La presi¨®n fiscal

Alguien dijo que las reformas fiscales nac¨ªan en las treguas de las batallas entre la solidaridad y el ego¨ªsmo. Al parece que en Espa?a no ha existido tregua alguna. Al menos en Manresa.Considero inadmisible que el uso de medidas de presi¨®n de todo tipo permita a un determinado colectivo oponerse a la comprobaci¨®n del cumplimiento de una obligaci¨®n, en este caso de ¨ªndole tributaria, que les era exigible con mucha antelaci¨®n (varios a?os en algunos casos). Si realmente existi¨® alguna extralimitaci¨®n por parte de los funcionarios, pudieron acudir a otros medios.

Pero si es descalificable la actuaci¨®n de los comerciantes manresanos, lo es m¨¢s la de las autoridades que han intervenido. En primer lugar, las autonom¨ªas, que han apoyado dicha actuaci¨®n (al margen de los eufemismos utilizados en sus declaraciones), y en segundo, la Administraci¨®n central, aceptando soluciones de compromiso que, cuando menos, son discriminatorias para el resto de los espa?oles. Es un mal ejemplo.

La conclusi¨®n parece obvia. Siguen gozando de trato preferente todos aquellos colectivos y grupos de presi¨®n que puedan presentar una determinada posici¨®n de fuerza frente a cualquier requerimento que entiendan perjudica sus intereses de grupo o clase, al margen de cualquier justificaci¨®n social que sirva de fundamento a la medida que atacan.

La, situaci¨®n es injusta y condenable, pero no tiene visos de cambiar. El ¨²ltimo recurso parece ser el de formar la asociaci¨®n de los no incluidos en ninguna asociaci¨®n, grupo, etc¨¦tera, como medio de leg¨ªtima defensa y... que gane el m¨¢s fuerte, que no el mejor. /