Javier S¨¢nchez L¨¢zaro-Carrasco
El senador m¨¢s joven de Espa?a es de AP y representa a Extremadura
Tiene esa pinta de limpio que suele dar la derecha bien alimentada. Est¨¢ casado, "por el momento", con una abogada y es padre de dos hijos. Reparti¨® la ense?anza media entre un colegio laico y los padres agustinos, y le gust¨® m¨¢s el primero, "porque en la ¨¦poca en que yo estudi¨¦ la religi¨®n se dejaba notar excesivamente". Se considera marchoso, si eso significa que le gusta bailar "como a cualquier joven", y cuando se le pregunta a qu¨¦ pol¨ªticos de su partido admira m¨¢s, cita el escalaf¨®n: primero, Fraga; luego, Verstrynge. Es un metro 93 cent¨ªmetros de senador, de Alianza Popular hasta el mechero, amarillo con el anagrama en rojo. Y es, a sus 26 a?os, la se?or¨ªa m¨¢s joven de la C¨¢mara Alta.
Javier S¨¢nchez tiene los ojos claros y una sonrisa de ni?o buen salido de cualquier college anglosaj¨®n. Naci¨® en Madrid, de padres cacere?os, y habita en Brozas, unos 40 kil¨®metros de la capital extreme?a. Desde que regres¨® a Espa?a, tras ultimar sus estudios en Estados Unidos y Santo Domingo, vive de una empresa de construcci¨®n, que califica de peque?a y modesta.Le falta del college, el toque del amor al rugby, que cambia por su afici¨®n a las motos, los coches y "lo que llamamos sill¨®n-ball, que lo dedico a leer y a estudiar. Ahora estoy leyendo un libro qu¨¦ me est¨¢ impresionando: C¨®mo terminan las democracias, de Revel. Pienso que hay un expansionismo imperialista sovi¨¦tico que puede acabar con las democracias".
Este joven, que habla de "Rusia", "los pa¨ªses sat¨¦lites" y el "imperialismo sovi¨¦tico" sin parang¨®n occidental alguno, dice que no es pro norteamericano, sino "muy pro espa?ol, dentro de que vivo en un mundo occidental y que es en el que me gusta vivir". Tiene afici¨®n por la m¨²sica, especialmentepor la zarzuela. "Mi favorita es la madrile?a, la de los chulapones, no me acuerdo del nombre. En los Estados Unidos me despertaba todos los d¨ªas con el Concierto de Aranjuez, lo cual me hac¨ªa recordar a mi patria a 8.000 kil¨®metros de distancia".
Javier S¨¢nchez est¨¢ en Alianza Popular desde los 17 o 18 a?os y no se le imaginar¨ªa en otro sitio. No obstante, se permite algunos desacuerdos, aunque "¨¦stos no son importantes; quiz¨¢s a veces discrepo algo en materia econ¨®mica, porque pienso que hay veces en que el Estado tiene que ayudar a la econom¨ªa privada para subsistir".
Su aspecto de chico disciplinado hasta en la forma de recostarse en el sof¨¢ o de cruzar la pierna se hace pqtente, ir¨ªcluso, cuando se le pregunta c¨®mo disfruta. "Yo disfruto en el Senado, trabajando por Extremadura". Su labor en favor de esa tierra no le hace oponerse, por ejemplo, a las centrales nucleares, que "son el mal menor. A¨²n no ha habido muertes po ellas y, desde el punto de vista ecol¨®gico, son limpias, frente a las centrales t¨¦rmicas. Ante la crisis energ¨¦tica, pienso -como ha pensado Rusia- que las nucleares son necesarias y el da?o que se va a hacer cerrando Valdecaballeros es importante. Yo he asistido a manifestaciones antinucleares en Estados Unidos y no tengo noticia de que se hayan hecho en Rusia".
Javier S¨¢nchez, que se confiesa cat¨®lico y opina que el actual papa "ha introducido en la Iglesia formas m¨¢s acordes con los tiempos en que vivimos", tiene tambi¨¦n un deje contestatario con el propio Juan Pablo II en lo tocante a los anticonceptivos, "porque el control de la natalidad es muy importante en Occidente y, m¨¢s a¨²n, en los pa¨ªses subdesarrollados".
Aunque piensa que "el Gobierno hasta ahora se ha sentado, pero no ha gobernado", dice que, de salvar a alguno de sus miembros, ¨¦ste ser¨ªa Barrionuevo. Y explica as¨ª esta coincidencia en el amor de la derecha por el ministro del Interior: "Se ha dado cuenta de que es mejor defender los derechos humanos de los que mueren que de los que asesinan".
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