R¨¦plica de Marisol
En el n¨²mero de ese diario que usted dirige del d¨ªa 21 apareci¨® una columna titulada El pu?o de Marisol, firmada por Maruja Torres. Como lo encuentro ofensivo y degradante para mi persona, le ruego publique esta r¨¦plica, a la que me considero con derecho.Por lo visto, a Maruja Torres le caigo gorda, no le caigo nada bien, vamos, o, si no, no entiendo tanta virguer¨ªa literaria con la que se goza en intentar degradarme. Pero lo que est¨¢ claro que en realidad Maruja Torres no tolera, que la pone enferma, vamos, es el pu?o en alto: s¨®lo comprensible en casos de viejos militantes trasnochados o de ni?as prodigio neurotizadas por la vida. Al¨¦grese Maruja Torres: por una frase as¨ª, Franco la habr¨ªa felicitado, sobre todo si la hubiera escrito hace ocho a?os. El pu?o en alto, dice Maruja Torres, es un gesto de gentes desva¨ªdas y trasnochadas o de mujeres idiotas, sometidas a pareceres de otros. Porque s¨®lo hay, hoy por hoy, una v¨ªa para los inteligentes y los decentes -para Maruja Torres-: la v¨ªa del medio; y es que est¨¢ ya uno harto, ah¨ªto, de saber de qu¨¦ va la vaina y de qu¨¦ las ideolog¨ªas, y qu¨¦ duda cabe de que sin marxismo no pasar¨ªa esto que est¨¢ pasando por todas partes... La gente decente e inteligente, hoy, tira toda por la v¨ªa del medio.
Se trata de una v¨ªa donde la ¨²nica libertad que interesa, y por consiguiente se admite, es la del personalismo, la del derecho a decir lo que a uno se le antoje sobre todos los dem¨¢s, degradando as¨ª la dignidad de la libertad de cada persona. Pues bien, all¨ª donde este cauce se espesa, casi cloaca, all¨ª milita en primera columna Maruja Torres, y desde all¨ª ensarta tiras y tiras de encajes y florituras verbales sobre todo lo habido y por haber, sobre bid¨¦s, sobre corrupci¨®n, sobre curas, sobre fetos, sobre pel¨ªculas, sobre amigos geniales... Estas virguer¨ªas se empaquetan y se env¨ªan para consumo de los burgueses desencantados, de los proges ambiguos, de todos los indecisos, de los hambrientos de carnaza con nombre propio; y esta palabrer¨ªa circula con rapidez de la cloaca al lector, y algo, claro, salpica siempre a la v¨ªctima del p¨¢rrafo.
En el caso de mi dignidad me molesta, pero me molesta un poco menos porque est¨¢ claro que se trata de opiniones procedentes de esa v¨ªa del medio que tiene sus principales forofos en los esbirros del Pent¨¢gono y en las derechas pro USA (de modo que por ambas cosas puede adem¨¢s alegrarse Maruja Torres); sin embargo, quiero decir que ese modo de tratar mi gesto, mi libertad y la dignidad de mi brazo en alto con el pu?o cerrado, esa forma de comentarlo, es fascista, porque s¨®lo intenta degradar el derecho a hacerlo con dignidad. /
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