Una mujer, alcaldesa de la explosiva ciudad de Ayacucho
Leonor Zamora, una asistenta social de 36 a?os, soltera, de larga melena negra, con gafas redondas de carey blanco, es la nueva alcaldesa de Ayacucho por el joven Partido de Integraci¨®n Nacional (Padin), que recibe el apoyo de Izquierda Unida, ausente de las elecciones en este convulsionado departamento andino controlado por el Ej¨¦rcito.
En segundo lugar qued¨® el candidato de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), y en tercero, el actual alcalde, Jorge J¨¢uregui, de Acci¨®n Popular, seriamente incapacitado tras recibir dos tiros en la nuca, de los que sobrevivi¨® milagrosamente.
La virtual alcaldesa ya ha pedido un alto el fuego a Sendero Luminoso y propugn¨® durante su campa?a la paulatina desmilitarizaci¨®n del departamento. El general gobernador, Clemente Noel, no cruza palabra con ella desde que se sinti¨® insultado al criticar Leonor Zamora la violaci¨®n de los derechos humanos en Ayacucho.
La combinaci¨®n de rechazo al terrorismo senderista y de solicitud de alg¨²n tipo de di¨¢logo con esta comprensible locura mao¨ªsta andina ya hab¨ªa sido patrocinada por el propio fiscal de la Naci¨®n, Miguel Cavero, a quien en Lima se acusa de tener ambiciones presidenciales tras haber admitido los sentimientos patri¨®ticos y altruistas que imbuyen a los senderistas.
Hacia el di¨¢logo
Se patrocinar¨ªa as¨ª alguna suerte de di¨¢logo o consecuci¨®n de tregua que diera tiempo a realizar las suficientes reformas pol¨ªticas y sociales como para restar indignaci¨®n y desesperaci¨®n a las olvidadas tribus andinas y al marginado lumpenproletariado multirracial que cerca Lima.El 50% del censo que ha votado en Ayacucho se considera como un signo esperanzador dadas las amenazas senderistas, y pese a la protecci¨®n del Ej¨¦rcito, que ocup¨® la ciudad desde las calles, las ventanas y los tejados, completando su vigilancia con helic¨®pteros.
Numerosos varones declinaron la dudosa suerte de ser nominados para la alcald¨ªa de Ayacucho ante la escasa paga y la menor probabilidad de supervivencia en caso de ser elegido. Ha sido una mujer quien -sabiendo adem¨¢s de antemano que obtendr¨ªa el triunfo- mayor coraje ha puesto sobre la mesa de la democracia, de la que tantos hombres se han levantado corriendo.
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