Sobre rehenes y tumbas
El presidente Ronald Reagan est¨¢ preparando dos guerras, una en Am¨¦rica Central y la otra en Oriente Pr¨®ximo. Pocas veces la vocaci¨®n por la guerra ha sido expl¨ªcitamente difundida y abiertamente debatida como en estos dos casos. Por otra parte, jam¨¢s desde la d¨¦cada de los treinta la diplomacia de una gran potencia estuvo dedicada de este modo a la preparaci¨®n de guerras, como si la guerra fuera el objetivo inevitable de las relaciones internacionales.M¨¢s a¨²n, jam¨¢s desde la d¨¦cada de los treinta una gran potencia estim¨® que todos sus intereses pol¨ªticos, en cualquier zona geogr¨¢fica, s¨®lo pueden ser defendidos mediante la guerra, como es el caso actual de Estados Unidos.
Esta ideolog¨ªa globalizadora y simplista se ha convertido en una peligrosa paranoia. Es el mensaje que se recibe hoy de Washington y que, referido a la tesis del presidente Reagan sobre armamentismo nuclear, fue definido por el experto Arthur Macy Cox de peligrosa "doctrina de la guerra". La actual paranoia -toda soluci¨®n pasa por la guerra- es la base ideol¨®gica y estrat¨¦gica del jefe de la Casa Blanca y tambi¨¦n puede formar, parte de la descripci¨®n que formula Macy. Cox en el New York Times: "Los estrategos norteamericanos han pensado, durante 25 a?os, lo impensable: hacer controlable una guerra nuclear, e incluso posible de ser ganada. El resultado ha sido una escalada en la carrera de las armas nucleares que ha disminuido la seguridad de Estados Unidos y puesto en peligro la supervivencia: "Si el problema de supervivencia es a mediano o largo plazo, el de las muertes normales en guerras normales es inminente.
La situaci¨®n actual ha llegado a ese peligroso punto de gravedad que crea sentimientos de resignaci¨®n, incapacidad de imaginar las consecuencias, deseos de que la pesadilla concluya r¨¢pidamente y de cualquier modo. Sin embargo, hay algo m¨¢s que resignaci¨®n para enfrentar esta paranoia.
Impedir la invasi¨®n
Dirigentes pol¨ªticos, c¨ªvicos y religiosos de Estados Unidos, as¨ª como los Gobiernos de M¨¦xico, Panam¨¢, Colombia y Venezuela, est¨¢n dinamizados en estos d¨ªas para impedir la invasi¨®n a Nicaragua y la inevitable extensi¨®n de la guerra a Centroam¨¦rica que producir¨ªa.
La opini¨®n p¨²blica de Estados Unidos fue tomada de sorpresa por los hechos de Granada. Funcion¨® el s¨ªndrome de los rehenes norteamericanos en Ir¨¢n asimilados arbitrariamente a los estudiantes de Estados Unidos en Granada. Pero en el caso de Nicaragua juega m¨¢s activamente el s¨ªndrome de Vietnam, de donde tantos norteamericanos debieron salir en tumbas de nailon aerotransportadas o huir por los techos de su Embajada. La movilizaci¨®n del pueblo nicarag¨¹ense y de los movimientos de liberaci¨®n en Guatemala, Honduras y El Salvador indica claramente que los sofisticados invasores no contar¨¢n con la resignaci¨®n ind¨ªgena.
Las advertencias que la Prensa y los legisladores de su pa¨ªs formulan diariamente al presidente Reagan forman parte de la misma decisi¨®n de lucha.
Tampoco se resigna el pueblo israel¨ª. El manique¨ªsmo de la extrema izquierda, la izquierda lun¨¢tica, ha tratado de identificar a Israel con la pol¨ªtica colonialista y militarista que simboliz¨® Men¨¢jem Beguin. Pero la oposici¨®n a lanzar una guerra contra Siria, que el presidente Reagan quiere imponer, es una de las tantas expresiones de las numerosas organizaciones pacifistas israel¨ªes que han luchado y luchan contra esa pol¨ªtica.
Precisamente hoy, 21 de noviembre, comienzan en Israel cuatro d¨ªas de reuniones del Consejo Ejecutivo del Centro Internacional por la Paz en el Medio Oriente. Su presidente, el ex canciller Abba Eban, acaba de responder en el matutino Jerusalem Post a las presiones del presidente Reagan: "Todos los problemas y peligros que hoy tiene Israel se ver¨ªan agravados por siete si atacamos a Siria". Dirigi¨¦ndose al secretario de Estado, George Shultz, quien lament¨® la ausencia de Israel en las montaf¨ªas de Chuf, de donde las tropas israel¨ªes se retiraron hace unos meses, Abba Eban dice: "Tenemos tanta nostalgia de Beirut y Chuf como los norteamericanos deben tener de Saig¨®n". Para neutralizar el triunfalismo que la propaganda del presidente Reagan alienta en los militares israel¨ªes, Abba Eban les recuerda que la acci¨®n de la aviaci¨®n israel¨ª en junio de 1982 destruyendo los anticuados misiles sovi¨¦ticos estacionados en Siria, lo ¨²nico que logr¨® fue que la URSS enviara una generaci¨®n m¨¢s sofisticada de misiles, colocados en los mismos lugares que los anteriores.
La declaraci¨®n del secretario Shultz sobre "la identidad de puntos de vista e intereses entre Israel y Estados Unidos frente al terrorismo" fue tomada en Israel como una incitaci¨®n al Ej¨¦rcito a lanzarse sobre Siria, ocupar el territorio liban¨¦s y permitir la evacuaci¨®n con honor de los soldados norteamericanos. El general Aaron Arele Yaariv, ex jefe de Inteligencia Militar y actual director del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos de la Universidad de Tel Aviv, contest¨®: "Los sirios han controlado e impedido siempre toda acci¨®n terrorista a lo largo de sus l¨ªneas de cese del fuego con Israel. Solamente un acuerdo con Siria, que tome nota de los intereses sirios en L¨ªbano, podr¨¢ estrangular al terrorismo y permitir la retirada de nuestras tropas de L¨ªbano".
En un reciente editorial, The New York Times se?alaba que los verdaderos rehenes norteamericanos no fueron los estudiantes en Granada, pretexto para la invasion, sino los soldados en L¨ªbano. Estados Unidos pretende que los Ej¨¦rcitos de Honduras, El Salvador y Guatemala se conviertan en rehenes atrapados en Nicaragua, y los soldados israel¨ªes queden encerrados; en L¨ªbano. En realidad, lo que surge n¨ªtidamente, es que el presidente Reagan ha convertido a Estados Unidos en reh¨¦n de una peligrosa paranoia.
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