Hipocres¨ªa de los pol¨ªticos
Si grande es el desasosiego que siento ante el frecuente conocimiento de las acciones violentas en las que la degradaci¨®n social alcanza cotas de desesperaci¨®n, superior inquietud me produce la absurda charlataner¨ªa, generalizada, de los representantes pol¨ªticos, externos e internos, con referencia al tema, pre?ada de incongruencias y contrasentidos.?C¨®mo se puede condenar solamente la violencia de los dem¨¢s?
?Se puede justificar la construcci¨®n y comercializaci¨®n de m¨¢quinas de matar y condenar que los dem¨¢s las utilicen?
?Se puede estar a favor de la vida al mismo tiempo que a favor de la utilizaci¨®n de las armas?
?Es decente entrar en una iglesia a orar y defender con armas la propiedad, ileg¨ªtima, de un latifundio insuficientemente explotado, rodeado de ciudadanos con deficiente nutrici¨®n?
?Es ¨¦tico el deseo desesperado de algunos de ingresar en alguna instituci¨®n estatal con el objeto de practicar el ocio y la irresponsabilidad?
?Se acepta la permanencia de muchos en dos o m¨¢s n¨®minas, no hacer declaraci¨®n de renta y quejarse de la delincuencia?
?Es honrado asomarse a la televisi¨®n a decir que los ¨²nicos que pueden hacer algo por el paro juvenil es el sector privado, cuando hace 10 a?os que vetan, por sistema, ese acceso?
?Es l¨ªcita la acumulaci¨®n de millones en alguna actividad (con trabajadores, claro), trasladarlos a Suiza, despedir trabajadores, no pagar a la Seguridad Social, paralizar la inversi¨®n, vivir de espaldas a la investigaci¨®n, negar la evoluci¨®n, aconsejar la utilizaci¨®n de profesionales del crimen en secciones paralelas policiales, y todo esto en estrecha convivencia con alguna moral religiosa?
?Es cristiano manifestarse contrario a los anticonceptivos e invertir capital en la fabricaci¨®n de los mismos?
?stas y muchas interrogantes m¨¢s son las que se hace el ciudadano m¨¢s o menos cr¨ªtico, ilusionado con una mejor calidad de vida en funci¨®n de una mejor convivencia. /
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