El investigador de la lengua de Ebla cree haber descubierto un mundo de hace 5.000 a?os
Ebla, ciudad enclavada en el actual territorio sirio , es el gran descubrimiento arqueol¨®gico de este siglo. Giovanni Pettinato, catedr¨¢tico de Asiriolog¨ªa de la Universidad de Roma, empez¨® a leer en 1975 las tablas encontradas en Ebla. Descubri¨® un nuevo idioma, el eblaita, y las estructuras -pol¨ªtica, econ¨®mica, religiosa- de esa ciudad del a?o 3.000 antes de Cristo. Pettinato ha estado en Madrid para hablar de Ebla y estos d¨ªas har¨¢ lo mismo en Sevilla, C¨¢diz y C¨®rdoba.
Los arque¨®logos saben que la mejor forma de destrucci¨®n de una ciudad para que se conserve posteriormente durante siglos es que ¨¦sta sea sepultada por la lava -Pompeya- o que sea quemada. Este ¨²ltimo es el caso de Ebla. En el a?o 2.400 antes de Cristo, el palacio de la ciudad qued¨® arrasado por la llamas. Dentro hab¨ªa una fabulosa biblioteca formada por unas 20.000 tablas de arcilla que quedaron cocidas en el incendio. De tal manera, que hoy, 4.300 a?os despu¨¦s, alguien como Pettinato ha podido descifrar y leer sus escritos. El catedr¨¢tico italiano ha publicado ya cuatro tomos y diversos art¨ªculos, fruto de esa interpretaci¨®n. "Leer todas las tablas significa-20 a?os m¨¢s de estudio" dice Giovanni Pettinato.En 1964 empezaron los italianos a excavar en la ciudad de Ebla. Al igual que Tartesos, siempre se supo de su existencia, pero nadie hab¨ªa logrado localizarla. S¨®lo cuatro a?os despu¨¦s, gracias al descubrimiento de una estatua con inscripciones, se pudo saber que se trataba de la antigua Ebla.Arqueol¨®gicamente, Ebla se forma hacia el a?o 3.000 a. de C. y es destruida en el 1.600 a. de C. , por un rey hitita. Pero la cultura, eblaita queda destruida mucho antes, en el a?o 2.400. La ciudad no es tan atractiva como Pompeya, ya que las construcciones eran de adobe, por s¨®lo quedan los cimientos. Las excavaciones las patrocina el gobierno italiano y est¨¢n dirigidas por Pettinato, al frente de ocho cient¨ªficos.Descifrar el eblaita no ha sido una. tarea dificil para Giovanni Pettinato, dados sus conocimenyos de la lengua sumeria y akadia. "S¨®lo tard¨¦ seis meses", dice. "Es una lengua sem¨ªtica muy similar al hebraico de escritura cuneiforme, con una base l¨®gica, por lo que he podido descifrar los signos sin tener que leer todos los documentos".Tras descifrar el nuevo idioma, los expertos han encontrado, entre otras muchas cosas, nombre s de ciudades y estados ya conocidos y otros por conocer, lo que dar¨¢ pi¨¦ a nuevas b¨²squedas. Y tambi¨¦n se ha podido conocer la estructura pol¨ªtica de la ciudad. En este sentido, el descubrimiento es especialmente interesante. En Ebla, en el 2.500' a. de C * , en plena Mesopotamia, hab¨ªa una sociedad sedentaria con un gobierno patriarcal, no absolutista al estilo sumerio de la ¨¦poca. "El rey sal¨ªa elegido cada siete a?os de un consejo de doce ancianos", dice Pettinato, "que eran los jefes de las familias ricas". La mujeres ten¨ªan en Ebla los mismos derechos que los hombres y la reina ten¨ªa una gran importancia en la sociedad.
Los reyes pagaban impuestos.
En cuanto a su estructura econ¨®mica, Pettinato habla de un monopolio comercial riqu¨ªsimo muy similar al que ejercieron en el Mediterr¨¢neo, siglos despu¨¦s, Venecia, G¨¦nova o Florencia. "La ciudad ten¨ªa 30.000 habitantes", dice, "de los que 4.700 eran funcionarios. Tanta burocracia era debida a la necesidad de controlar su importante comercio, basado en su gran industria textil, que elaboraba preciosos pa?os de lana y lino".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.