El 'maquis', contado por pasiva
El cine espa?ol ha respetado la clandestinidad del maquis, ha conservado su secreto cotidiano. La supervivencia del guerrillero radicaba es ser ilocalizable y el cine no ha querido encontrarlo, prefiriendo la sorpresa de sus apariciones. Su existencia se cuenta, en la mayor¨ªa de los casos, por pasiva. Con Mario Camus, Antonio Gades es el novio imposible de Marisol, sus citas son fugaces e intensas porque saben que al final espera la muerte. Y tras ese final, Marisol abandonar¨¢ la geograf¨ªa lluviosa, el escenario de un tr¨¢gico lirismo.Con Erice, el maquis es una presencia llena de inc¨®gnitas a la que se aproxima la Guardia Civil, para suprimirla, negarla, sin entenderla o con un entendimiento meramente b¨¦lico, como enemigo a liquidar- y Ana Torrent, el ¨²nico personaje, quiz¨¢ por ser ni?o, que reencuentra en ¨¦l la prueba f¨ªsica de la existencia del esp¨ªritu, de otro mundo que, a semejanza del cine y de Frankenstein, s¨®lo es alcanzable si no averg¨¹enza so?ar. En El coraz¨®n del bosque (1979), la pel¨ªcula que hoy emite Televisi¨®n Espa?ola, el maquis es, tambi¨¦n, elemento de un paisaje que convoca a los personajes que lo habitan, los subyuga y atemoriza. El asesinato del maquis por un camarada, por la necesidad t¨¢ctica de otra lucha pol¨ªtica, no resuelve el argumento. Hay un cierto pante¨ªsmo laico en la historia de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n. La muerte del maquis no suprime su apabullante presencia porque el maquis no es apenas nadie, es lo que puede haber detr¨¢s de cada ¨¢rbol o de cada roca y tanto el ¨¢rbol como la roca permanecen y con ellos permanece la posibilidad de que algo se halle oculto.
Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n rod¨® el filme en su regi¨®n natal porque le era necesario conocer el terreno, no para saber encontrar al maquis, sino para trasladar a terceras personas la angustia de sus brumas. El argumento de la pel¨ªcula est¨¢ en la lluvia, la niebla, en los agentes atmosf¨¦ricos y orogr¨¢ficos y en quienes los contemplan desde cierto pasmo, envidiando la sabia convivencia del maquis con ellos. Si con Habla mudita, el bosque modificaba el uso del verbo, aqu¨ª impone un aprendizaje de la mirada. Es un filme de regards y aun as¨ª, para ?ngela Molina, Manuel Guti¨¦rrez desaprovech¨® algunas miradas.
El filme, asimismo, hace inevitable la cita a Joseph Conrad. Tambi¨¦n en el novelista encontramos un mayor inter¨¦s por quien busca que por quien es buscado. El primero supone un, camino, un proceso. El segundo est¨¢ ah¨ª quiz¨¢ s¨®lo porque lo necesita quien lo persigue, como pieza instrumental. La otra variante, una simple inversi¨®n, ser¨ªa la del fugitivo, pero, en el caso del maquis, no hay huida. Se sabe donde est¨¢, lo ¨²nico dif¨ªcil es encontrarlo. ?l no cambia porque es el pasado y es el mito. Quienes cambian por culpa de su enga?osa ausencia son los otros.
El coraz¨®n del bosque se emite hoy a las 22.00 horas por la segunda cadena.
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