7.000 personas tratan de sobrevivir en las marismas sevillanas con los ¨²nicos recursos del arroz y del cangrejo
En plena marisma, en un paisaje que 100 a?os atr¨¢s aparecia completamente anegado de agua, los poblados de Alfonso XIII y Villafranco del Guadalquivir luchan hoy por su supervivencia en dif¨ªciles condiciones. Son unas 7.000 personas, divididas en dos comunidades sociales distintas, valenciana una y andaluza otra, y con dos ¨²nicos recursos econ¨®micos, el arroz y el cangrejo. Dos recursos que se han agotado con el agua. Son dos pueblos artificiales, creados en la posguerra y abocados ahora a un duro presente y un incierto futuro.
Fue Queipo de Llano quien lanz¨® la idea de cultivar arroz en la marisma del Guadalquivir. La desecaci¨®n de los pantanos iba dejando al descubierto una tierra bastante salitre, mala al decir de muchos, y en la que pocos cultivos pod¨ªan darse. Plantar arroz all¨ª era una buena idea o, al menos, lo parec¨ªa. En tierras de Rafael Beca comenzaron a instalarse colonos, que en su mayor¨ªa llegaban de Valencia, de Sueca m¨¢s concretamente, con un caudal de conocimientos del cultivo del arroz como ¨²nico equipaje. El propio Rafael Beca hizo construir dos peque?os poblados de colonizaci¨®n, el Alfonso XIII y Villafranco. All¨ª los nuevos colonos pod¨ªan comprar casa y una parcela de unas 10 o 20 hect¨¢reas.El experimento sali¨® bien. El a?o 50 Franco inauguraba con todo el boato de la ¨¦poca los, dos poblados. Para entonces hab¨ªa colonos que ya se estaban construyendo su propia casa en Villafranco, que tend¨ªa a crecer m¨¢s, y Juan Mari, entonces un ni?o y hoy presidente del Sindicato del Arroz, recuerda c¨®mo les instaron a tener la fachada bien pintada "para cuando llegue el caudillo, para que vea que aqu¨ª van las cosas bien".
M¨¢s arroz que agua
Y efectivamente iban bien. Lo malo lleg¨® luego, cuando se perdi¨® el control de la superficie cultivable. Los grandes apellidos de la zona -los Guardiola, Hern¨¢ndez Barrera o Escobar- vieron que a los Beca les hab¨ªa ido bien. Esas tierras no val¨ªan para nada. Si acaso, como pasto para ganader¨ªa extensiva, pero debidamente desecadas y parceladas se pod¨ªan vender a m¨¢s precio. Todav¨ªa quedaba mucha gente de Sueca a la que pod¨ªa interesar trasladarse.Y donde Queipo de Llano hab¨ªa pensado en 6.000 hect¨¢reas ahora hay 28.000. Unas hect¨¢reas de arroz que, en ¨¦poca de pluviometr¨ªa excelente, puede producir el 42% de todo el arroz nacional. Y arroz de excelente calidad. Pero que en ¨¦pocas de sequ¨ªa genera paro y miseria. Por eso ¨¦ste ha sido un a?o de conflictos en la marisma.
Existen, por un lado, unas 900 familias de valencianos, propietarios medios, con sus 15 o 20 hect¨¢reas por familia, compradas a alg¨²n gran terrateniente andaluz. Con eso, en un a?o bueno, puede salir un mill¨®n de pesetas limpias o algo m¨¢s. En un a?o malo, si es tan malo como ¨¦ste, nada. Desde el punto de vista de un profesional bien pagado de una ciudad grande, son gente con un trabajo ingrato, con unos ingresos azarosos y condenados a vivir en un poblado sin diversiones. Para los andaluces llegados a estos poblados procedentes de Puebla del R¨ªo, de Coria o de Lebrija, son potentados, patronos que dan poco trabajo y, en cierto modo, intrusos.
El ya citado Juan Mari entiende la situaci¨®n como consecuencia irremediable del destino. Vino de Sueca, su mujer es de Sueca y la mayor¨ªa de sus amigos son de Suecia. Se junta con ellos en el bar-casino de Villafranco, donde pr¨¢cticamente todos hablan con un marcad¨ªsimo acento valenciano.
"A veces hemos intentado hacer las fallas aqu¨ª, pero no ha terminado de resultar", dice Juan Mari. "Al fin y al cabo, somos forasteros, e introducir nuestras costumbres aqu¨ª es un poco complicado, as¨ª que ahora vamos al Roc¨ªo. Cuando viene a jugar el Valencia al campo del Betis o al del Sevilla procuramos ir. En marzo se intenta ir a Fallas a Valencia, pero es dif¨ªcil, porque en esa ¨¦poca el campo requiere cuidados".
Cangrejeros
Con los valencianos conviven los andaluces, que, a pesar de estar m¨¢s cerca, han llegado m¨¢s tarde o bien no dominan el cultivo del arroz. La mayor¨ªa se han que dado en peones, y un muchacho joven aseguraba representar el sentir general cuando comentaba "Los valencianos son buena gente pero dan poco trabajo". Y es que en las peque?as explotaciones arroceras trabajan familias completas y no hay otros puestos.Frente a eso, a alguien se le ocurri¨® una alternativa pesquera: el cangrejo. Un cangrejo de r¨ªo procedente de Canad¨¢ que alguien ech¨® en la marisma, en los canales y en los arrozales hace ya casi 10 a?os y que ha supuesto que alguna vez se haya llegado a sacar 140.000 kilos. No es una especie tan sabrosa como la aut¨®ctona espa?ola, pr¨¢cticamente extinguida pero se puede vender a 30 pesetas el kilo, y una familia puede sacar hasta 8.000 kilos en un a?o bueno entre mayo y octubre.
Los arroceros se quejan de que el cangrejo roe las compuertillas de madera y los peque?os muros de tierra con que se trata de aislar unas zonas de otras y de que por su culpa el agua, a veces, se va hacia donde no debe. Tambi¨¦n dice que se comen todas las porquer¨ªas que pillan, y algunos se precian de nunca probarlos, pero, en general, los dos sectores conviven. Juntos, pero no revueltos. No son frecuentes los matrimonios entre una comunidad y otra. La peque?a distancia que les separa no tiende a acortarse, pero tampoco crea problemas especiales.
Los problemas los crea la falta de agua. Cuatro a?os de sequ¨ªa es mucho m¨¢s de lo que puede soportar una marisma sobreexplotada. De las 28.000 hect¨¢reas que el arroz ha llegado a invadir, s¨®lo se ha podido recoger este a?o cosecha en 2.000. Los cangrejos tampoco, han tenido h¨¢bitat, y los dos peque?os poblados se han quedado sin nada. El Gobierno destin¨® a los arroceros un cr¨¦dito de 815 millones, pero de ellos s¨®lo han podido alcanzarse 238, porque la gran mayor¨ªa no ten¨ªa al corriente sus papeles y sus cartillas y no ha podido demostrar que re¨²na los requisitos exigidos. Para los cangrejeros no hay m¨¢s ayuda que el paro comunitario.
Alg¨²n intento de expansi¨®n hacia el parque de Do?ana ha sido r¨¢pidamente cortado. Los cangrejeros pretendieron entrar y poner sus redes en el parque, y los arroceros tambi¨¦n lo invadieron para construir, por su cuenta, un dique que interrumpiese el ca?o Guadiamar y creara una acumulaci¨®n de agua que podr¨ªa servirles para el a?o que viene, pero unos y otros han sido rechazados.
La presencia en el parque de los cangrejeros ha sido vista con horror por las asociaciones ecologistas. Estiman que el cangrejo -una especie voraz, de un crecimiento r¨¢pido- puede da?ar fuertemente el ecosistema. En cuanto al arroz, tambi¨¦n hay p¨¢nico a que, a la vista de que ha agotado las zonas h¨²medas que lindan con el parque, traten de invadirlo.
Ahora, en Villafranco y en el poblado de Alfonso XIII, miran al cielo y esperan las lluvias, y cada vez son m¨¢s los que se acuerdan de Sueca o de Coria, los puntos de origen m¨¢s comunes de arroceros y cangrejeros. Algunos ya han emprendido el viaje de vuelta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Producci¨®n pesca
- Producci¨®n
- Sequ¨ªa
- Infraestructura pesca
- Acuicultura
- Cereales
- Comunidades aut¨®nomas
- Lluvia
- Precipitaciones
- Comunidad Valenciana
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Productos agrarios
- Andaluc¨ªa
- Pesca
- Espa?a
- Meteorolog¨ªa
- Agricultura
- Pol¨ªtica laboral
- Agroalimentaci¨®n
- Trabajo
- Administraci¨®n p¨²blica
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Alimentos
- Alimentaci¨®n