Boyer: "La banca pagar¨¢ su parte para sanear Rumasa"
Pregunta. ?Qui¨¦n pagar¨¢ los 257.000 millones de p¨¦rdidas acumuladas en Rumasa?Respuesta. Las empresas y bancos de Rumasa se est¨¢n saneando transitoriamente s¨®lo con fondos p¨²blicos por razones de urgencia y de tama?o, pero no cabe duda de que el sistema financiero, en su conjunto, tiene que hacer una aportaci¨®n para la soluci¨®n de este problema. El Estado est¨¢ adelantando y adelantar¨¢ los recursos necesarios para el saneamiento, pero la banca privada participar¨¢ naturalmente con su parte, como en el caso de los otros grupos bancarios en crisis.
P. ?Por qu¨¦ se da a los bancos de Rumasa un tratamiento distinto al de las anteriores crisis bancarias, algunas de las cuales, como fue el caso de Banca Catalana, ten¨ªan una relaci¨®n de p¨¦rdidas y dep¨®sitos proporcionalmente semejante a la de aqu¨¦llos?R. En profundidad no hay tal tratamiento distinto. Rumasa recibir¨¢ un tratamiento paralelo al de las otras crisis bancarias. Lo diferente, por razones de urgencia y otras circunstancias espec¨ªficas del caso, ha sido el instrumento utilizado para poder iniciar y controlar el saneamiento. Hubi¨¦ramos podido enviar los bancos de Rumasa al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos Bancarios, como hicieron los Gobiernos anteriores con otros bancos, pero decidimos no hacerlo y elegimos el instrumento de la expropiaci¨®n porque nos pareci¨® m¨¢s id¨®neo, m¨¢s eficaz, por m¨¢s sencillo y m¨¢s r¨¢pido. Si hubi¨¦ramos utilizado el Fondo, ¨¦ste habr¨ªa tenido que responder al menos de todos los dep¨®sitos iguales o inferiores a 1,5 millones de pesetas. Con la expropiaci¨®n, el Gobierno no ha renunciado a utilizar los recursos del Fondo para este caso, y por tanto el saneamiento de los bancos de Rumasa correr¨¢ a cargo del Estado; pero el Estado, a trav¨¦s del Banco de Espa?a, se resarce del 50% de la crisis bancaria en la parte que corresponde a la banca privada, de acuerdo con la participaci¨®n que ambas partes tienen en el capital del Fondo.
P. La crisis bancaria parece haber precisado m¨¢s de un bill¨®n de pesetas en apoyos p¨²blicos y la banca privada ha aportado el 1,4% de esa cantidad a trav¨¦s del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. ?Cu¨¢ndo comenzar¨¢ la banca privada a pagar su parte?
R. El volumen de fondos para el saneamiento bancario ha sido inferior al bill¨®n de pesetas, y la banca ya ha aportado cuotas por el 1 por 1000 de sus dep¨®sitos. Los plazos de la devoluci¨®n del cr¨¦dito del Fondo a la banca ser¨¢n calculados procurando no afectar, por el esfuerzo de saneamiento de los bancos enfermos, a la salud de los bancos sanos. Habr¨¢ que acordar f¨®rmulas y plazos para que la banca privada pueda liquidar con el Banco de Espa?a la deuda con tra¨ªda por estos anticipos. Pero no hay que olvidar las caracter¨ªsticas del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos: es un sistema de seguros que se establece tard¨ªamente en Espa?a, despu¨¦s de producirse el siniestro y, por tanto, sin disponer previamente de la reserva necesaria para afrontarlo.
El equivalente a nuestro Fondo en Estados Unidos, el FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation) lleva muchos a?os de vida, a lo largo de los cuales ha ido acumulando reservas para poder acometer ¨¦l saneamiento de los bancos que entran en crisis. Adem¨¢s de no tener las reservas necesarias para resolver un siniestro aislado, nuestro Fondo ha tenido que afrontar de golpe una crisis bancaria mucho m¨¢s grave que las registradas en otros pa¨ªses en los ¨²ltimos a?os. De un centenar largo de bancos que operaban en Espa?a cuando se cre¨® el Fondo, en 1978, un 40% de ellos -peque?os y medios- se han visto afectados por la crisis bancaria. Sin la ayuda especial del Estado y de la parte sana del sistema financiero hubiera sido imposible acometer soluci¨®n alguna para esta crisis.
P. ?Conoce la banca privada cu¨¢l es la posici¨®n del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda en este punto del saneamiento compartido de Rumasa?
R. La banca conoce nuestra Posici¨®n, porque se la hemos expuesto claramente. Comprendo que es duro para cualquier banquero tener que destinar una parte de sus beneficios al saneamiento de los bancos fracasados. Pero la protecci¨®n a una entidad en crisis protege a todo el sistema financiero y mantiene la confianza del p¨²blico en ¨¦l, lo cual es esencial para la econom¨ªa y para la propia banca.
P. ?Impondr¨¢ el Gobierno su criterio a la banca para que contribuya con su parte al saneamiento de Rumasa?
R. La v¨ªa para solucionar este tipo de problemas no puede ser, naturalmente, la del ordeno y mando a trav¨¦s de decretos, sino m¨¢s bien la v¨ªa del acuerdo entre ambas partes. Es lo que hemos hecho en el caso de Banca Catalana; no me cabe duda de que llegaremos a un acuerdo en este tema, porque la banca entiende la magnitud del problema y sabe que si no hemos utilizado la mec¨¢nica cl¨¢sica del Fondo y hemos preferido la expropiaci¨®n ha sido para evitar precisamente una cat¨¢strofe financiera, con las quiebras en cascada de los bancos y. empresas de Rumasa, que, estoy convencido, habr¨ªa sido m¨¢s perjudicial para todos.
Hay muchas v¨ªas para compartir el coste de una crisis bancaria. Desde la aplicada generalmente por el Fondo de Garant¨ªa hasta soluciones ad hoc, como para Banca Catalana o a la utilizaci¨®n de las cuotas y anticipos que la banca debe al Fondo de Garant¨ªa.La voluntad del Gobierno es llegar a un acuerdo con la banca para repartir el coste y los esfuerzos de la reflotaci¨®n de Rumasa. El Estado tiene unas obligaciones, y los accionistas y trabajadores de Rumasa tambi¨¦n tendr¨¢n que asumir sacrificios como en todo grupo en reconversi¨®n. La venta de activos de Rumasa, junto con su estudio detallado, dar¨¢n los elementos definitivos para calcular el reparto de las p¨¦rdidas.
P. Todos los bancos saneados b¨¢sicamente con anticipo de fondos p¨²blicos han vuelto a manos de la banca privada espa?ola o de la banca privada o p¨²blica extranjera. ?Renuncia el Gobierno espa?ol a quedarse con los bancos de Rumasa o con algunos de ellos en el sector p¨²blico despu¨¦s de participar ampliamente en su saneamiento?
R. El Gobierno socialista no tiene por qu¨¦ quedarse con los bancos m¨¢s afectados por la crisis. Si alguien quisiera nacionalizar bancos, cosa que no est¨¢ prevista en el programa electoral del Partido Socialista Obrero Espa?ol, con el que ganamos las elecciones, ser¨ªa absurdo que empezase por los malos en vez de por los que est¨¢n en buena situaci¨®n. El programa electoral socialista es muy claro y no prev¨¦ nacionalizaci¨®n alguna de bancos. Sin embargo, se dice que, si un banco enfermo se reflotara y se pusiera en situaci¨®n de obtener beneficios mayoritariamente con recursos p¨²blicos, el Estado debe ejercer el derecho que tiene a comprarlo. En los casos en que el nuevo Gobierno ha dejado de ejercer este derecho de tanteo, los bancos no estaban en situaci¨®n de generar beneficios y el Estado hubiera tenido que seguir haciendo ingentes esfuerzos en ellos. El Gobierno ha pensado que hab¨ªa otros empleos m¨¢s urgentes y socialmente m¨¢s ¨²tiles para los recursos p¨²blicos. De todas formas, no descarto que en ciertos casos la propiedad p¨²blica de un banco pueda ser una soluci¨®n id¨®nea.P. Al expropiar Rumasa, ?eligi¨® el Gobierno el camino m¨¢s seguro, aunque m¨¢s caro?
R. El camino elegido fue el m¨¢s constructivo, pero tambi¨¦n -y se est¨¢ demostrando ahora al compararlo con los costes del saneamiento de las experiencias anteriores eligi¨®, en mi opini¨®n, el camino m¨¢s barato. Al ser la expropiaci¨®n el procedimiento m¨¢s r¨¢pido, es tambi¨¦n el que menos deteriora. Las ayudas proporcionadas a los bancos de Rumasa son muy inferiores a las recibidas en t¨¦rmino medio por los otros bancos en crisis y, por ejemplo, por Banca Catalana. Si sumamos las ayudas a Banca Catalana (123.216 millones de pesetas) con las recibidas por el Banco Industrial de Catalu?a (95.249 millones) y con las del Banco Industrial del Mediterr¨¢neo (43.641 millones), da una cifra de apoyo al grupo de unos 250.000 millones de pesetas. Los 180.000 millones de pesetas que recibir¨¢n hasta fin de a?o los bancos de Rumasa suponen, con relaci¨®n a los dep¨®sitos del grupo, al n¨²mero de los empleados y a las p¨¦rdidas, un coste proporcionalmente muy inferior al de las crisis bancarias anteriores.
El Gobierno estudi¨® las alternativas posibles, y estim¨® que el procedimiento de intervenci¨®n del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos o la expulsi¨®n de los bancos de Rumasa del FGD eran m¨¢s costosos que la expropiaci¨®n por decreto-ley. Si hubi¨¦ramos enviado la ley al Congreso, para su tramitaci¨®n durante meses, en vez de expropiar por decreto-ley, los bancos habr¨ªan sufrido una sangr¨ªa de dep¨®sitos pavorosa, por p¨¦rdida de confianza, y habr¨ªan arrastrado a las empresas a la quiebra. Con la expropiaci¨®n por decreto-ley, el Patrimonio del Estado se hace cargo d¨¦ todo y lo respalda, y la fuga se reduce fundamentalmente al dinero negro que cobraba extratipos, o al de los asustados por razones fiscales, m¨¢s las retiradas m¨ªnimas inevitables en todo traumatismo bancario.
Hay que tener en cuenta tambi¨¦n que ning¨²n Estado del mundo deja caer un grupo bancario o industrial importante, como ocurri¨® con la Chrysler en el nada intervencionista Estados Unidos y como ocurre frecuentemente en Europa. El coste social de estas medidas de apoyo hay que repartirlo colectivamente a trav¨¦s de los Presupuestos del Estado.
P. Ahora que conoce los datos finales de las auditor¨ªas de Rumasa, ?cu¨¢l es su diagn¨®stico- sobre la verdadera enfermedad que padec¨ªa el grupo?
R. El problema b¨¢sico era la carencia de fondos propios. El grupo Rumasa se hab¨ªa constituido sin apenas capitales. Y el mecanismo crecimiento, que aparece ahora muy claro, estaba basado en la compra de activos con los fondos de los depositantes, pensando que la econom¨ªa producir¨ªa plusval¨ªas para reembolsar los dep¨®sitos ajenos. Y todo ello, adem¨¢s, a un ritmo de crecimiento muy acelerado. Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos compraba un edificio por 100 y pensaba poder venderlo por 1.000 y con esos 1.000 poder pagarlos 100 utilizados en la compra.
Despu¨¦s de comenzar la crisis econ¨®mica en 1973 no se producen plusval¨ªas, sino, muy al contrario, minusval¨ªas. Rumasa era un negocio especulativo y arriesgad¨ªsimo que pretend¨ªa repetir el milagro de los panes y los peces. Cuando Rumasa se percat¨® de que no pod¨ªa generar beneficios para devolver los dep¨®sitos ajenos, decidi¨® venderse a s¨ª misma para generar de este modo plusval¨ªas inexistentes. Y as¨ª lleg¨® incluso a realizar un asiento contable por el que valoraba en el activo el Fondo de Comercio de la cartera de participaciones de Rumasa, SA, en 300.000 millones de pesetas, y se anot¨® una cifra semejante en el pasivo como fondos propios.P. ?Por qu¨¦ no fue posible la paz con Ruiz-Mateos?
R. Yo puse de mi parte todo por arreglar la situaci¨®n lo m¨¢s constructivamente que fuese posible. Nadie puede decir que no intent¨¦ el acuerdo. Intentamos que funcionase un procedimiento para conocer la situaci¨®n mediante auditor¨ªas externas que ven¨ªan exigiendo desde mucho antes el Banco de Espa?a y el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. El auditor se vio bloqueado, cuando no enga?ado. La cifra que Ruiz-Mateos daba como beneficio de Rumasa (45.000 millones) no eran sino sus p¨¦rdidas en 1982. Le pedimos que permitiera que la autoridad de supervisi¨®n bancaria pudiera dirigirse directamente al auditor. Hay que recordar que no se trataba de una auditor¨ªa realizada voluntariamente, por su cuenta, sino impuesta mediante exhorto del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. Por un lado, bloqueaba al auditor y, por otro, imped¨ªa que el Fondo preguntara al auditor. Al final, creo que no fue posible la paz porque Ruiz-Mateos se negaba a reconocer que Rumasa no estaba bien y a afrontar las consecuencias de su quiebra, que hubiera sido puesta de manifiesto por cualquier auditor¨ªa.
P. Si Ruiz-Mateos hubiera colaborado con el Gobierno, ?se hubiera podido evitar la expropiaci¨®n de Rumasa?
R. La soluci¨®n hubiera sido desde luego menos brusca, pero, al final, habr¨ªa aparecido, tarde o temprano, la verdadera quiebra del grupo. Si Ruiz-Mateos hubiera reconocido que ten¨ªa problemas, como ocurri¨® con Banca Catalana o con Explosivos R¨ªo Tinto, hubi¨¦ramos podido ayudarle. Pero nunca quiso reconocerlo, aun cuando yo estaba seguro de que la situaci¨®n era grav¨ªsima. Busqu¨¦ el procedimiento para conocer exacta y objetivamente la magnitud del problema. Pero no pudimos contar con su colaboraci¨®n, sino al contrario, porque lo que trataba de ocultar era -luego lo hemos comprobado con total certeza- una quiebra total y sus presuntos delitos penales de falsificaci¨®n de documentos, evasi¨®n de capitales, apropiaci¨®n indebida e impagos a la Seguridad Social y a Hacienda.
El delito penal no se hubiera podido ni debido ocultar de ninguna manera. La justicia espa?ola no puede acusar y meter en la c¨¢rcel a uno que roba 4.000 pesetas y dejar libre a quien tiene responsabilidades de miles de millones. El Gobierno tiene que cumplir con la legislaci¨®n vigente; por ello hemos enviado a los fiscales todos los expedientes de los bancos donde encontramos presuntos delitos. Se ha hecho con los bancos de Descuento y de Levante, se har¨¢ con Banca Catalana y, naturalmente, Rumasa no pod¨ªa ser una excepci¨®n.
P. ?Expropi¨® el Gobierno por si acaso, sin saber lo que hab¨ªa detr¨¢s de Rumasa, o conoc¨ªa lo suficiente para presumir la quiebra. t¨¦cnica del grupo?
R. Nada m¨¢s llegar al Gobierno supimos que la situaci¨®n de Rumasa era insostenible y que se agravaba por momentos. De la parte conocida por auditor¨ªas e inspecciones del Banco de Espa?a antes del d¨ªa de la expropiaci¨®n, es decir, sobre unos activos valorados en unos 100.000 millones de pesetas, sab¨ªamos que el neto patrimonial era negativo por unos 4.000 millones de pesetas; era evidente que est¨¢bamos frente a una muy probable quiebra.
P. ?Estaba el Gobierno preparado para la expropiaci¨®n o tuvo que improvisarla como respuesta al desaf¨ªo p¨²blico de Ruiz-Mateos y/ o a la aceleraci¨®n de la crisis con sangr¨ªa de dep¨®sitos?
R. El Gobierno ten¨ªa en su poder los informes fiscales y los del Banco de Espa?a y del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, y ven¨ªa estudiando desde enero las posibles alternativas de soluciones a trav¨¦s de una comisi¨®n especial constituida para el caso, y yo hab¨ªa expuesto el problema a la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos.
P. ?Fue fr¨ªa y premeditada su primera declaraci¨®n p¨²blica a la Prensa sobre la situaci¨®n de Rumasa y la amenaza de enviar los inspectores si no cumpl¨ªa los plazos fijados por el Fondo para entregar las auditor¨ªas?
R. Como era consciente de la magnitud del problema y de su agravamiento continuo, hice la advertencia p¨²blica a que usted se refiere de modo totalmente claro. Hab¨ªa que romper el punto muerto para poder afrontar el problema sin producir una cat¨¢strofe financiera. Pero la reacci¨®n de Ruiz-Mateos a mis declaraciones fue completamente inadecuada y desproporcionada. Como estaba ya contra las cuerdas, Ruiz Mateos quiso probablemente aprovechar la ocasi¨®n para producir un marem¨¢gnum y, en la confusi¨®n, acusar al Gobierno de haber provocado su crisis. No es l¨®gico desafiar a un Gobierno si se cree que un problema tiene soluci¨®n. S¨®lo se concibe esta reacci¨®n -salvo una megaloman¨ªa pat¨®logica- si se est¨¢ convencido de que no hay soluci¨®n o si hay delitos de por medio que colocan al protagonista contra las cuerdas.
P. ?Puede Ruiz-Mateos desempe?ar un cierto papel de ¨¢rbitro en el proceso de reprivatizaci¨®n en el grupo de Rumasa presionando con pleitos sobre los compradores?
R. No veo c¨®mo y por qu¨¦. Ruiz-Mateos no puede actuar contra un tercero que compre de buena fe un bien que es del Estado. En todo caso, Ruiz-Mateos podr¨ªa recurrir contra el Estado, pero no contra el comprador, y por tanto no puede desempe?ar ning¨²n papel de ¨¢rbitro.
P. ?Que opini¨®n le merece la afirmaci¨®n de Ruiz-Mateos seg¨²n la cual la expropiaci¨®n de Rumasa formaba parte de una operaci¨®n pol¨ªtica de largo alcance contra el Gobierno socialista?
R. Ruiz-Mateos ya no sabe qu¨¦ decir; me parece una cortina de humo ingenua o una fantas¨ªa delirante. Est¨¢ tratando de implicar a personas importantes de la vida espa?ola inventando bobadas, porque no puede soportar ante s¨ª mismo y ante los dem¨¢s la realidad de sus actos. Ha llegado a decir que todos los empresarios espa?oles son de su condici¨®n. Alg¨²n amigo suyo ha escrito, confundiendo los t¨¦rminos, que s¨®lo pide que el Tribunal Constitucional le devuelva el honor. Pero el Tribunal Constitucional s¨®lo se pronunciar¨¢ sobre el m¨¦todo utilizado por el Gobierno para afrontar el problema. La cuesti¨®n de fondo y la devoluci¨®n eventual del honor de Ruiz-Mateos tendr¨ªa que venir por los tribunales ordinarios de justicia -ante los que no se ha presentado a explicar sus argumentos-, y demostrando que las auditor¨ªas de 16 firmas se equivocan y que en vez de un d¨¦ficit patrimonial -vulgo agujero- de 257.000 millones,- el grupo ten¨ªa una diferencia positiva entre sus bienes y sus deudas. La verdad es que los bienes del grupo val¨ªan el 23 de febrero unos 800.000 millones y que sus deudas se elevaban a 1,1 billones. De ah¨ª el agujero o patrimonio negativo de casi 300.000 millones. Una quiebra como una monta?a.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido el Gobierno con el tema de Rumasa?
R. Tengo la esperanza fundada de que esta experiencia no nos servir¨¢ en el futuro, ya que, como la crisis bancaria est¨¢ definitivamente cerrada, no tendremos necesidad de volver a aplicar lo que ha sido necesario hacer en el caso de Rumasa. En cualquier caso, vamos a reforzar la legislaci¨®n y los poderes de las autoridades para que nunca en el futuro un fen¨®meno tan an¨®malo como este puede llegar tan lejos.
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