La 'reforma de los relojes'
, El Gobierno socialista comenz¨® su reformas en la Administraci¨®n por las ventanillas. Los ciudadanos, especialmente los madrile?os, comprobaron a mediados de febrero que a las ocho de la ma?ana hab¨ªa m¨¢s tr¨¢fico. El antiguo horario real de los funcionarios desde las 9 a las 14 horas se extendi¨® de las 8 a las 15. Las oficinas de registro e informaci¨®n comenzaban a abrir por la tarde. En las vacaciones de Semana Santa los siete d¨ªas de asueto de otros a?os se quedaron en s¨®lo los festivos. Se iniciaba as¨ª la reforma de los relojes.
Luego, quedaron promulgados los formularios para apuntar las remuneraciones con objeto de evitar el doble sueldo del Estado. comenzaban a ser aplicadas las incompatibilidades.
M¨¢s tarde llegaron la mayor¨ªa de las actuaciones tendentes a regular el sector: los sindicatos eran tenidos en cuenta al iniciarse la negociaci¨®n colectiva; el Gobierno adquir¨ªa en las Cortes el compromiso de regular el derecho de huelga de los funcionarios; se establec¨ªan los incentivos econ¨®micos y sociales para quienes aceptasen ser transferidos; fue aprobado el proyecto de Medidas para la Reforma de la Administraci¨®n, y se inicia la reorganizaci¨®n de la Administraci¨®n perif¨¦rica (supresi¨®n de direcciones provinciales).
Incluso algunos sectores socialistas han criticado esta forma de proceder: primero se castiga a los funcionarios y luego se regula su sector. En opini¨®n de esas personas, que apuntan tambi¨¦n la relajaci¨®n en el rigor inicial al aplicar las primeras medidas, el procedimiento debiera haber sido inverso.
Por otro lado, la reforma administrativa, estrechamente ligada a las transferencias auton¨®micas, no ha encontrado durante este a?o de Gobierno socialista la respuesta a algunas importantes cuestiones planteadas: cu¨¢ntos funcionarios ser¨¢n transferidos; c¨®mo quedar¨¢n regulados los servicios centrales al perder personal; qu¨¦ incidencia tendr¨¢n en los traspasos de funcionarios a Catalu?a las presuntas sobrevaloraciones en las transferencias realizadas por UCD y denunciadas desde la oposici¨®n por el PSOE.
La Administraci¨®n central cuenta ahora con cerca de un mill¨®n de funcionarios. M¨¢s de 228.000 han sido transferidos ya (UCD traspas¨® 114.000, y el PSOE lleva 113.000), bien entendido que la mayor¨ªa de ellos (un maestro, por ejemplo) no se movieron de sitio. Entre los que permanecen al servicio de la Administraci¨®n central figuran los cerca de 60.000 que, aun cumpliendo labores de coordinaci¨®n, apoyo y direcci¨®n, est¨¢n adscritos a materias transferibles. La reasignaci¨®n de sus funciones al perder capacidad y competencias no ha sido regulada, a pesar de la gran importancia que le conced¨ªa el programa electoral. Un a?o no ha sido suficiente para hacerlo.
La reforma iniciada con los relojes perdi¨® empuje por disensiones internas (entre los ministros de Econom¨ªa y de Presidencia, a ra¨ªz de la ley de reforma), por concesiones (exclusi¨®n de sanitarios y docentes en las incompatibilidades) y con la constataci¨®n de la triste realidad (porque, a pesar de las alegres promesas del ministro Javier Mosocoso, siguen existiendo las mismas ventanillas).
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