El Banco Espa?ol de Cr¨¦dito, una instituci¨®n que intenta no perder el lid¨¦razgo
Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo, hasta ayer presidente del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito, se ha mostrado en diversas ocasiones partidario de realizar una pol¨ªtica econ¨®mica mucho m¨¢s expansiva que la practicada por el Gobierno socialista en su a?o de actuaci¨®n. Lo ha demostrado, a lo largo de algunas de sus intervenciones, pidiendo mayores inversiones p¨²blicas, aunque supusieran mayor d¨¦ficit del Estado, y Armando que el Gobierno no sigue en lo econ¨®mico el programa socialista.
Banesto, a lo largo del ¨²ltimo ejercicio, ha perdido la primera posici¨®n en el ranking por recursos ajenos de bancos espa?oles en beneficio del Banco Central, que preside Alfonso Esc¨¢mez; ha hecho frente a diversos rumores de agujeros por impago de cr¨¦ditos en el extranjero, que el mismo Aguirre desminti¨® en la junta general de accionistas; y ha soportado las insinuaciones de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos desde Londres sobre irregularidades en la autocartera del banco.Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo ha sido, con mucho, el presidente m¨¢s locuaz de los siete grandes. Ello ha provocado sustos, en m¨¢s de una ocasi¨®n, dentro y fuera de esa casa, y casi siempre se sol¨ªan apostillar los comentarios con frases referentes a la avanzada edad del presidente de Banesto. Por ello, no sorprendi¨® excesivamente cuando Aguirre Gonzalo, al presentar el Anuario del mercado espa?ol 1983, elaborado por Banesto, afirm¨® en el mes de julio pasado que el Gobierno no sigue en lo econ¨®mico el programa socialista y que la econom¨ªa espa?ola no necesitaba un plan de estabilizaci¨®n, sino justo lo contrario: una pol¨ªtica expansiva basada en grandes inversiones p¨²blicas y en una estrecha relaci¨®n de los salarios con los niveles de productividad. En aquel momento, Aguirre pidi¨® que, ya que todos estamos en la misma barca, rememos en el mismo sentido.
Cr¨¦ditos en el exterior
Al margen de las salidas dial¨¦cticas que siempre ha tenido el ahora ex presidente de Banesto, lo cierto es que en el ¨²ltimo ejercicio Aguirre Gonzalo tuvo que hacer frente a dos problemas importantes que se le presentaron. En primer lugar, no hubo otro remedio que aceptar que, despu¨¦s de muchos a?os de ser el l¨ªder ¨ªndiscut¨ªble del sector, Banesto perd¨ªa la primac¨ªa, y al tiempo surg¨ªan algunos rumores, que Aguirre se apresur¨® a cortar, en la junta general de accionistas celebrada en mayo de este a?o.En aquella ocasi¨®n, y sin que nadie le preguntara, se?al¨® que era falso que Banesto tuviera un agujero de 300 millones de d¨®lares (45.000 millones de pesetas) por impagos en el exterior. Para demostrarlo, explic¨® la composici¨®n de la cartera de cr¨¦ditos en divisas concedidos por Banesto: de un to tal de 171.000 millones de pesetas, 42.000 millones correspond¨ªan a pr¨¦stamos a empresas, y 129.000 millones, a entidades financieras.
Seg¨²n la memoria presentada en la junta de accionistas, Banesto obtuvo un producto neto en el ejercicio de 88.000 millones de pesetas, a los que hay que descontar los gastos de personal (38.000 millones) y los gastos generales (11.300 millones). Con estas cifras, los beneficios brutos se situaron en 38.000 millones de pesetas, 1.000 millones menos que en el ejercicio anterior.
Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo justific¨® esta disminuci¨®n como consecuencia de haber aplicado tipos de inter¨¦s menores en los cr¨¦ditos concedidos a clientes, y no por p¨¦rdida de mercado. Ello a pesar de que el crecimiento de Banesto fue inferior al del resto de sus m¨¢s directos competidores, los siete grandes. El reparto de los beneficios brutos de ese ejercicio fue cauto, siguiendo las recomendaciones claras del Banco de Espa?a: mantuvo el mismo dividendo por acci¨®n que en 1981 y destin¨® 14.000 millones de pesetas al fondo de insolvencias, y 2.800 millones, a provisiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.