Ni vencedores ni vencidos; todos muertos
En cinco oportunidades en el breve curso de este siglo el pueblo de Estados Unidos tuvo la sensaci¨®n de que daba un salto al vac¨ªo: el derrumbe de la Bolsa de Valores de Nueva York, en 1929; el ataque japon¨¦s a Pearl Harbour, en 1941; el enfrentamiento con la URSS por el estacionamiento de cohetes sovi¨¦ticos en Cuba, en 1962; el asesinato del presidente Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, en Dallas; el reciente domingo 20 de noviembre de 1983, al concluir la transmisi¨®n por la cadena de televisi¨®n ABC de la pel¨ªcula El d¨ªa siguiente, en la cual se describen las consecuencias que provoca un ataque nuclear ruso a una ciudad de Kansas.El pueblo norteamericano descubri¨® repentinamente qu¨¦ es la guerra nuclear, y tuvo, por fin, una clara percepci¨®n del mensaje que intentaron transmitirle desde 1945, a?o de las explosiones nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, los activistas del desarme nuclear. Desde hace una semana, el pueblo del Estados Unidos tiene miedo. Curiosa derivaci¨®n de la pol¨ªtica nuclear norteamericana, seg¨²n la cual, desde hace 25 a?os, son los sovi¨¦ticos quienes viven atemorizados por el poder nuclear de Estados Unidos. Esta pol¨ªtica de "la paz, por el miedo de los rusos", a la cual es tan afecto el presidente Reagan, puede dejar paso a una nueva situaci¨®n: "el desarme, por el miedo de los norteamericanos".
En los medios masivos de comunicaci¨®n o en las conversaciones de familia, mediante alta tecnolog¨ªa o de boca en boca, se expanden por todo Estados Unidos preguntas y respuestas n¨ªtidas para reemplazar la nebulosa en que el tema nuclear era mantenido por los intereses armamentistas. Algunos ejemplos:
1. ?Qu¨¦ es el miedo nuclear? Sol¨ªa ser el temor a ser derrotado en una guerra at¨®mica; serv¨ªa de incentivo a quienes incrementaban los presupuestos militares. Ahora se sabe, incluso a nivel popular, lo que ya hab¨ªan demostrado los hombres de ciencia: en una guerra nuclear no habr¨¢ vencedores ni vencidos; todos perecer¨¢n. El miedo nuclear se ha convertido en una convicci¨®n de la propia muerte. La guerra nuclear no se puede ganar.
2. ?C¨®mo se puede evitar una guerra nuclear? Est¨¢ comprobado que la guerra nuclear no necesita de una decisi¨®n largamente elaborada para comenzar. Puede estallar por un accidente, un malentendido o un error de c¨¢lculo. Una vez comenzada, no queda margen para negociaciones; la destrucci¨®n del mundo es irreversible. El senador Gary Hart ha revelado, comentando la pel¨ªcula, que ya en 1980 una comisi¨®n del Congreso hab¨ªa descubierto que en un per¨ªodo de 18 meses hubo 150 alarmas falsas sobre un ataque con cohetes rusos en el sistema de vigilancia nuclear de Estados Unidos. En un clima de agravada tensi¨®n internacional, una falsa alarma puede convertirse en una guerra.
3. La guerra nuclear, ?es inevitable o solamente posible? En el campo nuclear, las dos situaciones se diluyen en una: si contin¨²a el incremento de artefactos nucleares, si la pol¨ªtica internacional y la estrategia militar consideran a la guerra nuclear como su principal ingrediente, habr¨¢ guerra nuclear. Es inevitable.
4. ?Qu¨¦ consecuencias pol¨ªticas tendr¨¢ el nuevo conocimiento adquirido por el pueblo de Estados Unidos? Quiz¨¢ ninguno en lo inmediato, es decir, algo as¨ª como la suspensi¨®n de la instalaci¨®n que se est¨¢ realizando en Europa de nuevos tipos de misiles. O una negociaci¨®n de desarme de nuevo tipo, que incluya tambi¨¦n a Francia, Rep¨²blica Federal de Alemania, Italia y Reino Unido. Pero tendr¨¢ influencia en las elecciones norteamericanas de noviembre de 1984. El voto ir¨¢ en gran medida a los candidatos que apoyen el desarme nuclear. Puede incluso implicar la derrota de Ronald Reagan en sus aspiraciones a un segundo mandato presidencial.
5. ?A eso se deben los ataques que la derecha de Estados Unidos ha dirigido a la pel¨ªcula? En parte, aunque el motivo principal de su irritaci¨®n es que El d¨ªa siguiente destruye el argumento primordial de los partidarios del armamentismo nuclear: que la guerra puede ser ganada. Queda claro ahora, con la fuerza de la imagen, que los ganadores tampoco sobrevivir¨¢n. Por tanto, las armas son in¨²tiles. M¨¢s a¨²n, la pel¨ªcula prueba que la fuerza no otorga seguridad; el escapismo at¨®mico ha sido neutralizado. El tema nuclear pasa de la jurisdicci¨®n de los expertos a manos del pueblo, y los pueblos no quieren morir.
6. ?Es real la ventaja t¨¦cnica de Estados Unidos sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica? Es real en todos los rubros de la t¨¦cnica, menos en la militar y nuclear. La cantidad de armas nucleares a disposici¨®n de las dos potencias ha determinado que nunca habr¨¢ ventaja militar del uno sobre el otro; no habr¨¢ superioridad en la capacidad destructiva. Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica se pueden destruir mutuamente. Su destino com¨²n est¨¢ sellado, para vivir o para morir.
7. En los debates parlamentarios habidos en Europa sobre el establecimiento de los cohetes Pershing se han utilizado en abundancia las palabras pragmatismo, pol¨ªtica pragm¨¢tica. ?Tienen vigencia cuando se rerieren al campo nuclear? En relaci¨®n a los peligros reales de que estalle una guerra nuclear, se ha llegado a un punto en el cual pragmatismo sin ¨¦tica significar¨¢ la destrucci¨®n de la Humanidad. Pol¨ªtica sin ¨¦tica llevar¨¢ a todos a la muerte. El pragmatismo debe ser reemplazado por la ¨¦tica.
8. ?No es eso un sue?o? No disminuyamos el valor de los sue?os. La civilizaci¨®n ha progresado gracias a los so?adores.
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