Socialistas y comunistas franceses se re¨²nen para limar sus diferencias
Los dirigentes m¨¢ximos de los dos partidos base del Gobierno de izquierda franc¨¦s, socialista y comunista (el tercero, de presencia muy minoritaria, es el Movimiento de los Radicales de Izquierdas), se re¨²nen hoy para intentar superar las divergencias profundas que los separan al analizar la pol¨ªtica del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand. A pesar de sus actitudes, contradictorias en lo fundamental, no parece llegado el momento de la ruptura.Cuando, en mayo de 1981, tras la victoria electoral de Mitterrand, los comunistas fueron llamados por este ¨²ltimo para participar en el Gobierno, el Partido Comunista franc¨¦s (PCF) y el Partido Socialista (PS) firmaron un contrato de gobierno.
Lo que ocurre, dos a?os y medio m¨¢s tarde, es que aquel contrato, aquel programa, en lo fundamental, se ha revelado ilusorio e irrealizable. Y Mitterrand lo ha reemplazado por otro. A rega?adientes, una mayor¨ªa de los socialistas digieren una pol¨ªtica que, de ser conducida por la derecha, condenar¨ªan por reaccionaria. Pero los comunistas, sin abandonar el Gobierno, hacen de sus cr¨ªticas el man¨¢ de cada d¨ªa.
Por esto es por lo que el propio Mitterrand, sirvi¨¦ndose del PS como intermediario, ha forzado esta cumbre, presidida por el primer secretario del PS, Lionel Jospin, y por el secretario general de los comunistas, Georges Marchais. Los objetivos de ambos son claros y opuestos. Jospin, corno Mitterrand, quiere que los comunistas se callen, por considerar que tanta cr¨ªtica a la pol¨ªtica gubernamental desacredita al Gobierno, a la coalici¨®n y al presidente de la Rep¨²blica. Marchais, a su vez, dir¨¢ que va a callarse, pero al mismo tiempo continuar¨¢ haciendo de la contestaci¨®n el alimento de su identidad.
El PCF desaprueba lo m¨¢s definitorio de la pol¨ªtica interior y exterior de Mitterrand. En el plano interior denuncia la pol¨ªtica econ¨®mica, la social y la industrial. Los comunistas desear¨ªan una estrategia de crecimiento econ¨®mico y no quieren o¨ªr hablar de p¨¦rdida del poder adquisitivo y maldicen que el Gobierno se haya negado a subvencionar a tumba abierta las minas nacionalizadas, con 6.000 millones de francos de p¨¦rdidas en 1983. En el terreno diplom¨¢tico, el PCF est¨¢ siempre m¨¢s al lado de la pol¨ªtica de la URSS que de la de Francia.
Extradici¨®n a Italia
En otro orden de cosas, Francia accedi¨® ayer a la demanda de extradici¨®n, presentada por Roma, de Elisabeth Grasso, militante del Grupo Comunista Revolucionario y detenida en territorio galo el pasado septiembre. La acusaci¨®n por la que est¨¢ encausada en Italia es la de dar refugio a fugitivos, concretamente, a dos miembros de su organizaci¨®n que asesinaron a dos polic¨ªas paramilitares en octubre de 1982.
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