Los conciertos de 'segunda parte'

Elephants III y IV, De Pablo;Concierto para piano y orquesta, Schumann, y Alexander Neysky, Prokofiev. Guillermo Gonz¨¢lez, piano; Mar¨ªa Folc¨®, 'mezzo'

Orquesta y Coro Nacionales de Espa?a. Director. Director Pablo P¨¦rez.

Teatro Real.

Madrid. 14 de octubre de 1983.

El segundo concierto de abono de la Orquesta y Coro Nacionales era, en realidad, el primero de estos conjuntos tras el excepcional arranque de temporada protagonizado por Celibidache -que deb¨ªa visitar- y la Filarm¨®n¨ªca de Munich, int¨¦rpretes de un Concierto para orquesta, de Bartok, dificil de. olvidar. El reencuentro con la norma tuvo color hispano, con la milsica de Luis de Pablo, los trabajos solistas del pianista tinerfe?o, Guillerino Gonz¨¢lez y de la mezzo bilba¨ªna Mar¨ªa Folc¨® y la direcci¨®n del joven maestro burgal¨¦s V¨ªctor Pablo P¨¦rez.

La Orquesta Nacional de Espa?a tocaba por vez primera los Elephants ivres III y IV, de Luis de Pablo, ambas p¨¢ginas con car¨¢cter de estreno en Madrid y el IV incluso en Espa?a. La serie de Elefantes borrachos cumple ahora 10 a?os y se hab¨ªa or¨ªginado precisamente por un encargo de esta orquesta. Al cumplirlo, De Pablo vio las pos¨ªbilidades de desarrollar la idea en tres cap¨ªtulos m¨¢s, y ¨¦se es el motivo de la serie.

La idea en cuesti¨®n es la de tomar como punto de partida una p¨¢gina del glorioso pasado musical espa?ol encarnado en la figura de Tom¨¢s Luis de Victoria para transformarlo, recrearlo y sumirlo, en el seno de un lenguaje propio que tan consciente es de- d¨®nde estamos como de d¨®nde venimos. No es la ¨²nica vez que Luis de Pablo, como han hecho otros compos¨ªtores de hoy, echa la mirada contempor¨¢nea al siglo XVI musical espa?ol.

El resultado aqu¨ª es una m¨²sica que, en sus cuatro cap¨ªtulos, ofrece otras tantas versiones distintas e igualmente interesantes de un mismo material, siempre refinadamente elaborado desde el punto de vista t¨ªmbrico y arm¨®nico. El III se confla b¨¢sicamente a las cuerdas y busca la fascinaci¨®n sonora a trav¨¦s del estatismo que deriva de la visi¨®n lineal y m¨¦trica del motete de Victoria.

El pianista Guillermo Gonz¨¢lez, uno de los enseftantes m¨¢s prestig¨ªados del conservatorio madrile?o, es un pianista excelente, correcto y honesto buscador de.la verdad musical al margen de cualquier alharaca exhibicionista. Sus peri¨®dicas apariciones en los conciertos grandes dejan siempre buen sabor de boca, aunque se observe como cierta timidez que recorta el vuelo de la fantas¨ªa. Su actuaci¨®n fue de menos a m¨¢s durante el primer tiempo de Schumann y, para m¨ª, alcanz¨® su punto m¨¢s alto, en el movimiento central, dicho con verdadero deleite fras¨ªstico y encanto sonoro. Mar¨ªa Folc¨® interpret¨® con buena voz y estilo su breve papel en la cantata Alexander Nevsky, de Prokofiev, en la que el Coro Nacional tuvo u?na magnffica actuaci¨®n. Su director, Sabas Calvillo, fue aclamado junto a la mezzosopirano y el director, con toda justicia.

V¨ªctor Pablo P¨¦rez lleva bastantes a?os de formaci¨®n y de labor profesional pausada, seria y rigurosa. Sus maneras, f¨¢ciles, naturales, revelan buena disposici¨®n para la direcci¨®n. El concierto, sin haber sido redondo, sigue dejando abiertas todas las puertas. Creo que fue un concierto de segunda parte como, desgraciadamente, su cede muy a menudo.

Las versiones de la doble p¨¢gina de la obra de De Pablo acusaron cierta cortedad y agarrotamiento, mientras que el Concierto schumanniano no goz¨® de total ajuste ni de especiales sutilezas.