Soy m¨¦dico, cat¨®lico,

liberal, comprador de su peri¨®dico desde el d¨ªa eri que fue parido, admirador del sentido com¨²n y poco dado a sobresaltos de falsas susceptibilidades.Pienso que es una hipocres¨ªa ir en contra del aborto y a favor de la pena de muerte. Tambi¨¦n el ir en contra de esta ¨²ltima y a favor de la interrupci¨®n del embarazo. Creo que en ambos casos se junta el hambre con la gula, quiz¨¢ como m¨¦todo compensatorio de una manifiesta impotencia intelectual.

No es mi prop¨®sito dar aqu¨ª razones en favor de la vida, que en todo caso s¨®lo son de mi competencia. "Quisiera, ¨²nicamente, dejar constancia de mi sorpresa ante el hecho de ver heridas en su intimidad a una serie de personas -incluido el se?or periodista que escribi¨® el posterior editorial pidiendo perd¨®n- por una propaganda en contra del aborto, que su digno diario se atrevi¨® a difundir. Su l¨¦xico es el mismo -s¨®lo que en sentido contrario- que el de ciertos ultraconservadores que publican sus quejas en cierta prensa quijotesca y retr¨®grada. A eso me sonaba el sofoco, aunque respeto la opini¨®n de estas gentes profundamente. Lo que no respeto es la hipocres¨ªa, y el mismo con que la editorial compens¨® a los posibles detractores del anuncio en cuesti¨®n, me pareci¨® de lo m¨¢s pedante e hip¨®crita posible. Qued¨® mal con todos los quemados despu¨¦s de encender la hoguera. / Castell¨®n.