La entrada de marroqu¨ªes en Ceuta debe ser limitada, seg¨²n el delegado del Gobierno

Manuel Pel¨¢ez, delegado del Gobierno en Ceuta, ha manifestado que piensa seguir adelante con unas medidas de control para limitar la entrada diaria en la plaza de unas 500 empleadas marroqu¨ªes. Las medidas, aplicable a partir de noviembre, han provocado fuertes cr¨ªticas por parte del gobierno de Rabat y en algunos c¨ªrculos ceut¨ªes. Pese a las cr¨ªticas, Pel¨¢ez es taxativo: "Se trata de erradicar una explotaci¨®n humana propia de un r¨¦gimen colonial".

Manuel Pel¨¢ez manifest¨® ayer a EL PAIS su sorpresa por la trascendencia que hab¨ªa adquirido el anuncio, tanto en la Pen¨ªnsula como en Marruecos, de, una medida legal. "Es curioso", dijo, "pero un estornudo en esta ciudad se transforma en una pulmon¨ªa en la Pen¨ªnsula... y no digo nada de lo que supone para Marruecos". Como representante del Gobierno, trata de, aplicar la legalidad para evitar la explotaci¨®n por parte de ciudadanos espa?oles de trabajadores de otra nacionalidad.Las controvertidas medidas anunciadas, consisten en un control de pasaportes en la frontera ceut¨ª del Tarajal. Con ello, seg¨²n inform¨® el delegado del Gobierno, se atajar¨ªa en el plazo de dos o tres meses un trasiego ilegal de trabajadoras del hogar marroqu¨ªes que actualmente atraviesa la frontera con un permiso policial incontrolable. Aunque no se tienen unos c¨¢lculos precisos del n¨²mero de personas afectadas, la delegaci¨®n del Gobierno estima que las empleadas marroqu¨ªes afectadas, principalmente de las poblaciones

de Fnideq (antiguo Castillejos) y Tetu¨¢n, podr¨ªan alcanzar la cifra de 500.Estas trabajadoras, que supuestamente cruzan a diario la frontera en ambos sentidos, prestan sus servicios en 180 hogares ceut¨ªes. Su contrataci¨®n, una costumbre tradicional arropada en pr¨¢cticas clandestinas, es ilegal. Cobran salarios que oscilan entre las 8.000 y las 10.000 pesetas, y al no disponer de pasaportes (por lo tanto no figuran como emigrantes), carecen de los m¨¢s m¨ªnimos derechos de cualquier trabajador, como es el de la Seguridad Social.

Ante esta situaci¨®n, la delegaci¨®n del Gobierno exigir¨¢ el pasaporte a estas empleadas marroqu¨ªes, documento que habr¨¢ de expedir su pa¨ªs de origen. Bajo este trasiego de mano de obra la Administraci¨®n espa?ola tiene fundadas sospechas de que. se esconden otros asuntos turbios, como el tr¨¢fico de hach¨ªs, la extorsi¨®n e incluso la pr¨¢ctica de la prostituci¨®n. Para paliar estos hechos tambi¨¦n se incrementar¨¢ la vigilancia y control.

Manuel Pel¨¢ez, asegura no comprender la reacci¨®n adoptada por del embajador de Espa?a en Marruecos, Raimundo Basolls, quien ha protestado por la medida a instancia de la Administraci¨®n marroqu¨ª.Pese a la protesta de la Asociaci¨®n de Amas de Casa Ceut¨ªes -que ha dirigido un telegrama al vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra- y los comentarios de desaprobaci¨®n por las medidas que circulan en algunos medios de la ciudad -como es el caso de la C¨¢mara Oficial de Comercio, Industria y Navegaci¨®n- en la delegaci¨®n del Gobierno se estima que las medidas anunciadas beneficiar¨¢n a esta ciudad, que cuenta con 65.000 residentes, de los cuales 15.000 son marroqu¨ªes legalmente asentados.