Caja Rural- Uteco Ja¨¦n , un a?o despu¨¦s
Al paso de los d¨ªas, las noticias sobre el encarcelamiento y posterior procesamiento de los principales -y casi ¨²nicos, por lo que m¨¢s adelante veremos- dirigentes de las entidades cooperativas fueron sacando a la luz de la opini¨®n p¨²blica nacional algunos detalles sobre el descomunal desastre que amplios sectores de la sociedad jiennense ven¨ªan presintiendo en silencio desde hac¨ªa ya varios a?os.Las primeras estimaciones sobre la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe se convirtieron en el mejor alimento para la zozobra: unos 37.000 millones de pesetas med¨ªa el di¨¢metro del agujero.
La causa del desastre
No podr¨ªamos explicar los or¨ªgenes del crack sin tener en cuenta el marco pol¨ªtico en el que nacieron las Uteco, como cooperativa de segundo grado y cooperativa provincial agr¨ªcola (CPA), como productora-receptora y productora y comercializadora de diversos productos del campo y sus derivados. Corr¨ªan los mejores tiempos del franquismo. Domingo Sol¨ªs Ruiz, seguramente influenciado y apoyado por su hermano Jos¨¦ -empe?ado en aparecer con la careta social del nacionalsindicalismo-, embarca a una mayor¨ªa de cooperativas locales de olivareros en un "pacto de ventas en com¨²n" en virtud del cual la Uteco se har¨¢ cargo de la totalidad de la producci¨®n aceitera, actuando as¨ª como reguladora del mercado del aceite.
Posteriormente se crear¨ªa la tercera de las entidades, la Cooperativa Proviincial Agr¨ªcola, con el fin de cerrar el ciclo productivo del campoie Ja¨¦n (secciones de ganader¨ªa, matadero, hortofrut¨ªcola, algodonera, etc¨¦tera).
?C¨®mo garantizar el buen funcionamiento de estas dos cooperativas gigantescas? La Caja Rural de Ja¨¦n actuar¨ªa como la gran ubre financiera. Si surg¨ªan problemas, se acudir¨ªa al Consorcio Nacional de Cajas Rurales. Tampoco aqu¨ª habr¨ªl impedimentos. Domingo Sol¨ªs Ruiz, sin duda llevado por el af¨¢n de implantar la democracia sindical, termin¨® concentrando en sus manos las presidencias de la Caja Rural de Ja¨¦n, Uteco, la Cooperativa Provincial Agr¨ªcola y la Caja Rural Nacional.
Cualquier cr¨ªtica que partiera de las cooperativas de base o cualquier intento de coparticipar en la gesti¨®n de las entidades era r¨¢pidamente interpretado por el onn¨ªmodo Sol¨ªs como la encarnaci¨®n diab¨®lica de la conjura ?juedo-mas¨®nica-marxista" que proven¨ªa de los enemigos de los campesinos jiennenses. Y, por supuesto, habr¨ªa que poner los medios -y se pon¨ªan- para que tales intentos no se reprodujeran. Las asambleas anuales de las tres entidades se convert¨ªan en una fiel imitaci¨®n de lo que ocurr¨ªa en aquellas Cortes repletas de procuradores.
Despu¨¦s del a?o 1977, la democracia no logr¨® traspasar los muros de una determinada concepci¨®n del cooperativismo, que, fuertemente impregnada del paternalismo t¨ªpico de los reg¨ªmenes, autoritarios, hab¨ªa hurtado los h¨¢bitos de participaci¨®n de la gran mayor¨ªa. La inercia de tantos a?os, la persistencia de una legislaci¨®n poco acorde con el esp¨ªritu de la Constituci¨®n y la pasividad de ciertas autoridades durante los Gobiernos de UCD alargaron la vida de aquel conglomerado con los pies de barro.
Se ha dicho muchas veces que el mejor ant¨ªdoto contra la corrupci¨®n es el control democr¨¢tico de las decisiones y la participaci¨®n en la toma de las mismas. En el caso que nos ocupa se ha demostrado, una vez m¨¢s, la veracidad de tal aserto.
Luego est¨¢ toda esta serie de irregularidades que, sin detenerse a analizar exhaustivamente, merece la pena relacionar aqu¨ª. Pero no se preocupen los lectores, tan s¨®lo me referir¨¦ a algunas de ellas, ya que la exposici¨®n detallada de todas las que se han producido exigir¨ªa la publicaci¨®n de varios art¨ªculos m¨¢s.
Una larga serie de errores
Desde la contrataci¨®n de la inmensa mayor¨ªa del personal por el objetivo procedimiento del dedo amigo hasta el exceso evidente de las contrataciones realizadas para la capacidad real de las entidades pasando por la ineficacia t¨¦cnica -una de las frases m¨¢s utilizadas en Ja¨¦n recoge con expresi¨®n popular esta afirmaci¨®n: "El que, vale, vale, y el que no, a la Uteco"- de la mayor¨ªa de los cuadros superiores nos dan una primera aproximaci¨®n al asunto.
El gigantismo de las instalaciones o el lujo desmedido con el que se constru¨ªa buena parte de las mismas -otro reflejo de la megaloman¨ªa del franquismo-, am¨¦n de los pulsos que Sol¨ªs ten¨ªa por costumbre mantener con las autoridades competentes en torno al mercado del aceite -su hermano ya no era ministro-, constituyen otro cap¨ªtulo m¨¢s de esta larga serie de errores.
No entro, por falta de espacio y por encontrarse el asunto en manos judiciales, en los aspectos presuntamente delictivos del esc¨¢ndalo. Baste decir, en este sentido, que, ya bien entrada la democracia, este se?or quiso jugar a empresario moderno. Se conquistar¨ªa el mercado exterior con una arrolladora pol¨ªtica de exportaciones que demostra r¨ªa al mundo, una vez m¨¢s, el genio hispano. A tal fin, constituye en Francia un par de sociedades mixtas con capital -!ayl- jud¨ªo. El resto ya lo conocen. Todav¨ªa adeu da Uteco cantidades considerables a esos se?ores. Es en esa conquista de Europa cuando se producen las transacciones exteriores sin los debidos requisitos que motivar¨ªan luego su procesamiento.
Reflexiones finales
Una vez m¨¢s, el Gobierno socialista tiene que cargar con la irresponsabilidad de unos pocos que se ampararon, primero, en la falta de libertades, para luego vivir como peces en el oc¨¦ano del dejar hacer que caracteriz¨® a las Administraciones (?) de UCD. Habr¨¢ que pagar. Pero todo el dinero de los espa?oles que haya que invertir en el saneamiento de estas entidades cooperativas ser¨¢ insuficiente si no se democratiza a fondo la instituci¨®n de cr¨¦dito -habr¨ªa que extender el ejemplo a otras cajas rurales- y se le da otra orientaci¨®n a ese cooperativismo por arriba que adormeci¨®, con los precios pol¨ªticos y la generalizaci¨®n de las corruptelas, a diversos sectores cooperat¨ªvos. Habr¨¢ que apelar a esos aceituneros altivos, de Miguel Hern¨¢ndez, para que "de la tierra callada, el trabajo y el sudor" surjan sobre unas bases firmes el desarrollo y el bienestar de ese gran pueblo de Ja¨¦n.
Nota. La comisi¨®n de investigaci¨®n de presuntas irregularidades ocurridas en la Caja Rural de Ja¨¦n, constituida en el seno del Parlamento de Andaluc¨ªa, comenz¨® sus trabajos el 12 de abril de 1983, previ¨¦ndose la finalizaci¨®n de las investigaciones en el actual per¨ªodo de sesiones. En la actualidad contin¨²a la fase de encuesta de la citada comisi¨®n, que finalizar¨¢ con la comparecencia de los directamente implicados en ¨¦l asunto objeto de investigaci¨®n. Para tal fin se ha elevado consulta al Consejo Superior del Poder Judicial, al objeto de que se pronuncie sobre la viabilidad de la comparencia de Domingo Sol¨ªs y dem¨¢s implicados en el caso. Una vez finalizados sus trabajos, la comisi¨®n de investigaci¨®n de presuntas irregularidades de la Caja Rural de Ja¨¦n elevar¨¢ al Pleno del Parlamento de Andaluc¨ªa un informe a trav¨¦s del presidente de la C¨¢mara, qu¨¦ ser¨¢ debatido antes de que finalice el actual per¨ªodo de sesiones.
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