Ruiz Arce llegar¨¢ hoy a Santander, despu¨¦s de correr 1.000 kil¨®metros en dos semanas
Jos¨¦ Luis Ruiz Arce, 27 a?os, llegar¨¢ hoy, hacia las 16.30, a la plaza del Ayuntamiento de Santander. Ha empleado sus vacaciones en atravesar Espa?a corriendo. Mil kil¨®metros sin descanso. Siete horas diarias; corriendo. El d¨ªa 6 de noviembre sali¨® de C¨¢diz. Es alba?il, est¨¢ casado y es padre de un ni?o. Asegura que no busca notoriedad con lo que ¨¦l llama sus "experiencias". Tampoco cree estar loco. Hace esto porque le gusta. Sin m¨¢s. El resultado es que Espa?a se le ha quedado peque?a. La aventura ha costado 180.000 pesetas, sufragada por diverssas empresas.
El primer cartel que vio Ruiz Arce anunciando la distancia a la que estaba la meta dec¨ªa "Santander, 182 kil¨®metros". Lo vio el jueves, al poco de iniciar la etapa m¨¢s larga, Due?as-Herrera de Pisuerga, de 88 kil¨®metros. A pocos kil¨®metros de la meta, comentaba Ruiz Arce: "Queda ya muy poco porque estoy convencido de que voy a llegar". Su coraz¨®n lat¨ªa a 76 pulsaciones por minuto, como casi todos los d¨ªas. Los problemas articulares que le provocaron las tormentas ya hab¨ªan desaparecido. Corr¨ªa con chubasquero. Nada m¨¢s salir de Due?as tuvo que pon¨¦rselo porque ten¨ªa fr¨ªo. Su organismo se encontraba ya debilitado. No ten¨ªa calor¨ªas, Los 13 grados eran insuficientes para mantener caliente su cuerpo. Pero manten¨ªa su ritmo de carrera constante: 11,3 kil¨®metros por hora.Durante estos 14 d¨ªas ha corrido sin mirar al frente. La vista clavada en el asfalto. A unos quince metros. "A veces me asusta ver el horizonte. Mirar al frente acobarda. Castilla es muy dura para correr en solitario". Los kil¨®metros pasaban, pero el p¨¢ramo no ten¨ªa fin. Es la viva imagen de la soledad del corredor de fondo. "A veces yo mismo me concentro en mi s:loledad porque es la ¨²nica manera de visionar la llegada a Cantabria".
No es la prirnera vez que Ruiz Arce acomete una prueba de largo kilometraje. Pero todas tienen ,como punto final Cantabria. "Los momentos dificiles s¨®lo se pueden superar si sabes que en la meta te est¨¢ esperando tu familia, tus amigos. A ellos no les puedes defraudar. La motivaci¨®n es fundarnental en las pruebas duras. Siempre hace falta un porqu¨¦".
Y el porqu¨¦ de Ruiz Arce es muy simple. S¨®lo quiere vivir, experiencias que califica de inolvidables. "Las piernas son todo en mi vida. Me siento muy satisfecho de ellas. Tambi¨¦n est¨¢ mi esposa y mi hijo Javier, pero se llevan muy poco de m¨ª. Son buenos porque est¨¢n a mi favor. Asumen los sacrificios que les ocasiono y me animan".
Nueve horas en la obra
Jos¨¦ Luis Ruiz Arce es alba?il. Trabaja nueve horas diarias. Se entrena antes y despu¨¦s de trabajar. Entre 35 y 45 kil¨®metros diarios. Se levanta a las seis de la ma?ana y cuando llega a casa cena y se acuesta. Ha conocido el paro. Pero gracias al correr, no por mucho tiempo. Es un hombre popular en Cantabria. Y cuando se le acaba un contrato, en quince d¨ªas ya ha firmado otro.A los 13 a?os empez¨® a correr. Fue un atleta destacado en su regi¨®n durante la edad juvenil. Hizo algo de cross y hace dos a?os se plante¨® la posibilidad de convertirse en un ultramaratoniano. Particip¨® en los 100 kil¨®metros de Santander y realiz¨® un tiempo de 8.50.37. El a?o pasado comenzaron sus traves¨ªas en solitario: Burgos-Sant¨¢nder (16.46.29), Bilbao-Liencres (12.15), vuelta a Cantabria (722 kil¨®metros en 80 horas), 100 millas (14.44.51) y 100 kil¨®metros en pista (220 vueltas en 7.54.50). Ahora les esperan las 24 horas y las 100 millas de Londres.
El 6 de noviembre sali¨® de C¨¢diz. Ha pasado por Sevilla, Zafra, M¨¦rida, C¨¢ceres, Plasencia, B¨¦jar, Salamanca, Toro, Valladolid, Palencia y Reinosa, desde donde hoy llegar¨¢ a S antander. En su peregrinar, Ruiz Arce ha escuchado m¨¢s voces de ¨¢nirno que de reproche. "Me ha sorprendido Extremadura. Me emocion¨® ver c¨®mo se movilizaba la gente para que me acompa?aran atletas y coches. En ning¨²n sitio me llamaron loco".
Tras ¨¦l, un coche. Su hermano y un amigo se encargaron de ponerle m¨²sica. Tambi¨¦n le proporcionaron agua, frutos secos y los cambios de zapatillas (seg¨²n el terreno y el clima) durante la carrera. Delante, su mujer, con una caravana. Le prepar¨® carne o pescado para comer. El equipo durmi¨® en fondas. S¨®lo lograron reunir 180.000 pesetas. Todo a base de peque?as aportaciones. La mayor, 25.000 pesetas. Para hacer la traves¨ªa en condiciories hubiese hecho falta un presupuesto de 700.000 pesetas. No llev¨® masajista, ni m¨¦dico que reg¨ªstrara sus constantes. ?l mismo es terin¨®metro de su organismo. Lo que pod¨ªa ser una experienc¨ªa se quedar¨¢ en aventura.
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