Pol¨¦mica en Sevilla por la elecci¨®n de los terrenos que servir¨¢n de escenario de la Exposici¨®n Universal de 1992
La comisi¨®n nacional para la celebraci¨®n del quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica se encontr¨®, en el momento de su creaci¨®n, con el hecho de que Chicago, ya hab¨ªa solicitado ser sede, en el a?o 1992, de una exposici¨®n universal con el nombre de Era de los Descubrimientos. No cab¨ªa pensar en la posibilidad de organizar ning¨²n otro certamen internacional que no resultara apagado por el eco de la exposici¨®n de Chicago. Por otra parte, ante el Bureau International des Expositions (BIE), Francia ten¨ªa solicitada otra exposici¨®n para 1989, bicentenario de la Revoluci¨®n Francesa. El BIE considera inaceptable que se celebre m¨¢s de una exposici¨®n ,cada siete a?os, por lo que, de haber querido Espa?a sacar adeante su proyecto, hubiera tenido que hacerlo de espaldas a este organism¨®, sin el apoyo que ello supone, y coincidente en el tiempo con la de Chicago, lo que aseguraba su fracaso.As¨ª las cosas, la comisi¨®n no ha tenido m¨¢s remedio que moverse activamente en busca de una soluci¨®n que no la excluyera de la commemoraci¨®n de 1992, y se lleg¨® a la f¨®rmula de ir a una exposici¨®n ¨²nica con dos sedes, Chicago y Sevilla. Al tiempo, Francia retiraba su petici¨®n del bicentenario de la Revoluci¨®n Francesa, lo que despejaba el panorama. Los gastos en las exposiciones universales son tales que la proximidad en el tiempo entre dos desluce a ambas, pues la mayor¨ªa de los pa¨ªses escoger¨ªan una u otra, pero no concurrir¨ªan a ambas.
La lucha diplom¨¢tica para alcanzar esta soluci¨®n ha sido dura, pero ha estado acompa?ada del ¨¦xito y simult¨¢neamente se ha reforzado la presencia en el BIE de la representaci¨®n de los pa¨ªses latinoamericanos.
Una vez alcanzada la homologaci¨®n por el BIE de la exposici¨®n de Sevilla, ha surgido otra peque?a dificultad que Italia haya anunciado, su intenci¨®n de celebrar en G¨¦nova, en 1992, otra exposici¨®n -no universal, sino espec¨ªfica- sobre la figura le Crist¨®bal Col¨®n. Combatir el -eco de Chicago y G¨¦nova y conseguir el ¨¦xito deseado para la exposici¨®n de Sevilla se presenta, as¨ª, como una tarea dificil.
Sin embargo, en Sevilla no se vive a¨²n con entusiasmo la perspectiva, e incluso se ha desatado cierta pol¨¦mica sobre si el recino designado es el ideal. Un importante grupo de sevillanos, con autoridad e influencia en lo que a respeto, y deseo de conservaci¨®n del casco antiguo se refiere, ha defend¨ªdo la necesidad de que la exposici¨®n utilizara viejos palacios y conventos, de los que est¨¢ llena Sevilla y muchos de los cuales se caen por incuria. El concejal de Urbanismo del ayuntamiento es partidario tambi¨¦n le esta tesis, y eso ha creado ciertos recelos entre el ayuntamiento y la comisi¨®n organizadora, cuya cabeza visible es Luis Y¨¢?ez, presidente del Instituto le Cooperaci¨®n Iberoamericana.
La propuesta de adaptar palacios, conventos y caserones para las necesidades de los pabellones le los distintos pa¨ªses es rechazada por Y¨¢?ez como imposible, con la explicaci¨®n de que no se puede forzar a los pa¨ªses que -concurran a la exposici¨®n a cirunscribir sus pabellones a los condicionam¨ªentos que les imponga un edificio antiguo, concebido para otra cosa; adem¨¢s, esima, la adaptaci¨®n a pabell¨®n de exposiciones da?ar¨ªa al propio edificio y desvirtuar¨ªa su condici¨®n de palacio o convento, y en ¨²ltimo caso, las caracter¨ªsticas del tr¨¢fico en el casco antiguo de Sevilla, con un importante n¨²mero de calles cuyo ancho coincide pr¨¢cticamente con el de un modesto turismo y con un tortuoso trazado, impiden pensar in una exposici¨®n universal dentro del casco antiguo.
La elecci¨®n adoptada es la de los terrenos de La Corta de la Cartuja, situados frente a la c¨¦lebre f¨¢brica de cer¨¢micas, al oeste le la ciudad. Es un terreno amplio, despejado, que re¨²ne condiciones para la exposici¨®n, pero al que tambi¨¦n se pueden hacer cr¨ªIcas.
Tres barreras
Est¨¢ contiguo a la ciudad, pero separado de ella por tres barreras que habr¨¢ que salvar. Un largo muro que recorre la calle de Torneo, que hace las tareas de cintur¨®n de circunvalaci¨®n de la ciudad por ese lado; una v¨ªa f¨¦rrea que lleva los pasajeros que entran desde. el Norte hasta la estaci¨®n de C¨®rdoba, situada junto al -puente de Triana, y el propio r¨ªo Guadalquivir. Habr¨ªa que tirar el muro, suprimir la v¨ªa ( lo que obligar¨ªa a buscar otra utilidad a la estaci¨®n de C¨®rdoba, reci¨¦n remozada) o meterla en trinchera y construir puentes sobre el r¨ªo. Los gastos de adapaci¨®n ser¨¢n altos.Frente a estos gastos, ?qu¨¦ va aprovechar luego la ciudad?, se preguntan los que rechazan esta soluci¨®n. La de 1929 dej¨® para Sevilla una zona noble, la plaza le Espa?a, uno de los m¨¢s celebrados monumentos de la ciulad, el paseo de la Palmera, y juedaron en pie varios pabellones que la enriquecen, y al tiempo propici¨® la expansi¨®n de la ciudad hacia el Sur, aunque al otro lado del r¨ªo, dando lugar a la construcci¨®n del barrio de los Remedios, considerado, por cierto, durante mucho tiempo como un ejemplo del urbanismo que no hay que hacer. Pero ahora Sevilla no tiene plan de expansi¨®n, y si lo tiene es en otra direcci¨®n. Los enemigos de La Corta de la Cartuja se?alan, adem¨¢s, que los pabellones que no se destruyan supondr¨¢n un gasto de manteniniento muy alto para la ciudad.
Luis Y¨¢?ez, sin embargo, espera que al menos el pabell¨®n espa?ol, que ser¨¢ el mayor, pueda ser utilizado como campus universitario, ya que la universidad ha expresado alguna vez tal necesidad; y en cualquier caso, recuerda que, por regla general, en as exposiciones universales se derriba el 80% de lo construido. parte de eso, no cabe duda de que saltar esas barreras del muro, la v¨ªa y el r¨ªo facilitar¨¢ mucho las comunicaciones de la ciudad con el Aljarafe.
En cualquier caso, la idea est¨¢ n marcha y parece definitivo que el escenario ser¨¢ La Cartuja, por m¨¢s que se avive de cuando en cuando la pol¨¦mica. A la hora e explicar los fines o el sentido que se quiere dar a1a exposici¨®n e expone como prioritario el demostrar al mundo una alternativa al modelo desarrollista que ha imperado hasta ahora, presentar b¨²squeda de nuevos modelos de desarrollo basados en las posibilidades humanas, energ¨¦ticas alimentarias del mundo latinomericano.
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