El historiador John H. Elliott, investido doctor 'honoris causa' por la Aut¨®noma de Madrid

El historiador ingl¨¦s John H. Elliott, de 53 a?os, autor de La rebeli¨®n de los catalanes, La Espa?a imperial y Un palacio para el rey, aprovech¨® "descaradamente" el acto acad¨¦mico de investidura de doctor honoris causa por la Universidad Aut¨®noma de Madrid, celebrado ayer en la Facultad de Ciencias Econ¨®micas y Empresariales, para recorrer su autobiograf¨ªa de investigador del siglo XVII espa?ol, destacar su hispanismo -"este pa¨ªs me ha ayudado a ser lo que soy"-, recomendar el enfoque comparativo como m¨¦todo hist¨®rico y resaltar "la vitalidad y el talento de la generaci¨®n m¨¢s joven de historiadores espa?oles".

Una de las pocas oportunidades que tiene un profesor universitario de referirse en un acto p¨²blico a su propio trabajo fue aprovechada ayer "descaradamente", como dijo, por el historiador John Huxtable Elliott (Reading, Inglaterra, 1930) durante su discurso de agradecimiento por el nombramiento de doctor honoris causa por la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Espa?a -"he encontrado en Espa?a una segunda patria"- y sus investigaciones hist¨®ricas, centradas en el siglo XVII, la decadencia de Espa?a y el conde duque de Olivares ocuparon un discurso informativo y pedag¨®gico, con algunos rasgos de humor, como al explicar el curioso incidente que tuvo el verano pasado al ser confundido por un taxista con el vicepresidente Alfonso Guerra.El profesor Elliott recibi¨® el t¨ªtulo de doctor honoris causa, el birrete laureado como "la corona de vuestros estudios y merecimientos", el anillo como alianza con la universidad, los, guantes blancos -"s¨ªmbolo de la honestidad que debe conservar vuestro esp¨ªritu al servicio de la ciencia y como tesfimonio de vuestra dignidad"- y el Libro de la Ciencia, "como s¨ªmbolo de cuanto ten¨¦is que aprender y ense?ar". El elogio del doctorando fue pronunciado por su padrino, el profesor Felipe Ruiz, y en la presidencia del acto se encontraban el rector de la Aut¨®noma, Julio Gonz¨¢lez Campos; el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galv¨¢n, y el rector de la Complutense, Francisco Bustelo.

"Este pa¨ªs me ha dado amigos, me ha abierto todo un horizonte de inter¨¦s profesional y cultural y me ha ense?ado a mirar con simpat¨ªa a una sociedad tan distinta a la m¨ªa", dijo Elliott al comenzar su discurso, tras expresar "una enorme deuda de gratitud con historiadores espa?oles que hace 30 a?os daban consejos a un inmaduro ingl¨¦s", con especial referencia a Dom¨ªnguez Ortiz y -Vicens-Vives. Explic¨® su primera visita, en 1950, al archivo de Simancas y al Museo del Prado, con el descubrimiento del retrato ecuestre del conde duque de Olivares por Vel¨¢zquez, que determinaron sus primeras investigaciones hist¨®ricas, al comprobar la falta de estudios y la complejidad de la Espa?a del siglo XVII.

El nuevo doctor coment¨® su intento de historia total en su primer trabajo, La rebeli¨®n de los catalanes. Un estudio sobre la decadencia de Espa?a (1598-1640) y el libro de texto La Espa?a imperial (1469-1716); su dedicaci¨®n a la ense?anza, entre 1963 y 1973, en Cambridge y Londres, con una ampliaci¨®n a su hispanismo, con La Europa dividida (1559-1598) y El viejo mundo y el nuevo (1492-1650); su traslado a Estados Unidos en 1973, en el Instituto para Estudios Avanzados de Princeton, donde trabaja en Memoriales y cartas del conde duque de Olivares, en colaboraci¨®n con Jos¨¦ F. de la Pe?a, y Un palacio para el rey, El Buen Retiro y la corte de Felipe IV, con Jonathan Brown, as¨ª como su actual estudio sobre el conde duque de Olivares.

Junto al comentario de sus estudios, Elliott se mostr¨® partidario de la colaboraci¨®n con otras disciplinas y del enfoque comparativo, de ampliar la visi¨®n de Espa?a a la historia europea. Tuvo palabras de elogio para la nueva generaci¨®n de historiadores "que dar¨¢n una nueva vida a la historia de Espa?a".