El 'Columbia' inicia hoy su sexto vuelo, de nueve d¨ªas de duraci¨®n, con el laboratorio espacial europeo a bordo
El primer matrimonio cient¨ªfico del espacio, entre norteamericanos y europeos, comenzar¨¢ hoy con el sexto lanzamiento de la nave espacial Columbia, transportando el laboratorio europeo del espacio, Spacelab, para una misi¨®n en la que se realizar¨¢n 70 experimentos distintos a lo largo de un vuelo de 144 ¨®rbitas alrededor de la Tierra. El transbordador del espacio Columbia tiene previsto su despegue a las 11 de la ma?ana (cinco de la tarde, hora peninsular), desde el centro espacial Kennedy, en Cabo Ca?averal (Florida), y aterrizar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 7 de diciembre en el desierto de Mojave, en California.
Entre el equipo de seis tripulantes y cient¨ªficos, dirigido por el veterano astronauta John Young, de 53 a?os de edad, uno de los hombres que pisaron la Luna en 1972, figurar¨¢ por primera vez un astronauta no americano. Se trata de un profesor de la Rep¨²blica Federal de Alemania, el f¨ªsico Ulf Merbold, lo que da un car¨¢cter ¨ªnternacional a este vuelo de la nave espacial Columbia. Pero el sentido real de la cooperaci¨®n internacional de este programa radicar¨¢ en las primeras operaciones del sofisticado laboratorio del espacio, en cuyos trabajos y, coste, 1.000 millones de d¨®lares (unos 155.000 millones de pesetas), han participado los 11 miembros de la Agencia Europea del Espacio, entre los que figura Espa?a. El Spacelab fue construido en la Rep¨²blica Federal de Alemania, y la Administraci¨®n Nacional para la Aeron¨¢utica y el Espacio (NASA) ha encargado la fabricaci¨®n de un segundo Spacelab para utilizaci¨®n exclusiva de investigaci¨®n norteamericana del espacio.
Conjunto modular
El Spacelab es un conjunto modular, de 15 toneladas de peso, dividido en una parte cil¨ªndrica en la que pueden trabajar dos cient¨ªficos. La segunda parte est¨¢ integrada por una plataforma con una serie de plataformas, en las que est¨¢n instalados los m¨²ltiples instrumentos destinados a las operaciones de investigaci¨®n espacial externa. Depositado en la parte de carga de la nave Columbia, el Spacelab est¨¢ conectado por un t¨²nel tubular por el que los cient¨ªficos y astronautas pueden desplazarse desde la cabina de la nave al laboratorio del espacio."La investigaci¨®n cient¨ªfica es la primera raz¨®n de ese vuelo espacial", dijo el cient¨ªfico Rick Chappell, responsable del programa de vuelo. Los trabajos de los dos cient¨ªficos-astronautas, el fisico de la RFA Merbold y el ingeniero biom¨¦dico norteamericano Byron Lichtenberg, deber¨¢n aportar novedades importantes a la medicina, tratamiento de materiales e investigaci¨®n espacial.
Por primera vez el hombre env¨ªa al espacio el mayor laboratorio de la historia (despu¨¦s del norteamericano Skylab y del sovi¨¦tico Saliut 7, ambos de menores dimensiones y avances), con la finalidad de estudiar la elaboraci¨®n de materialessin que est¨¦n sometidos a la gravedad terrestre. Se esperan novedades en fabricaci¨®n de cristales, cer¨¢micas y medicamentos.
Los experimentos
Otros experimentos van destinados al estudio de las auroras boreales, los efectos de las radiaciones solares sobre el hidr¨®geno, el ciclo de vida en las estrellas y las galaxias o, simplemente, una mejor definici¨®n cartogr¨¢fica del contorno terrestre. Tales son algunas de las 70 operaciones previstas en el primer programa del Spacelab, a lo largo de nueve d¨ªas de vuelo.En esta misi¨®n conjunta entre norteamericanos y europeos, en la que EE UU aporta el transbordador Columbia y los europeos el Spacelab, destaca el buen sentido en materia de cooperaci¨®n cient¨ªfica internacional. Los estadounidenses no cobran el precio del vuelo y los europeos tampoco ponen tarifa al resultado que los experimentos puedan aportar a la ciencia norteamericana.
Ambos aparatos, tanto el Columbia como el Spacelab, pueden ser reutilizados en m¨²ltiples vuelos, alquilando la NASA y la Agencia Europea del Espacio sus respectivos aparatos a gobiernos, universidades o empresas privadas que en el futuro deseen investigar las posibilidades comerciales que abre la nueva era espacial. Sin olvidar que uno de los futuros grandes clientes de la serie de naves del tipo Columbia, primera capaz de entrar en ¨®rbita terrestre, regresar a la Tierra por sus propios medios y poder ser nuevamente utilizada, son los militares del Pent¨¢gono, en su dise?o de futuras guerras de las galaxias.
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