el Reino Unido
La historia comenz¨® el 28 de agosto de 1981: desde ese d¨ªa hasta el 5 de septiembre, hombres y mujeres marcharon desde Cardiff, en Gales, hasta Greenham Common para protestar por la futura instalaci¨®n de 96 misiles Cruise en la base que all¨ª dispone Estados Unidos. Desde entonces, alrededor de 200 mujeres, algunas todo el tiempo, otras rotando, mantienen cuatro campamentos para protestar y denunciar a trav¨¦s de medios pac¨ªficos y no violentos el despliegue de los Cruise previsto para fin de este a?o. El 12 de diciembre pasado, 30.000 mujeres rodearon la base en un abrazo colectivo."Nuestro objetivo principal", dice Jo Page, "es tratar que no se desplieguen los 96 Cruise, que equivalen a 1.440 bombas de Hiroshima, pero estamos en contra de todas las armas nucleares". Explica que la base, una del centenar que posee Estados Unidos en el Reino Unido, s¨®lo alberga soldados y oficiales norteamericanos, pero que no se sabe cu¨¢ntos hay estacionados all¨ª".
Page se interes¨® por Greenham Common cuando vio, el 1 de enero pasado en televisi¨®n que varias mujeres hab¨ªan burlado los sistemas de seguridad de la base y estaban bailando sobre los silos que albergar¨¢n los nuevos misiles. "Con este tipo de acciones les demostramos que la seguridad militar es muy relativa.
A veces entramos en la base y dejamos se?ales de que hemos estado. No destruimos nada, pero dejamos un osito de peluche junto a un silo, pintamos un avi¨®n o depositamos una mu?eca junto a una puerta de los oficiales. Pero si unas mujeres sin entrenamiento y desarmadas logramos hacer eso, ?qui¨¦n nos asegura que un grupo terrorista no se apoderar¨¢ ma?ana de los Cruise?".
La respuesta del Gobierno y de las fuerzas armadas tiene varias caras. Por las noches, el campamento de mujeres es iluminado por luces potentes a las que ellas contestan haciendo hileras de velas en las entradas principales de la base. Muchas mujeres han pasado largas temporadas en la c¨¢rcel por negarse a jurar que "mantendr¨¢n la paz" (to keep the peace), una figura del derecho consuetudinario brit¨¢nico. Cuando salen de prisi¨®n vuelven. Tienen un lema que dice: "No nos iremos. Estaremos all¨ª todo el tiempo que sea necesario". Los hombres no son rechazados en los campamentos, pero los participantes creen que las mujeres son menos proclives a reaccionar violentamente.
La forma de organizaci¨®n de Greenham Common es asamblearia; no hay l¨ªderes. "La prensa, con la excepci¨®n del peri¨®dico The Guardian, nos ignora o nos ridiculiza". La vida en los campamentos es dura, especialmente en invierno. Cada mujer aporta cinco libras semanales, algunas realizan trabajos eventuales y otras cobran el desempleo. "Mi esposo, que era pronuclear y ya no lo es", dice Page, "me apoya en este trabajo". Y a?ade: "Desde siempre, los hombres dejaron su casa para ir a la guerra. Ahora las mujeres abandonamos nuestros hogares para trabajar por la paz".
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