La colaboraci¨®n cultural y politica, eje diplomacia espa?ola en Roma
El presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, dijo durarite su reciente visita a Italia que tanto ¨¦l como su equipo tienen una deuda cultural y pol¨ªtica con ese pa¨ªs,y que est¨¢n dispuestos a saldarla. Y ha subrayado a las autoridades italianas que como primer paso ha enviado a Italia como embajador a un intelectual die su plena confianza. Para puntualizar qu¨¦ significa hoy ser un embajador pol¨ªtico y no de carrera y qu¨¦ repercusiones podr¨ªa tener el hecho de que por primera vez Italia tiene un embajador que empieza su carrera diplom¨¢tica en este pa¨ªs en vez de acabarla, como era pr¨¢cticamente la norma, EL PAIS ha entrevistado a Jorge de Esteban, el nuevo embajador espa?ol en Roma, en su fabulosa residencia, en la colina del Gianicolo.
Pregunta. El presidente Felipe Gonz¨¢lez, en su reciente viaje a Italia, dijo -p¨²blicamente que tiene una deuda personal con este pa¨ªs. ?Basta para pagar esta deuda cultural con enviar a Roma a un embajador de su confianza? ?Con qu¨¦ medios cuenta en realidad su embajada para llevar a cabo un cambio real?Respuesta. Por supuesto, si pagar la deuda de que usted habla consistiera ¨²nicamente en enviar a una persona de mis caracter¨ªsticas, es evidente que no quedar¨ªa saldada. La justificaci¨®n de mi venida a Italia hay que entenderla en el deseo del presidente, y de todo el Gobierno en suma, de impregnar las relaciones bilaterales -entre ambos pa¨ªses de un fuerte tinte cultural. Pero para conseguirlo es necesario que el Gobierno decida, como me consta est¨¢ haciendo, que se establezcan las bases para esa pol¨ªtica cultural.
P. Despu¨¦s de sus primeros meses de experiencia en la embajada de Roma, ?cu¨¢l es su programa para potenciar las instituciones culturales existentes, muc as e ellas en estado de coma?
R. Mi programa, en definitiva, es el que el Gobierno asumi¨® para enviarme aqu¨ª, esto es, procurar sacar el m¨¢ximo rendimiento de las instituciones culturales que tenemos en Italia. Mi propuesta para la revitalizaci¨®n de estas instituciones y, en definitiva, para fortalecer la pol¨ªtica cultural que desea el Gobierno, consiste en varios puntos. El primero consiste en lograr una mejor utilizaci¨®n y rentabilidad de estas instituciones, y para ello habr¨¢ que suprimir unas, a la vista de su escasa idoneidad, y reestructurar todas con vistas a esa meta ambiciosa que se desea.
En segundo lugar, es necesaria una coordinaci¨®n de todas las instituciones que se mantengan, a fin de evitar el peque?o reino de Taifas en que han consistido hasta ahora.
Por ¨²ltimo, me parece indispensable crear alguna instituci¨®n m¨¢s en ciudades como Mil¨¢n, que es hoy la m¨¢s viva en la vida cultural italiana. A este respecto, y teniendo en cuenta la escasez de medios actual del Ministerio de Asuntos Exteriores, me parece que se podr¨ªa conseguir el fin deseado acudiendo tambi¨¦n a la esfera privada. Precisamente despu¨¦s de una corta estancia en Mil¨¢n he comenzado a establecer contactos con la Casa de Alba, el Ayuntamiento de Mil¨¢n y la sucursal en esa ciudad del Banco de Bilbao para poner en marcha un posible instituto Duque de Alba.
La misi¨®n pol¨ªtica
P. Estados Unidos y Francia han considerado siempre sus embajadas en Italia como un punto crucial de su pol¨ªtica exterior. ?Qu¨¦ podr¨ªa significar para Espa?a una pol¨ªtica diplom¨¢tica en Italia m¨¢s viva, en vistas, por ejemplo, a la entrada de Espa?a en el Mercado Com¨²n?R. No creo descubrir nada nuevo si subrayo la importancia en el terreno europeo, y hasta mundial, de Italia. De ah¨ª que una f¨¦rrea alianza con un pa¨ªs que tiene tanto en com¨²n con Espa?a podr¨ªa ser un eje b¨¢sico de nuestra pol¨ªtica exterior. Pero concret¨¢ndonos al tenia del Mercado Com¨²n, es claro queltalia ha sido siempre la m¨¢s firme ayuda en la demanda de nuestra integraci¨®n. Esto contin¨²a siendo v¨¢lido todav¨ªa, aunque he empezado a detectar un doble lenguaje en esta relaci¨®n. Por una parte, un lenguaje pol¨ªtico en el que se mantiene incondicionalmente el apoyo, el cual es propio del presidente del Gobierno y del ministro de Asuntos Exteriores. Por otra, un lenguaje t¨¦cnico que se utiliza a niveles m¨¢s inferiores de la Administraci¨®n, y en el que se podr¨ªa hablar de un "s¨ª, pero...", que pone en evidencia la existencia de diferentes obst¨¢culos, sobre todo en el terreno de la agricultura. La pol¨ªtica diplom¨¢tica con Italia debe consistir en lograr mantener el primer lenguaje y clarificar¨ªo m¨¢s posible el segundo, a fin de resolver los posibles conflictos.
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