Municipios no nucleares: un s¨ªmbolo activo de paz
El surgimiento de las iniciativas de municipios libres de armas nucleares puede entenderse como una continuaci¨®n del mismo proceso que ha dado lugar al fen¨®meno del desarme regional. Si ¨¦ste ha sido fruto de la incapacidad de funcionamiento y de la inviabilidad, en las presentes circunstancias, del desarme general y completo, las dificultades y trabas que han encontrado las propuestas de desarme regional han sido tambi¨¦n las causas del surgimiento de iniciativas a escala a¨²n m¨¢s reducida, es decir, a unos niveles m¨¢s cercanos a los centros de decisi¨®n popular: los municipios, las comunas, los departamentos o las provincias.En la medida en que las grandes potencias son incapaces de llegar a acuerdos de desarme y de limitaci¨®n de armamentos, sin que paralelamente desarrollen sistemas diplom¨¢ticos, pol¨ªticos o econ¨®micos que disminuyan el riesgo de conflicto entre ellos o mediante terceros, aumenta el sentimiento popular de que las soluciones no se alcanzar¨¢n por concesiones gratuitas de estas potencias, sino por una presi¨®n y una protesta generalizada internacional. Este distanciamiento con las estrategias gubernamentales e intergubernamentales, para ser realmente efectivo y positivo, deber¨ªa ir acompa?ado de una actitud comprometida, activa, en favor del desarme real.
Si la desnuclearizaci¨®n de municipios es una actitud meramente simb¨®lica o, por el contrario, de un alto valor pol¨ªtico, s¨®lo el tiempo lo dir¨¢. Lo cierto es que, a trav¨¦s de las autodeclaraciones de municipios libres de armas nucleares, se ha abierto un proceso social en el que, quiz¨¢ por primera vez, los ciudadanos de un municipio se sienten interesados, preocupados y activos en relaci¨®n a una tem¨¢tica de alcance universal, teji¨¦ndose un v¨ªnculo entre un problema internacional tradicionalmente monopolizado por los estrategas de las grandes potencias y la propia voluntad personal de incidir en esta cuesti¨®n.
El incremento del armamentismo ha ido acompa?ado de una cierta proliferaci¨®n de propuestas y negociaciones de desarme. Pero se trata de un desarme condicionado a las pol¨ªticas de seguridad de las grandes potencias, uno de cuyos pilares b¨¢sicos es el de conseguir la superioridad sobre el otro, es decir, que se persigue un objetivo (el desarme) mediante el refuerzo de su antinomia (el rearme), lo que necesariamente produce una situaci¨®n sin salida.
El 22% de la poblaci¨®n
Esta misma incapacidad de la diplomacia de los pa¨ªses m¨¢s directamente implicados en la situaci¨®n ha ido creando una respuesta positiva y alternativa dentro de estos mismos pa¨ªses y en ¨¢reas de la poblaci¨®n situadas en la base de la pir¨¢mide social -grupos locales, regionales, ayuntamientos, etc¨¦tera-, formando una nueva din¨¢mica de presi¨®n y de concienciaci¨®n a partir del individuo y de su entorno m¨¢s inmediato, y dirigida hacia las instancias del poder nacional y supracional; esto es, al v¨¦rtice de la pir¨¢mide.Una de las formas m¨¢s genuinas de este proceso es, como ya hemos indicado, la declaraci¨®n de municipios libres de armas nucleares, tambi¨¦n denominada desnuclearizaci¨®n municipal. En Espa?a, autique tarde, tambi¨¦n ha penetrado esta forma de expresi¨®n, contabiliz¨¢ndose m¨¢s de 60 municipios desnuclearizados con 8.000.000 de habitantes, lo que representa el 22% de la poblaci¨®n espa?ola.
Interesa analizar, pues, un hipot¨¦tico escenario espa?ol en el que una parte importante de sus municipios (un 30% o un 50%, por ejemplo) se declara desnuclearizada. En este supuesto surgen varias cuestiones a considerar:
1. Si los municipios adoptan resoluciones escuetas y poco detalladas, la actitud s¨®lo es simb¨®lica y puede tener muy poca relevancia.
2. Si las mociones tienen una articulaci¨®n l¨®gica y detallada de lo que significa la desnuclearizaci¨®n, puede suponer una presi¨®n importante para adaptar estas exigencias a la legislaci¨®n vigente, que deber¨ªa ser modificada para atender a estas demandas.
3. En cualquiera de los dos supuestos anteriores, el Gobierno se ver¨ªa obligado -o deber¨ªa verse- a debatir en profundidad y a tomar posturas concretas en relaci¨®n a su papel frente a la estrategia nuclear de la OTAN y a la tensi¨®n nuclear en general. Esto podr¨ªa concretarse posteriormente en una mayor participaci¨®n en los temas de desarme.
4. La desnucleariz aci¨®n del Mediterr¨¢neo y de,la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica dejar¨ªan de ser unos proyectos marginales para convertirse en hip¨®tesis viables de trabajo pol¨ªtico.
5. Si las ?nociones de desnuclearizaci¨®n van acompa?adas de compromisos del ayuntamiento en la promoci¨®n de debates, publicaciones e informaci¨®n sobre paz y desarme, podr¨ªa originarse una din¨¢mica sumamente interesante de concienciaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica.
Para llegar a esta meta, entonces lo m¨¢s apropiado ser¨ªa seguir los siguientes pasos:
a) Antes de proceder a una autodeclaraci¨®n de zona desnuclearizada, el municipio deberia promover una discusi¨®n general sobre este aspecto, tanto dentro de las fuerzas pol¨ªticas que forman el consistorio como con los grupos y entidades municipales interesados en el tema.
b) Si existe acuerdo suficiente y se aprueba la moci¨®n, es necesario llegar a un acuerdo firme y concreto que suponga una continuidad del apoyo del ayuntamiento con la divulgaci¨®n, estudio e informaci¨®n sobre paz y desarme, de forma directa o indirecta, con el objetivo de crear un aut¨¦ntico ambiente y sensibilidad ciudadana sobre estas cuestiones.
c) Los acuerdos y actos que se realicen deben ser divulgados al m¨¢ximo y, a ser posible, con participaci¨®n de los municipios del contorno, con el prop¨®sito de lograr un mutuo apoyo intercomarcal e intermunicipal.
d) Las resoluciones de desnuclearizaci¨®n deben ser tramitadas y enviadas a las autoridades auton¨®micas y a los delegados del Gobierno, con objeto de que sean transmitidas al Gobierno dela naci¨®n y ¨¦ste pueda, si procede, ratificar y aprobar el acuerdo municipal, a fin de que pueda tener validez legal.
Es evidente que la desnuclearizaci¨®n municipal no va a ser la soluci¨®n al problema de la tensi¨®n internacional y de la conflictividad mundial. Su prop¨®sito es, bien seguro, mucho m¨¢s modesto: facilitar el surgimiento de un clima de confianza y de participaci¨®n en un objetivo trascendental que incumbe no s¨®lo a los pol¨ªticos profesionales y a los diplom¨¢ticos, sino especialmente a todos los ciudadanos del mundo: la supervivencia de la especie humana y su dignificaci¨®n. Cuando los caminos tradicionales no consiguen este objetivo, quiz¨¢ porque no lo persiguen, es un deber de todo ciudadano honesto buscar su compromiso con la paz y el desarme. La desnuclearizaci¨®n de su municipio puede ser un buen medio.
es investigador sobre cuestiones de desarme.
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