El cable gana terreno a la TV por sat¨¦lite
El Gobierno franc¨¦s ha firmado el primer convenio con una gran ciudad, Montpellier, para la instalaci¨®n en la capital de Languedoc de una red de cable de fibra ¨®ptica. Este: primer convenio entre el Estado y las corporaciones locales del hex¨¢gono m arca el inicio del llamado Plan-Cable y el umbral de una nueva era para la comunicaci¨®n, no s¨®lo en Francia sino en toda, Europa. Prioridad al cable a todos los efectos, esa parece ser la consigna del Gobierno Mitterrand. El apoyo del Gobierno al nuevo modelo de videocomunicaci¨®n abre un interrogante sobre el proyecto franc¨¦s de lanzar al espacio un sat¨¦lite de difusi¨®n directa de televisi¨®n dentro de un aflo y medio.
El decidido apoyo pol¨ªtico a la videocomunicaci¨®n -es decir, a la distribuci¨®n local por cable de cualquier tipo de comunicaciones por banda ancha y con car¨¢cter interactivo coloca bajo un gran interrogante la anterior pol¨ªtica francesa de televisi¨®n por sat¨¦lite. Nadie parece saber con exactitud qu¨¦ va a pasar ahora con el proyecto franc¨¦s de lanzar dentro de a?o y medio su Sat¨¦lite TDF-1, junto al alem¨¢n TV-SAT, para iniciar el servicio de TV de difusi¨®n directa del sat¨¦lite a los hogares.Es obvio que, con las redes de cable, el papel del sat¨¦lite y la articulaci¨®n del circuito de transmisi¨®n cambian radicalmente. Por ello, la actual pol¨ªtica en telecomunicaciones del Gobierno Mitterrand tendr¨¢ grandes repercusiones en el futuro de la comunicaci¨®n en muchos pa¨ªses de Europa, incluida naturalmente Espa?a, donde a¨²n -quiz¨¢s afortunadamente- no se han tomado decisiones ni compromisos irreversibles.
En este marco, queda fuera de toda duda la importancia de la firma del acuerdo en Montpellier, el pasado 19 (le octubre, entre el ministro de los PTT (Correos y Telecomunicaciones), Louis Mexandeau, y el alcalde, Georges Fr¨¦che. El discurso del ministro Mexandeau fue m¨¢s que protocolario: insisti¨® en la necesidad de defender el proyecto dentro de una concepci¨®n de servicio p¨²blico, as¨ª como en la conciencia de que estaba naciendo "un modelo franc¨¦s de teledistribuci¨®n".
La firma tuvo lugar con motivo de la inauguraci¨®n de las quintas jornadas IDATE (Institut pour le D¨¦veloppernent et l'Amenagement des T¨¦l¨¦communications et de l'Economie), organismo fundado en Montpellier en 1977 y dedicado b¨¢sic,,unente al estudio y asesoramiento en la aplicaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n. Precisamente las jorna.das de este a?o se centraron en el an¨¢lisis de "las redes de la imagen",_ con, una atenci¨®n muy especial hacia la nueva pol¨ªtica audiovisual del Gobierno franc¨¦s.
El 'plan-cable'
La decisi¨®n pol¨ªtica de equipar todas las colectividades urbanas y rurales de Francia con redes capaces de transportar no solamente la voz y/o datos, sino tambi¨¦n la imagen, fue tomada por el Gobierno Mitterrand a mediados de 1982. En efecto, el 29 de julio de aquel a?o la Asamblea Nacional aprobaba la famosa Ley de la Comunicaci¨®n Audiovisual (LCA), impulsada por el Ministerio de los PTT, con el apoyo expl¨ªcito del de Cultura. Con esa ley se pon¨ªa fin al monopolio de la programaci¨®n y se sentaban las bases para el desarrollo de la teledistribuci¨®n, concretamente para. las redes de videocomunicaci¨®n.
Poco m¨¢s tarde, el Consejo de Ministros celebrado el 3 de noviembre de 198,2 aprob¨® definitivamente el llaniado Plan-Cable, que pretende cablear toda Francia en un plazo de entre 10 y 15 a?os. El impulso fundamental parti¨® del ministro de los PTT, quien tuvo que presentar una firme batalla contra otros sectores del Gobierno que mostraban reticencias ante la ambici¨®n del plan. En este sentido, se dice que el ministro Mexandeau se dirigi¨® al presidente Mitterrand mostrando su inflexibilidad argumentando m¨¢s o menos as¨ª: "En el a?o 1945, las telecomunicaciones de Francia estaban controladas por la ITT; ahora, de no llevarse a t¨¦rmino el plan-cable, el control ser¨¢ para la ATT". As¨ª fue como Mitterrand se comprometi¨® personalmente en la defensa del plan.
No cabe duda que el plan-cable tiene unos objetivos ambiciosos. Para empezar, se reactivar¨¢n las redes de cable coaxial existentes ya en Francia para. unas primeras experiencias en la programaci¨®n. Pero lo importante es lo que empieza de nuevo, es decir, la construcci¨®n de las redes de comunicaci¨®n en fibra ¨®ptica a fin de promover progresivamente un tipo de videocomunicaci¨®n multimedia, gracias a la utilizaci¨®n de la banda ancha que permite la fibra ¨®ptica, y con car¨¢cter local e interactivo. El plan prev¨¦ la conexi¨®n de un mill¨®n y medio de hogares a esta red de cables entre 1985 y 1887 y, a partir de 1987, la conexi¨®n gradual de un mill¨®n por a?o.
Menos euforia
El plan fue acogido al principio con gran entusiasmo por diversos sectores influyentes de la sociedad francesa, desde los industriales del ramo hasta los profesionales de la comunicaci¨®n. Con todo, el clima euf¨®rico parece haberse atenuado, especialmente por los elevados costes de la operaci¨®n: si en un principio el coste de conexi¨®n a una red de fibra ¨®ptica se hab¨ªa calculado en unos 5.000 francos franceses (unas 100.000 pesetas), ahora, los nuevos c¨¢lculos tienden a doblar e incluso triplicar esa cifra. Pero la posici¨®n del Gobierno, ajuzgar por las palabras del ministro Mexandeau en Montpelier, sigue siendo absolutamente firme en el desarrollo del plan.
A nivel sociopol¨ªtico, la importancia del plan-cable para Francia -e indirectamente para toda Europa, por cuanto se anticipa a los dem¨¢s pa¨ªses, inclu¨ªda Gran Breta?a- estriba sobre todo en el modelo de articulaci¨®n que propone entre la Administraci¨®n central y las comunidades locales. Por una parte, es el Ministerio de los PTT, a trav¨¦s de sus dos divisiones de la Direcci¨®n General de Telecomunicaci¨®n (DGT) y de Teledifusi¨®n en Francia (TDF), quien garantiza el suministro de la tecnolog¨ªa y los equipos necesarios.
Adem¨¢s, corresponde a la Alta Autoridad de la comunicaci¨®n audiovisual la concesi¨®n de las licencias de programaci¨®n a las sociedades locales constitu¨ªdas para la gesti¨®n de la red., Pero, por otra parte, se otorga un papel fundamental a los municipios, que tienen en su mano la iniciativa de la solicitud de la red, como la responsabilidad en la constituci¨®n de las futuras Sociedades Locales de Explotaci¨®n del Cable (SLEC).
Estas sociedades, con una amplia representaci¨®n en el marco de su colectividad, constituir¨¢n sin duda la clave para la futura evaluaci¨®n del modelo franc¨¦s de videocomunicaci¨®n. Hay que a?adir sin embargo que, si bien este modelo responde a unas amplias e indudables expectativas de descentralizaci¨®n de la comunicaci¨®n en Francia, no dejan de manifestarse asimismo ciertos temores ante la ruptura del monopolio de la programaci¨®n. Temores que apuntan para un futuro pr¨®ximo a una posible supeditaci¨®n de tales redes p¨²blicas a criterios y mecanismos primordialmente comerciales, sobre todo si la derecha vuelve a ocupar el El¨ªseo.
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