Garant¨ªas y exhibiciones, ¨²ltimas amenazas, para el deporte del tenis
Es cierto que la libertad est¨¢ representada m¨¢s en un cartel que anuncia la actuaci¨®n de McEnroe, Connors- Lendl, Vilas, Noali, Gerulaitis Y Wilander, por la parte masculina, y Evert-Lloyd. o Navratilova entre lag mujeres. Tambi¨¦n es verdad que cualquiera de los mejores est¨¢ consiguiendo dividendos que oscilan entre 450 y 750 millones de pesetas, seg¨²n declara Donald Dell, representante de al menos 50 tenistas, entre ellos Connors y Lendl.Hay 81 recorridos diferentes dentro del circuito del Grand Prix reconocidos por la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales (ATP) y la Federaci¨®n Internacional de Tenis (FIT) como recorridos oficiales. Todo jugador es llamado a competir en 12 torneos al cabo de la temporada. Pero adem¨¢s es libre de jugar en tantos como quiera. Entre ellos est¨¢ la exhibici¨®n lucrativa, accesible a los tenistas m¨¢s importantes que pueden permitirse el lujo de escoger. Pero en cualquier caso es siempre el Grand Prix quien decide qui¨¦nes son los juga dores mejores del mundo que pueden participar en exhibiciones.A pesar de ello, la ley de oferta y demanda juega el papel m¨¢s importante en la ¨¦tica de los tenistas profesionales. Los directores de los torneos, indirectamente, pujan entre ellos para atraer a un buen jugador, porque los premios en met¨¢lico son uno m¨¢s de los atractivos de los encuentros. El torneo de Filadelfia en pista cubierta, por ejemplo, se inici¨® hace 15 a?os con un coste de unos. 23 millones de pesetas, incluidos los premios en dinero, seg¨²n la directora del torneo, Marilyn Fernberger. En la ¨²ltima edici¨®n, en enero pasado, s¨®lo los premios en met¨¢lico alcanzaban los 50 millones y los costes totales fueron superiores a los 150 millones de pesetas.
A veces esto no es suficiente para atraer a los mejores jugadores. Por eso, a veces, se da una especie de garant¨ªa en met¨¢lico, fija, aunque el jugador no gane. Los directivos europeos suelen hacerlo a menudo, pero los jugadores acaban siendo arrebatados por el dinero americano. Estas garant¨ªas son ilegales.
El negocio, en s¨ª, delata ¨¦l estado ca¨®tico en que se encuentra este deporte. Hace s¨®lo 15 a?os que los tenistas empezaron a ser multados. La cantidad de dinero en premios que se juega actualmente en el torneo internacional de EE UU, en Flushing Meadows (Nueva York), es de 150 millones.
El problema de los tenistas que son de elite y los que no lo son, no es nada comparado a ¨¦ste de las garant¨ªas en las exhibiciones. Ojal¨¢ todo fuera como aquello de que todos los tenistas deb¨ªan vestir de 6lanco. "Yo creo que el deportista de moda se vuelve siempre un c¨ªnico que acepta una cantidad encubierta de dinero", dice Dell.
Los torneos de exhibici¨®n se han convertido en una fuente de enemistades, porque econ¨®micamente est¨¢n considerados como retos. Los promotores de estos torneos pagan sumas insospechadas en forma de garant¨ªas para tener con ellos a un jugador de la elite cuya funci¨®n prioritaria es entretener al p¨²blico. Las exhibiciones, que no forman parte de los recorridos anuales de los tenistas, llegan a veces a competir en importancia con el Grand Prix.
Jugadores como McEnroe, Connors, Lendl y Vilas, han alzado la voz exigiendo garant¨ªas en las exhibiciones. Dicen tener derecho a una cantidad de dinero fluctuable, ya que est¨¢n atrayendo gente a los torneos al tiempo que contribuyen a popularizar los productos que anuncian en sus trajes. "Si Lendl luce la misma camisa d¨ªa tras d¨ªa en el torneo, la televisi¨®n de muchos pa¨ªses diferentes la mostrar¨¢. tambi¨¦n", dice Dell, y acabar¨¢ siendo conocida como la camisa de Lendl".
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