La aclamada visita madrile?a de la Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi

El concierto pro damnificados del Pa¨ªs Vasco, patrocinado por el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Madrid y el Hogar Vasco, ha constituido un gran ¨¦xito en todos los aspectos. El Orfe¨®n Donostiarra y la Sinf¨®nica de Euskadi, dirigidos por Od¨®n Alonso, interpretaron p¨¢ginas de Guridi y Carl Orff. El p¨²blico llen¨® la sala del Palacio de Congresos y Exposiciones e hizo objeto a director, solistas, cantores e instrumentistas de un caluroso homenaje. Al inicio del acto pronunciaron. unas palabras el representante del Gobierno vasco y el alcalde, Tierno Galv¨¢n. Despu¨¦s de la magn¨ªfica versi¨®n de los Carmina Burana, de Orff, y para corresponder a los largos aplausos, orquesta y coro ofrecieron una bella versi¨®n del Agur Jaunak.El trabajo que viene realizando la Sinf¨®nica de Euskadi desde su reciente fundaci¨®n es meritorio y entusiasta. En estos momentos nos encontramos, a ante una agrupaci¨®n orquestal de calidad, transparencia sonora, flexibilidad de ejecuci¨®n y refinamiento de estilo. La centuria cuenta con solistas valiosos, y adem¨¢s muestra una inquietud que no se limita a la formaci¨®n y cultivo del repertorio tradicional.

Las tres piezas de Guridi (plenilunio y danza de Amaya y preludio de El caser¨ªo) muestran una manera de concebir lo nacionalista que m¨¢s que entroncar con el impresionismo y los rusos acepta los modelos de la Schola Cantorum y la presi¨®n de las armon¨ªas llenas del ¨®rgano. Los ritmos caracter¨ªsticos del zortziko, la espatadanza y el ari?-ari? no resultan m¨¢s representativos que cierta forma de pensar las melod¨ªas tan inconfundiblemente vascas en Guridi como en Usandizaga. Se un¨ªan, pues, en Guridi el dato y el car¨¢cter, las constantes formales y las de sentimiento, dentro de un ¨¢mbito de; gran efusividad l¨ªrica. Las espl¨¦ndidas versiones de Od¨®n Alonso y los m¨²sicos de Euskadi fueron recibidas con entusiasmo.

En cuanto a Carmina Burana, la partitura que hizo c¨¦lebre a Carl Orff por la adecuaci¨®n de los procedimientos a los textos y la reinvenci¨®n de formas y expresiones de origen medieval, ha de anotarse la visi¨®n casi estilizada de Od¨®n Alonso, m¨¢s atento al fondo l¨²dico de, la obra que a su misma teatralidad. El Orfe¨®n Donostiarra, siempre bien orientado por Antxon Ayestar¨¢n, domina los Carmina, y la Sinf¨®nica los vivi¨® con esp¨ªritu incisivo y t¨¦cnica brillante. De los solistas sobresali¨® la dif¨ªcil misi¨®n en falsete del tenor Suso Mariategui en el aria del cisne, junto a las de la soprano Cristina Carlin y del bar¨ªtono Terence Sharpe.