Elogio de la urban¨ªstica
La experiencia de los ¨²ltimos cuatro a?os de pol¨ªtica urbana municipal se ha saldado con la uni¨®n entre el sentido de la propia libertad profesional y los deseos colectivos de satisfacci¨®n de las necesidades sociales, afirma el autor, al recordar que la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial del Urbanismo tendr¨¢ lugar hoy en las islas Canarias para impregnar este d¨ªa ritual de la autenticidad que han de poseer los s¨ªmbolos vivos.
La celebraci¨®n del D¨ªa Mundial del Urbanismo en las islas Canarias, conjuntamente entre la comunidad aut¨®noma y el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo, en presencia de los ayuntamientos y cabildos de Gran Canaria y Tenerife, impregna a este d¨ªa ritual de la autenticidad que han de poseer los s¨ªmbolos vivos. La primac¨ªa de lo peculiar y aut¨®nomo en el, planeamiento y gobierno de las ciudades, a lado de los valores generales y los principios ¨¦ticos que reclama la condici¨®n humana de la ciudad; particularidad y universalidad; identidad individualiz adora y universalismo creador; lo irrepetible y lo posible.La historia reciente de nuestro urbanismo ha transcurrido entre unas y otras -tendencias, y hoy parece llegarse a una s¨ªntesis que, aunque contradictoria y ecl¨¦ctica como corresponde al momento posmoderno de nuestra cultura, ha dado lugar al nacimiento de una urban¨ªstica posilustrada y cr¨ªtica. En ella convergen en sinopsis madura los problemas hist¨®ricos de la arquitectura, la geograria, la topolog¨ªa y otras ilustradas observaciones cient¨ªficas, y Ios diversos discursos sobre la forma y el espacio de los ¨²ltimos 50 a?os de la historia del urbanismo.
Hemos de agradecer a nuestros urbanistas -a nuestros pol¨ªticos municipales y a nuestros profesionales del urbanismo- que la prueba de fuego de lo pr¨¢ctico, la exigencia de propuestas - materializables en estos ¨²ltimos cuatro a?os de pol¨ªtica urbana municipal, su arriesgada aventura, se haya saldado con la uni¨®n entre el sentido de la propia libertad profesional creativa y los deseos colectivos de satisfacc¨ª¨®n de necesidades sociales, hondamente sufridas y libremente expresadas por los ciudadanos.
Las m¨¢s relevantes aportaciones de nuestro urbanismo municipal actual han propuesto la intervenci¨®n en la forma de las ciudades como m¨¦todo de planeamiento: su preocupaci¨®n por la traza y pautado de las calles; por la forma y tipo de los edificios; por la posici¨®n de los centros de servicios, los parques y los espacios libres; los accesos a la ciudad; la relaci¨®n de ella con las v¨ªas de comunicaci¨®n y su posici¨®n en el territorio..., todo ello ha permitido actualizar entra?ables conceptos urbanos de a vieja gesti¨®n p¨²blica ilustrada, remodelos de intervenci¨®n como la obra p¨²blica, trayendo a su justa escala el ilusorio burocratismo de las grandes infraestructuras dominadoras.
El corto camino, desde las meras reivindicaciones ciudadanas, desnudo tema y propuesta urban¨ªstica con que se inici¨® el cuatrienio de pol¨ªtica urbana municipal en 1979, herencia de un pasado de obligado pcro est¨¦ril refugio narcisista, nos ha conducido en tan corto plazo al hallazgo de instrumentos ciertamente transforma ores de lo que parec¨ªa por propia inercia condenado a permanecer inmutable.
El valor de nuestros nuevos planes de ordenaci¨®n- urbana est¨¢ en su capacidad de s¨ªntesis de los valores, deseos y mitos urbanos colectivos, y de influir desde ellos en la forma de cada ciudad, de sus partes y elementos m¨¢s importantes, y ello es, por encima de su apariencia trivial (o a pesar de ella), el ¨²nico m¨¦todo a nuestro alcance para construir y transformar humana y racionalmente las ciudades.
Cuestiones esenciales
Los problemas m¨¢s graves con que se enfrenta nuestra nueva urban¨ªstica se refieren a cuestiones esenciales del desarrollo de las ciudades, y las m¨¢s dif¨ªciles de ellas est¨¢n a¨²n por resolver de modo satisfactorio: el problema de las traves¨ªas y variantes de las carreteras constituye no s¨®lo una parte importante de la historia de las ciudades, sino una de las cuestiones de mayor trascendencia para su porvenir. An¨¢loga importancia tienen los conflictos de las ci¨²dades mar¨ªtimas con sus puertos y litorales, las tensiones entre el desarrollo urbano y las redes ferroviarias, la relaci¨®n estrecha entre la forma de la ciudad y las pol¨ªticas p¨²blicas de vivienda. Todo ello constituye el reto actual que la urban¨ªstica plantea a los conocedores y responsables de las obras p¨²blicas. Pero los problemas pueden hoy afrontarse porque la ciu, dad y el municipio han llegado a ser en Espa?a las piezas territoriales mejor conocidas y comprendidas t¨¦cnica, pol¨ªtica y colectivamente, y en estos ¨¢mbitos del territorio tenemos, gracias a s¨®lo cuatro a?os de cuidada y responsable acci¨®n p¨²blica, las propuestas t¨¦cte m¨¢s elaboradas. y socialmente mejor concertadas.
Construir el conocimiento del territorio espa?ol a partir de estas piezas elementales, contrastar con ellas la validez de las pol¨ªticas, planes y programas territoriales y sectoriales de ¨¢mbito nacional, son para el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo los criterios b¨¢sicos en los que fundar su pol¨ªtica territorial. La coordinaci¨®n t¨¦cnica de las decisiones de todas las administraciones que act¨²an directamente sobre e territorio y la concertaci¨®n institucional entre ellas, ser¨¢n los procedimientos de trabajo de la Administraci¨®n p¨²blica capaces de responder al compromiso de racionalidad, humanidad y urbanidad en las obras p¨²blicas.
es director general de Acci¨®n Territorial y Urbanismo.
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