La c¨²pula peronista ve con preocupaci¨®n la inminente exigencia de responsabilidades por su aplastante derrota
Una tranquila alegr¨ªa, serenidad, perfecto orden p¨²blico (s¨®lo 650 detenidos en todo el pa¨ªs durante los comicios), alguna manifestaci¨®n festiva, de boinas blancas, que ayer todav¨ªa coleaba por las calles porte?as, mucha esperanza y confianza en el futuro; es el ambiente en la Rep¨²blica Argentina, donde sus habitantes advierten ya la dudosa luz de la boca del t¨²nel. Entre no pocos peronistas, sin embargo, reina preocupaci¨®n ante la guerra interna que va a desatarse entre los l¨ªderes del peronismo, en una batalla de exigencia de responsabilidades, acusaciones mutuas y depuraciones, en cuanto reacciones de la conmoci¨®n padecida.
El peronismo se encuentra en estado de choque, por m¨¢s que desde al menos una semana antes de las elecciones, el cuartel electoral de ?talo L¨²der dispusiera de encuestas de opini¨®n para su uso privado en las que se preve¨ªa el triunfo radical. Quiz¨¢ la posesi¨®n de estos datos explicara el apagamiento del candidato peronista en sus ¨²ltimos m¨ªtines hasta quedar por debajo de su ya ast¨¦nico tono natural.Durante la jornada de ayer fue imposible para cualquier periodista tomar contacto con la direcci¨®n peronista, profundamente conmocionada, seg¨²n las personas que tienen acceso a ella.
El peronismo siempre resolvi¨® numerosas diferencias internas con notable violencia, que incluye el asesinato como norma para convencer al compa?ero equivocado; y esa naturaleza del peronismo y sus sindicatos (acaso con or¨ªgenes en la emigraci¨®n de la Italia meridional, por m¨¢s que la mayor¨ªa de los l¨ªderes de la Confederaci¨®n General del Trabajo sean hijos de espa?oles) no ha desaparecido en los ¨²ltimos diez a?os.
Ayer estaba prevista una reuni¨®n de la c¨²pula peronista (pol¨ªtica y sindical) en la que sin lugar a dudas brillar¨¢n las navajas. Fuentes partidarias aseguran que en c¨®nclave presentar¨¢n sus dimisiones Lorenzo Miguel como vicepresidente ejecutivo del partido, y Herminio Iglesias como jefe del peronismo bonaerense. Si lo hacen ser¨¢ en la seguridad de que les ser¨¢n rechazadas por cuanto no son hombres capaces de abandonar el poder por un simple gesto de ¨¦tica o de elegancia.
Sin embargo es sobre esta multitud de sindicalistas que tomaron el partido por asalto sobre quienes caer¨¢ la lluvia de invectivas por la derrota. L¨²der fue desbordado por ellos y se intentar¨¢ que paguen sus errores. Antonio Cafiero, ex ministro de Econom¨ªa de Per¨®n y agredido por las cuadrillas de Herminio Iglesias en el congreso peronista de Buenos Aires, puede jugar con fuerza su futuro protagonismo pol¨ªtico. Carlos Memen, gobernador peronista electo de La Rioja tambi¨¦n puede tener peso en el horizonte del peronismo a renovar. Sa¨²l Ubaldini, (el respetado dirigente de una de las dos CGT, y hacia el que los radicales est¨¢n tendiendo puentes de plata para el di¨¢logo), emerge como un potente rival de la vieja, dirigencia sindical con pistola en las sobaqueras.
La lucha interna ser¨¢ feroz, por cuanto muchos de ellos son gente que ha vivido del poder y para el poder, o del control financiero de las poderosas obras sociales del sindicalismo (hoteles, residencias, hospitales, mutualidades ...).
Por otra parte, el peronismo no es que no sepa, perder, es que no hab¨ªa perdido jam¨¢s, y ahora es un misterio su reacci¨®n inmediata ante esta hecatombe electoral. Se aduce desde las filas peronistas, aunque sin excesiva convicci¨®n, que el justicialismo ha conservado su sustancial caudal de votos con s¨®lo una ligera p¨¦rdida de alrededor de un 10%, lo cual es cierto. Pero se olvida que pr¨¢cticamente el peronismo no ha tocado ni uno de los cerca de 5 millones de nuevos votos que han aparecido en el mercado electoral, lo que resultar¨ªa grav¨ªsimo para el futuro del movimiento.
Peronistas que votaron radical
Adem¨¢s, medio Buenos Aires, incluida la silenciosa direcci¨®n peronista, est¨¢ ahora mismo echando infinitas cuentas y deducciones sobre los resultados de la elecci¨®n, que, se hagan como se hagan, conducen a la certeza de que muchos peronistas han votado radical. La derrota de Herminio Iglesias en la provincia de Buenos Aires s¨®lo es explicable por la decisi¨®n de muchos peronistas de votar las listas radicales en la esperanza de ser gobernados con m¨¢s cordura y algo menos de matonismo.Las escasas r¨¦plicas peronistas de que en esta ocasi¨®n Argentina ha votado contra la clase obreras no son m¨¢s que una rabieta. Amplios sectores de la clase obrera alta y hasta pobladores de las villas-miseria han votado radical por la simple memoria hist¨®rica de que cada peronazo fue un escal¨®n descendido hacia mayor pobreza, desolaci¨®n y muerte.
Fue magn¨ªfico el gesto de ?talo Argentino L¨²der acudiendo a felicitar al futuro presidente y accediendo, sonriente y relajado, aacompa?arle en una rueda de prensa. La aparici¨®n en televisi¨®n de los dos antagonistas prometiendo colaborar sin reservas para la normalidad institucional de la naci¨®n argentina y para superar sus terribles problemas econ¨®micos, jur¨ªdicos y morales, refleja la excelente y extra?a condici¨®n de este pueblo capaz de las mayores sinrazones y las mayores noblezas.
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