Moraleja: Mosc¨² seguira presente en Ginebra

En contra a lo que se ven¨ªa rumoreando durante la ¨²ltima semana,, el Kremlin no piensa retirarse de las conversaciones de Ginebra sobre armas nucleares de alcance medio en Europa. ?sta era la moraleja que los c¨ªrculos occidentales de Mosc¨² sacaban ayer del largu¨ªsimo comunicado dado a conocer al final de la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores del Pacto de Varsovia.En lo que respecta al futuro inmediato de estas negociaciones, nada parece haber cambiado. Todo lo m¨¢s -admite alg¨²n veterano observador- habr¨ªa que creer que las sutiles amenazas de abandonar la mesa de negociaciones estaban dirigidas a las opiniones p¨²blicas de Europa occidental, en un momento crucial para los movimientos pacifistas y antinucleares del viejo continente.

La ambigua f¨®rmula utilizada en el comunicado final de la cumbre del pacto para decir que no hay que retirarse de las conversaciones de Ginebra no implica, sin embargo, que se ponga como condici¨®n previa la no instalaci¨®n de los misiles, seg¨²n se asegura en los mentideros euroccidentales de Mosc¨².

En Mosc¨² se afirma tambi¨¦n que el Kremlin tiene dos poderosas razones para no tirar la toalla en Ginebra: primero, sus deseos de tratar de mantener cualquier lazo que le permita el di¨¢logo con Estados Unidos en un tema tan importante como el desarme; segundo, sus propios aliados del Pacto de Varsovia, que tambi¨¦n sufrir¨ªan los efectos econ¨®micos de la carrera de armamentos y que, adem¨¢s, podr¨ªan llegar a tener que albergar nuevas armas dentro de sus fronteras si se plantan los mis?les. Medios diplom¨¢ticos occidentales de Mosc¨² creen que son muy escasas las posibilidades de que se llegue a un acuerdo en Ginebra antes de fin de a?o, cuando hayan comenzado ya los preparativos para la instalaci¨®n de los 572 cohetes estadounidenses de crucero y Pershing 2.

La vista de los sovi¨¦ticos estar¨ªa puesta ya en 1984, con la esperanza de que ¨¦ste habr¨¢ de ser a?o electoral en Estados Unidos y el debate podr¨ªa, pues, sufrir algunas alteraciones por parte occidental.

De todos rfiodos, hasta finales de este mes, cuando el l¨ªder sovi¨¦tico Yuri Andropov realice en Bulgaria su primer viaje al extranjero como jefe de Estado, no se espera que haya nuevos ofrecimientos por parte de Mosc¨².