Licenciados espa?oles en Marruecos
El deseable acuerdo pesquero con Marruecos es un tema viejo que demanda una resoluci¨®n de cara al futuro de nuestras relaciones en com¨²n; la pretensi¨®n del paso por Espa?a hacia Europa de productos agr¨ªcolas, especialmente los agrios, constituye otra cuesti¨®n viva que dificulta estas relaciones. Pero casi nunca se habla en la Prensa, al enumerar el ¨ªndice de problemas por resolver en el tablero variado de las relaciones hispano-marroqu¨ªes, que incluyen reivindicaciones territoriales tambi¨¦n, de un tema b¨¢sico y decisivo para el futuro de la presencia cultural espa?ola en el Norte de ?frica: el del reconocimiento por parte del Estado marroqu¨ª de los titulados universitarios espa?oles. Tema, adem¨¢s, prioritario para el porvenir de la lengua espa?ola en ese ¨¢rea geogr¨¢fica, que no s¨®lo tiene un acusado valor cultural, sino un destacado inter¨¦s comercial. Porqu¨¦ hemos de partir de estas premisas: la pesca de bajura, la naranja y la lengua de Cervantes deben de adelantarse conjuntamente en las prioridades de nuestros intereses pol¨ªticos y de comercio exterior. Cuando la lengua salte de los ministerios espa?oles de Educaci¨®n y de Cultura e invada tambi¨¦n los ficheros de las administraciones de Exteriores y de Comercio, nuestro pa¨ªs habr¨¢ dado un salto decisivo hacia una pol¨ªtica de modernizaci¨®n del Estado y ejercicio imaginativo del quehacer pol¨ªtico..Un gran error
Uno de los grandes errores, de las graves responsabilidades de la pol¨ªtica exterior espa?ola del r¨¦gimen anterior a la implantaci¨®n de la democracia, estuvo en creer que el abandono de la zona del antiguo protectorado de Marruecos implicaba el repliegue simult¨¢neo de nuestros militares y de los profesores de nuestra lengua y de nuestra cultura, de nuestra infraestructura de penetraci¨®n cultural en el nuevo pa¨ªs que irrump¨ªa con la pujanza y el aire de su independencia reci¨¦n estrenada. Camino opuesto al adoptado por Francia, que a partir de las independencias de Marruecos y Argelia se lanz¨® a fomentar y perfeccionar esa infraestructura ling¨¹¨ªstica y cultural con el objetivo de lograr del continente africano un continente franc¨®fono, con toda la secuela que esa pol¨ªtica acarreaba.
Espa?a, en cambio, dej¨® intacta y maltrecha la organizaci¨®n cultural y docente que perviv¨ªa desde hac¨ªa muchos a?os, sin plantearse su puesta al d¨ªa y manteniendo la multiplicaci¨®n de centros y de esfuerzos sin la menor coordinaci¨®n y sin tener en cuenta la competici¨®n del franc¨¦s, que en estos terrenos se mueve con envidiable organizaci¨®n e iniciativa al servicio de esos prop¨®sitos de ir arrinconando una lengua como la espa?ola -la tercera del mundo-, que tiene en su favor la cu?a imparable que repre-senta el otro continente americano que habla y escribe en espa?ol.
Habr¨ªa que vitalizar nuestros departamentos de espa?ol en las universidades de Marruecos, potenciar nuestros institutos de bachillerato de T¨¢nger, Casablanca y Tetu¨¢n , reorganizar y engranar la conexion de estos centros y unidades docentes con las bibliotecas espa?olas y los centros culturales de estas ciudades y de las de Rabat y Fez. Porque hoy, junto a una perfecta planificaci¨®n de las actividades culturales francesas que en frente conjuntado ofrecen un abanico de atractivas ofertas en el campo de la ense?anza de la lengua para marroqu¨ªes y para extranjeros, de la m¨²sica y el ballet, de conferencias, exposiciones, proyecciones de cine y representaciones teatrales, concursos y pol¨ªtica de becas y de intercambio, presencia de libros y publicaciones, penetraci¨®n en la televisi¨®n, la radio y la Prensa, Esparla contin¨²a, de manera improvisada y espor¨¢dica, organizando actos unilaterales, pilotados por cada una de las m¨²ltiples entidades que en el pa¨ªs vecino representan a la docencia y a la cultura espa?olas, con el mismo tono, algo burocr¨¢tico y sin garra, que dominaba en la pol¨ªtica cultural exterior espa?ola de hace m¨¢s de un cuarto de siglo. Y, sin embargo, en T¨¢nger la televisi¨®n espa?ola ocupa todav¨ªa el primer lugar en las preferencias de los telespectadores, y en dicha ciudad se escuchan emisoras locales de pueblos de la Costa del Sol. El gran error de haber dejado extinguirse el peri¨®dico que se editaba en lengua espa?ola y que cubr¨ªa una gran zona en su ¨®rbita de expansi¨®n ya es irreversible, mientras los peri¨®dicos de Par¨ªs est¨¢n hoy antes en las terrazas de los caf¨¦s que' los que vienen de Madrid.
Pero el gran problema actual se ofrece para aquellos alumnos, espa?oles o no, que han cursado la primera ense?anza en centros espa?oles, que despu¨¦s, han realizado el bachillerato espa?ol y que, ilusionados con estas credenciales, cruzan el estrecho para cursar estudios universitarios en universidades espa?olas y, ya con sus licenciaturas en el bolsillo, encuentran dificultades de convalidaci¨®n para ejercer sus actividades en su pa¨ªs de origen. Esto coloca a la lengua espa?ola en situaci¨®n de inferioridad respecto a la francesa, cuyos titulados tienen un camino m¨¢s expedito, reducir¨¢ de a?o en a?o las opciones a favor del espa ?ol y facilitar¨¢ la tarea francesa de potenciar la cu?a franc¨®for¨ªa que se ensaya en el continente ¨¢fricano, pieza angular de la pol¨ªtica exterior de Par¨ªs.
Convalidaciones
La resoluci¨®n de este tema de las, convalidaciones, el fortalecimiento de los departamentos universitarios de espa?ol, as¨ª como las generosas dotaciones de ense?anzas de lengua y cultura espa?olas en los institutos de bachillerato, equilibradas con las ense?anzas del ¨¢rabe, cuya presencia viva como primera lengua pueden vitalizar licenciados espa?oles nacidos desde las secciones de sem¨ªticas de nuestras facultades de Letras, puede, adem¨¢s, contribuir a mejorar el pavoroso paro intelectual de primer empleo existente en Espa?a, as¨ª como la interconexi¨®n de unas actividades culturales proyectadas desde una operaci¨®n conjunta montada desde los diversos centros y unidades docentes y culturales que Espa?a mantieneen Marruecos son piezas clave para intentar todav¨ªa contener el proceso de regresi¨®n de la lengua espa?ola en Marruecos, hecho real no s¨®lo en la zona sur del pa¨ªs, sino en la propia zona norte, donde parec¨ªa incre¨ªble que Moli¨¦re le pudiese ganar la batalla a Cervantes. La mejor manera de contribuir al mant enimiento del espa?ol, como segunda lengua cursada en los centros docentes marroqu¨ªes, es la de intensificar en esos centros espa?oles la ense?anza del ¨¢rabe, en cuyo campo la cultura y formacion de nuestros j¨®venes fil¨®logos tienen mucho que decir. Se han cometido errores: nuestras enfermeras de T¨¢nger debieron mantenerse con la especificidad de sus estudios a contrapelo de la corri¨¦nte uniformista que convirti¨® en escuelas universitarias en Espa?a sus estudios de entonces. Todav¨ªa es tiempo tambi¨¦n de corregir el error y anticipar en aquella escuela el grado superior de los estudios profesionales. Hay mucho por hacer, se ha errado mucho, pero el impresionante panorama del mundo hispanohablante jugar¨¢ tambi¨¦n en el Norte de ?frica como gran baza a nuestro favor, equilibrando la pretensi¨®n, heredera de la constante pol¨ªtica de grandeur que sobrevive a su gran promotor de convertir ?frica en un continente franc¨®forio,
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