Controversia entre la polic¨ªa y los juzgados madrile?os sobre la participaci¨®n de 'Kun-Fu' en el asesinato de una anciana
El asesinato de Antonia Clavero, de 73 a?os de edad, a la que al mediod¨ªa del pasado 11 de noviembre dos j¨®venes asestaron 64 pu?aladas en su domicilio de la calle de San Mariano, en el barrio madrile?o de San Blas, sigue siendo un misterio, seg¨²n el criterio de la autoridad judicial. En dos ocasiones consecutivas los jueces han puesto en libertad a Pedro Alc¨¢ntara, popularmente conocido como Kun-Fu, a quien la polic¨ªa detuvo tambi¨¦n dos veces e implic¨® en el crimen en conferencia de prensa celebrada en sus dependencias de la Puerta del Sol el pasado d¨ªa 15.
Todo empez¨®, al decir de la polic¨ªa, por una llamada telef¨®nica. "He visto salir del domicilio de la vieja muerta a Kun-Fu y a uno que siempre va con ¨¦l. Han ido corriendo a comprarse unas zapatillas", dijo la voz an¨®nima, horas despu¨¦s del crimen de la calle de San Mariano. A las 12.30 horas Antonia Clavero hab¨ªa sido encontrada muerta en la cocina de su modesto domicilio, con 64 pu?aladas repartidas por todo el cuerpo. La primera versi¨®n facilitada por la polic¨ªa aseguraba que la primitiva intenci¨®n de los asesinos era robar, pero terminaron matando ante la resistencia de su v¨ªctima.Tras la comunicaci¨®n telef¨®nica, los inspectores de la comisar¨ªa de San Blas se pusieron en marcha. El caso del brutal asesinato de Antonia Clavero, pensaron, pod¨ªa tener una soluci¨®n r¨¢pida.
Pruebas insuficientes
A las cinco de la madrugada del 12 de noviembre, menos de 24 horas despu¨¦s de la muerte de Antonia Clavero, tres inspectores detuvieron a Pedro Alc¨¢ntara cuando dorm¨ªa en el piso de un hermano, en San Blas. El joven hab¨ªa salido de la prisi¨®n de Carabanchel nueve d¨ªas antes, tras una estancia de cuatro meses. "Eres sospechoso de robo con homicidio", le dijeron los funcionarios que le detuvieron. "Y eso ?qu¨¦ es?", pregunt¨® Kun-Fu, seg¨²n ¨¦l mismo ha relatado. "Pues que te has cargado a una mujer", le respondieron aqu¨¦llos.Contra Pedro Alc¨¢ntara hay una llamada an¨®nima, cuyo autor nunca se ha presentado a la polic¨ªa, y una mancha de sangre en su mano, que, al parecer, result¨® ser de su mismo grupo sangu¨ªneo. El arma del crimen tampoco ha sido encontrada, reconoce la polic¨ªa. Ya en la comisar¨ªa de San Blas, seg¨²n el posterior testimonio del detenido, los investigadores aprietan para que el joven declare en su contra. Kun-Fu insiste una y otra vez en que s¨®lo declarar¨¢ en presencia del juez y se niega a firmar ning¨²n papel. Pero ¨¦l no dijo nada, no firm¨® nada, s¨®lo insisti¨® en su inocencia, pese a que la polic¨ªa le inform¨® que un amigo suyo, de nombre Domingo, hab¨ªa confesado recibir de manos de Kun-Fu un bolso que pod¨ªa proceder del domicilio de la anciana asesinada. Domingo, en presencia del juez, desmentir¨ªa esa afirmaci¨®n.
El 14 de noviembre, hacia las 11 de la noche, Pedro Alc¨¢ntara es llevado a los juzgados de la plaza de Castilla. De su persona se hace cargo el juzgado de guardia, que esa noche es el n¨²mero 5, y all¨ª rec¨ªbe la asistencia de un abogado de oficio.
A la ma?ana siguiente los periodistas son convocados a la Jefatura Superior de Polic¨ªa para ser informados del "esclarecimiento de tres asesinatos". Tom¨¢s Calleja, de la comisar¨ªa de San Blas, es el encargado de explicar las gestiones policiales relacionadas con uno de ellos, el de Antonia Clavero. Calleja informa de la detenci¨®n de Kun-Fu y otro joven, G. E. R., apodado el Guille, por su presunta participaci¨®n en el suceso.
Alg¨²n periodista observ¨® una cierta inseguridad en Calleja al ser preguntado acerca de cu¨¢l es exactamente la participaci¨®n de Kun-Fu en el delito. "Ahora est¨¢, a disposici¨®n judicial y no se puede aseverar nada, pero es probable que tenga alguna relaci¨®n con el hecho", dice el polic¨ªa. En privado, Tom¨¢s Calleja coment¨® a un informador de EL PAIS que piensa que el juez va a poner al joven en libertad. Dos d¨ªas despu¨¦s, el 17 de noviembre, Pedro Alc¨¢ntara sale, hacia las 13.30 horas, de los juzgados de la plaza de Castilla. El titular del Juzgado n¨²mero 5 no ha encontrado ning¨²n indicio racional para ingresarlo en prisi¨®n por su posible, participaci¨®n en el crimen. La polic¨ªa, seg¨²n el criterio judicial, no ha aportado pruebas suficientes, pero a la misma puerta de los juzgados vuelve a detener al joven delincuente, "porque hay nuevas pistas", que, seg¨²n afirmaban los investigadores, lo relacionaban con los autores materiales del delito.
La coartada
En el interrogatorio a que fue de nuevo sometido en la comisar¨ªa de San Blas, Pedro Alc¨¢ntara sufri¨® un ataque epil¨¦ptico e intent¨® abrirse la cabeza contra un radiador. "Me dijeron que hasta que no me comiera la muerte de la abuela no iban a parar", declar¨® a este peri¨®dico. De sus dos ¨²ltimas estancias en comisar¨ªa, Kun-Fu s¨®lo guarda un grato recuerdo de los polic¨ªas nacionales, "que no me pegaron, que me miraban con pena", y de un inspector que "dijo que iba a ver a mi madre". La madre de Pedro Alc¨¢ntara y de sus ocho hermanos sufre una enfermedad irreversible que hizo que el d¨ªa de autos estuviera ingresada en La Paz. Esa es la coartada de Kun-Fu.
El d¨ªa 11 de noviembre, seg¨²n su propio testimonio, Pedro se levant¨® a las nueve de la ma?ana. Desayun¨¦ en el bar Lucano un caf¨¦ con una tostada y luego fue a comprar unas zapatillas a un comercio del cercano barrio de Canillejas, donde el joven pas¨® su adolescencia. Luego regres¨® al bar Lucano, y desde all¨ª fue a La Paz a ver a su madre, "que me dijo que su ¨²nico deseo antes de morir era verme con la cara bien".
Pedro dice que visit¨® entonces, en la misma ciudad sanitaria, al doctor Sierra, del departamento de traumatolog¨ªa, que le hizo unas radiograflas de la mand¨ªbula y le asegur¨® que en enero podr¨ªa ser operado y recuperar de este modo un rostro normal. A las 14.30 horas Kun-Fu abandon¨® la ciudad sanitaria y volvi¨® a San Blas. De todos estos pasos, asegura, tiene testigos. Kun-Fu volvi¨® a los juzgados a las seis de la madrugada del doniingo 20 de noviembre. Al d¨ªa siguiente, a las 13.30 horas, el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 2 lo puso de nuevo en libertad. Esta vez no fue esperado por la polic¨ªa, aunque ¨¦sta mantiene que hay indicios no especificados que implican de uno u otro modo a Pedro Alc¨¢ntara en el crimen, "aunque tal vez no como autor material". A esta afirmaci¨®n Kun-Fu replica con una frase contundente: "Cuando cojan a una persona, que sepan que es culpable de todas todas. Que no cojan a un inocente y se intenten aprovechar de su debilidad".
Pedro Alc¨¢ntara admite que "ladr¨®n, mucho, y por necesidad, pero siempre en pisos", y rechaza con indignaci¨®n su participaci¨®n en hechos violentos: "No he herido a nadie en mi vida, en toda mi vida, y menos a una vieja". Entonces ense?a una peque?a navaja y explica: "Es la ¨²nica arma que he manejado en mi vida, y te voy a explicar para qu¨¦ me sirve: para hacerme l¨ªneas de hero¨ªna".
Familiares y conocidos de Kun-Fu consultados por este peri¨®dico confirman que al joven delincuente no se le conocen actitudes violentas. De la misma opini¨®n son algunos funcionarios de prisiones que lo han conocido en sus m¨²ltiples estancias en el Centro de Detenci¨®n de J¨®venes de Carabanchel. En la actualidad Pedro Alc¨¢ntara vive en un domicilio familiar en San Blas y se presenta a los juzgados de la plaza de Castilla cada vez que es requerido por alguno de los m¨²ltiples asuntos que all¨ª tiene pendientes.
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